Habían transcurrido ya varios años desde mi muerte. Sin embargo, el destino tenía otros planes y Satanás aún no me concedía su atención. Por tanto, me encontraba merodeando en la antesala de su morada infernal. El color verde de la pintura en las paredes evocaba una sensación de náuseas. Parecía que el mismísimo diablo eligió la tonalidad más horrenda que pudo encontrar. El aire se siente pesado y todo resulta tedioso, monótono hasta la saciedad.
Creepypasta
¿Disfrutas de las historias de terror? En Creepypasta encontrarás toda clase de relatos que van desde el terror psicológico hasta esa clase de pesadillas que se quedan con nosotros para toda la vida. Las historias aquí contadas emanan de aquellos temores más profundos que poseen los usuarios de Internet. La única característica en común entre todos estos relatos es que son ficticios… o quizá no.
Una llamada inesperada
Los primeros rayos de luz del día acariciaban suavemente la habitación mientras el teléfono vibraba con urgencia sobre el escritorio. “BUENOS DÍAS, PAPÁ”, resonó la voz de una niñita a través del auricular. Con calma, intenté explicarle que estaba en un error, que tenía el número equivocado. Sin embargo, antes de que pudiera continuar, ella simplemente dijo, “Soy-yo”, y colgó. Una sonrisa medio contenida se dibujó en mi rostro mientras dejaba el teléfono a un lado.
Viendo televisión hasta tarde
Era una sombría noche de viernes, me encontraba solo en casa, a cargo de mi hermano menor mientras mis padres disfrutaban de un fin de semana lejos. Con 17 años, asumía la responsabilidad de protegerlo y mantenerlo a salvo de cualquier problema. Aunque la hora ya rondaba la medianoche, ninguno de los dos se dormía aún. Estaba en mi habitación, enfocado en terminar la tarea, mientras mi hermano se entretenía viendo televisión abajo, en la sala de estar.
Los tormentosos antojos del embarazo
Las primeras semanas del embarazo transcurrieron con normalidad. Conforme avanzaba la gestación, mi esposa se obsesionó con los antojos. A mitad de la noche me exigía un sándwich de plátano y chocolate, papas fritas o fresas con crema. Hasta ese momento los antojos eran normales, aunque empezaba a preocuparme un poco su intensidad. Cuando no le daba exactamente lo que se le antojaba, terminaba tirada en la cama retorciéndose como si experimentara un dolor físico.
En la morgue nunca hay emergencias
“En este hospital, la morgue es el único lugar donde no hay emergencias”, me presumió el experimentado técnico al que relevaría en mi primer turno. Y tras dos décadas trabajando en este lugar, esas palabras siguen grabadas en mi mente. Esta noche, como en cada turno, recorrí el recinto asegurándome de que todo estuviera en su lugar. Después, me retiré a mi oficina y cerré la puerta con llave.
Bajo mi casa se oculta un macabro secreto
Bajo mi hogar yacía un macabro secreto: veintisiete cadáveres. Los descubrieron accidentalmente tras un terremoto que perturbó los cimientos, de lo contrario, dudo que hubieran sabido jamás de su existencia. Después que la tierra dejó de moverse, un hedor putrefacto emergió desde las profundidades impregnando toda la casa. En mi afán por descubrir el origen de aquella pestilencia, enfoqué mi linterna hacia la trampilla de acceso al sótano. Entonces, vislumbré un brazo humano asomando entre la tierra.