La historia de amor entre Albert Einstein y Mileva Marić inició en 1896. Durante una clase de física y matemáticas que compartían mientras estudiaban en la Universidad Politécnica de Zúrich, en Suiza. De los cinco alumnos inscritos en aquella clase, Marić era la única mujer. Podría decirse que se trató de una relación explosiva, donde ambos se engancharon de inmediato. Cursaron el ciclo escolar juntos y, cuando llegó el verano, siguieron frecuentándose por correspondencia.