Álvaro Obregón: el gran héroe de la Revolución Mexicana

Álvaro Obregón es un protagonista de la Revolución Mexicana recordado por muchos como un héroe. Un hombre de clase trabajadora que nació en la pobreza y ascendió hasta convertirse en presidente. Además, canalizó el descontento de una multitud de trabajadores y lo convirtió en una fuerza de combate capaz de derrocar tiranos y hacer frente a ejércitos profesionales. Cuando una granada le voló el brazo, sus seguidores guardaron la mano en un frasco con formaldehído y la mantuvieron en exhibición pública durante más de 70 años después de su muerte. Así de relevante era Obregón para el pueblo de México.

Álvaro Obregón(1)

Tal vez Emiliano Zapata y Pancho Villa son los caudillos revolucionarios con más presencia en la cultura popular. Sin embargo, el comandante Álvaro Obregón no tenía nada que envidiarles. De hecho, la Batalla de Celaya es recordada por la improbable derrota de Villa a manos del sonorense.

Los orígenes de Álvaro Obregón.

Álvaro Obregón nació el 19 de febrero de 1880 en Siquisiva, un pequeño pueblo en el estado de Sonora. Creció junto a su madre y tres hermanas mayores en condiciones de pobreza extrema. Tan pronto como adquirió fuerza para levantar una pala, se dedicó de lleno al trabajo. Trabajó en un ingenio azucarero, como agricultor arrendatario, operó un torno, vendió zapatos de puerta en puerta y, básicamente, se ganaba la vida de Sol a Sol en actividades agotadoras.

sonora en 1920
Mapa del estado de Sonora de 1884 A 1920. IMPI Cajeme.

Afortunadamente, el joven Álvaro Obregón desarrolló el hábito del ahorro. Cuando junto suficiente dinero, compró una pequeña granja de garbanzos en Sonora. Se mudó con toda la familia a la propiedad e incursionó en el cultivo de esta legumbre. Trágicamente, su esposa y los gemelos que alumbraba murieron durante el parto.

Para muchos, una calamidad de estas proporciones sería insoportable. Trabajar duro para salir de la miseria y no encontrar más que dolor, serían motivos suficientes para empinarse una botella hasta que el mundo se olvide que existes. Pero, Álvaro Obregón estaba hecho de otra madera. Regresó a trabajar más duro que antes, hizo crecer la granja y en su tiempo libre inventó una cosechadora mecánica de garbanzos. Para construir su invento se asoció con un maquinista local y empezó a venderlo en el Valle del Yaqui.

Revolución Mexicana.

Aunque, la verdadera vocación de Obregón surgió tras una serie de conflictos que cimbraron a México. Como militar era un estratega hábil que no titubeaba en desahogar toda su rabia aplastando a quienes se atravesaban en su camino. El 20 de noviembre de 1910 estalla la Revolución Mexicana, un conflicto complejo que va mucho más allá de la disputa entre dos bandos.

La historia de la Revolución Mexicana es un compendio de traiciones. De hombres que se asesinaban entre sí, se declaraban presidentes y luego morían a manos de sus mejores amigos. La auténtica pesadilla política que surge cuando queda un vacío de poder y todos luchan para llenarlo.

Álvaro Obregón contra Porfirio Díaz.

Desde su nacimiento y hasta los 31 años, Álvaro Obregón creció en un México gobernado por un solo hombre: Porfirio Díaz. Este dictador no solo acumuló un poder gigantesco, también se le recuerda por la brutalidad con que aplastó a la oposición. Y es que en América Latina no existe otra forma de mantenerse en el poder durante más de 30 años. Pero, Porfirio Díaz fue derrocado en noviembre de 1911 por Francisco I. Madero.

Porfirio Diaz
Porfirio Díaz.

Dos años después, Madero es derrocado en un golpe de estado militar conocido como la Decena Trágica. En este episodio el traidor mayor es Victoriano Huerta, que aprovechó la oportunidad para eliminar a Madero y quedarse en la presidencia del país con el aval estadounidense. Para entonces, Obregón se ocupaba de sus propios asuntos como presidente municipal de Huatabampo.

El constitucionalista.

El hombre estaba muy ocupado cultivando garbanzo y elaborando diagramas para equipos agrícolas. Se reintegró al conflicto en 1912 con la intención de contribuir a la defensa de Madero. Reclutó a un grupo guerrillero local compuesto por indios yaquis y mayos. Así se conformaba el 4º Batallón de Sonora.

alvaro obregon y su tropa
Álvaro Obregón y su tropa, la mayoría de origen yaqui.

El éxito de Obregón entre los pueblos originarios se debió a que hablaba el dialecto con fluidez, además que trabajó con estas personas durante toda su vida. El sonorense los dirigía con rifle en mano, un sombrero enorme y pesados revólveres atados a ambos muslos. Las tácticas militares de Obregón resultaron altamente efectivas, permitiéndole aplastar a un enemigo tras otro. En su estado natal se hizo famoso por una sorprendente serie de ataques de golpe y fuga.

La defensa de Francisco I. Madero.

Para abril de 1912, Madero ya ocupaba la presidencia y se percibía un ambiente de falsa paz. Obregón regresó a la granja de garbanzos, premió a la tropa con pequeñas parcelas de tierra y les ordenó disolverse. Un año después, un general de Madero llamado Victoriano Huerta orquesta un golpe de estado y se instala en el poder con el aval estadounidense. Tras el asesinato del presidente y vicepresidente, Huerta se apodera ilegalmente de la presidencia de México.

Francisco I Madero

Al enterarse de los acontecimientos, Obregón suspira, toma su gastado rifle y vuelve a la carga. Sin titubear, los sonorenses se negaron a reconocer al usurpador Huerta como presidente de México. Evidentemente, el miserable desplegó al Ejército Mexicano para tomar el control en el estado. Sin embargo, nunca imaginó que Álvaro Obregón los esperaba con ametralladoras pesadas, sed de venganza y sus ya conocidas tácticas de guerra.

sonora desconoce el pacto federal

Para esa época, Obregón ya tenía el rango de coronel gracias a todas las hazañas y conquistas del conflicto anterior. Lideró al Ejército de Sonora contra una fuerza que los superaban en número y armamento. Y no solo detuvo al enemigo, inició una avanzada a la Ciudad de México para arrancarle la cabeza y las pelotas a Huerta con la clara intención de instaurar la democracia en México.

La caída de Victoriano Huerta en la Ciudad de México.

Desafortunadamente para el usurpador, otros dos hombres con las pelotas igual de grandes que las de Obregón se dirigían a la Ciudad de México con sus propios ejércitos. Se trataba de Emiliano Zapata y Pancho Villa, dos de los caudillos revolucionarios más famosos y célebres de la historia de México. Entre los tres formaron una poderosa alianza para derrotar a Huerta y restablecer la constitución en México. Aunque los tres ejércitos libraron batallas formidables contra las fuerzas federales, lo cierto es que Obregón comandaba al ejército que llegó primero a la capital del país.

Firma de los Tratados de Teoloyucan

Tras aplastar a las tropas usurpadoras y echarlas de la ciudad, Obregón obligó personalmente a Huerta a firmar un tratado de paz (Tratados de Teoloyucan) sobre el capó de un auto y en medio de una calle repleta de gente. Para Álvaro Obregón, el usurpador se hizo de poder gracias a la intervención extranjera. Por eso, ordenó a todos los comerciantes extranjeros establecidos en la capital limpiar el desorden y los escombros de la batalla.

Álvaro Obregón contra Emiliano Zapata y Pancho Villa.

Como era de esperarse, Emiliano Zapata, Pancho Villa y Venustiano Carranza (a quien respondía Obregón) no se pusieron de acuerdo mientras buscaban restaurar la democracia en México. Y automáticamente se fueron a la guerra. Obregón era ese tipo de persona que evita los problemas, y detestaba la idea de continuar con una guerra innecesaria. Además, hizo amigos tanto en el ejército de Villa como en el de Zapata.

Como el caballero que era, visitó ambos bandos para intentar que razonaran. Pero, pocas cosas son más grandes que el ego de un macho mexicano. Cuando Obregón solicitó a Villa reanudar la mesa se dialogo, el segundo sacó un arma y le apuntó a la cabeza. En ese momento, el sonorense entendió que el conflicto sólo se resolvería con más sangre.

Carranza y sus oficiales
Venustiano Carranza y sus oficiales ante la silla presidencial.

Talento para la guerra.

Probablemente, Álvaro Obregón era el caudillo revolucionario más inteligente. Algo que demostró en cada una de las batallas que libró durante la Revolución Mexicana. Y eso siempre lo puso en ventaja frente a sus enemigos. Además de sus rápidos reflejos, Obregón tenía memoria fotográfica. Por eso era extraordinario jugando a la baraja al punto que, si le enseñabas un mazo y luego lo barajeabas frente a él, podía decirte el orden de cada una de las cartas. Aunque nunca tuvo entrenamiento formal, se desempeñó como un gran general. Asimilaba tácticas de combate con mucha facilidad y entendía a la gente.

Leyó todo lo que pudo sobre la guerra y siempre estuvo al tanto de los sucesos en Europa, que por esas épocas se enfrascaba en la Gran Guerra. No olvides que diseñó y construyó un tractor para facilitarse el trabajo en su granja de garbanzos. Era un experto en tecnología que, en cuanto puso sus manos en ametralladoras con cinturón de municiones, minas terrestres y artillería de campo, no dudo en implementarlas en combate. Mientras tanto, sus enemigos optaban por lo tradicional: grandes cargas de caballería y revólveres de seis tiros.

La Batalla de Celeya.

El primer movimiento de Álvaro Obregón tuvo lugar en el sur, donde aplastó a las fuerzas de Zapata en 1915. En cuestión de semanas, Obregón se encaminó al norte para combatir a la División del Norte, de Pancho Villa. En abril de 1915, durante las batallas en Celaya, Villa dirigió varias cargas de caballería contra las disciplinadas tropas de Obregón. Pero todos sus esfuerzos resultaron infructuosos.

Pancho Villa y sus tropas
Francisco “Pancho” Villa (1877-1923) y sus tropas antes de ser derrotado por Obregón.

Villa y Zapata solían decir que Obregón era un cobarde. Y es que estos guerreros a caballo estaban acostumbrados a liderar cargas heroicas, valientes y audaces. Mientras tanto, Álvaro Obregón prefería implementar tácticas de combate mucho más similares a las de la guerra que se libraba en Europa. Finalmente, el sonorense demostró que la era de los vaqueros había llegado a su fin. Orquestando ataques con ametralladoras ligeras en amplios arcos de barrido, se abrió paso con relativa facilidad por los territorios donde libraba una batalla.

El manco de Celaya.

Aunque no saldría ileso. Durante la Batalla de Celaya, Obregón se dirigió al frente para supervisar personalmente las líneas de defensa. En ese momento, un elemento villista arrojó una granada que aterrizó cerca del sonorense y le arrancó el brazo derecho a la altura del codo. El dolor resultaba tan insoportable que el general estaba dispuesto a tomar la puerta falsa para salir de su miseria.

Álvaro Obregón recibe una medalla de una seguidora
El general Obregón recibe una medalla de sus admiradores en Celaya, Guanajuato, después de su campaña contra los villistas.

Sin embargo, un ayudante lo detuvo, se reagrupó y, después de la batalla, recorrió el campo intentando averiguar dónde quedó su brazo. Cuando le preguntaron qué demonios hacía, Obregón respondido: “no es fácil abandonar algo tan necesario como un brazo”. De esta desgracia surgió su apodo de “el manco de Celaya”.

El presidente Álvaro Obregón.

Finalmente encontraron su brazo, lo colocaron en un frasco con formaldehído y lo exhibieron junto a un monumento nacional en honor al coronel hasta mediados de la década de 1980. Obregón resultó un auténtico héroe de la Revolución, tanto así que los zapatistas y villistas sobrevivientes terminaron apoyándolo. En 1920 resultó electo como presidente de México. El hombre creó la Secretaría de Educación Pública (SEP) con José Vasconcelos como titular, construyó escuelas y bibliotecas y encargó murales por todo México.

La familia de Álvaro Obregón
Obregón sentado junto a su segunda esposa, María Claudia Tapia Monteverde y cuatro de sus seis hijos. Librería del Congreso.

Negoció con Estados Unidos el fin de la Expedición Punitiva, construyó una academia militar, estableció la Fuerza Aérea Mexicana e inauguró la escuela militar de medicina. A decir verdad, su periodo como presidente de México fue un descanso necesario a tantos años de guerra que destrozaron al país. En sus últimos días como presidente, Obregón supo que uno de sus ex generales planeaba un golpe de estado para derrocar a Plutarco Elías Calles, gobernante electo por vía democrática que lo sucedería en la presidencia.

Personalmente, el sonorense dirigió un ataque contra este sujeto y sus partidarios, aplastándolos como cucarachas tras una serie de escaramuzas. Capturó a uno de los autores intelectuales del golpe, un miserable abogado que se defendió diciendo que era ilegal que lo ejecutara un tribunal militar, pues era civil. Entonces, Obregón le dio un cargo en el Ejército Mexicano y al día siguiente lo fusiló.

Tumba de Álvaro Obregón
Monumento al héroe de Celaya ubicado en la Municipalidad de San Ángel. Aquí mismo murió el general Álvaro Obregón.

Obregón regresó a Sonora para continuar cultivando garbanzos y vivió allí otros cuatro años. Se postuló nuevamente como presidente y ganó las elecciones en 1928, pero un artista loco lo asesinó antes de que pudiera asumir el cargo. Tenía apenas 48 años de edad.

Bibliografía:

  • Buchenau, Jürgen. The Last Caudillo: Alvaro Obregón and the Mexican Revolution. Wiley-Blackwell, 2011.
  • Hall, Linda Biesele. Álvaro Obregón : power and revolution in Mexico, 1911-1920 – Texas A & M University Press, 1981.
  • McLynn, Frank. Villa and Zapata: A History of the Mexican Revolution. Carroll and Graf, 2000.

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9 comentarios en «Álvaro Obregón: el gran héroe de la Revolución Mexicana»

  1. Faltó mencionar que Obregón fue quien planeo los asesinatos de Carranza y a Villa, además de varios importantes generales de la revolución, los cuales no estaban de acuerdo con su gobierno o le estorbaban en sus planes para hacerse con el poder, el instauro el dedazo en el gobierno poniendo a Plutarco Elías Calles, lo cual resulto en el régimen del priismo, Su asesinato fue planeado por el mismo gobierno en alianza con el clero (la iglesia estuvo involucrado en este hecho por todo por el poder que se les quito y también por los excesos cometidos contra el clero usando a Toral como chivo expiatorio y ni que decir de la madre conchita, ¿recuerdan la guerra cristera? un capítulo oscuro y olvidado en la historia de México),
    Obregón se olvidó y paso por alto los principios de la revolución “Sufragio efectivo no relección” lo cual no fue bien visto porque les pegaba a los intereses del gobierno y del clero.

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  2. Admirado de leer algo tan importante en el devenir del país, en sus intrincados caminos y altibajos. Ahora aún perduran la traición en distintas facetas; quizá no haya héroes actuales, quizás si; la historia lo dirá en la posteridad. Gracias Marciano mayor por compartir.

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  3. Ese Hery, ya era hora de publicar algo de Sonora.! ojalá todavía hubiera gente así, lastimosamente el narco está haciendo lo que quiere con el país, y si, también en Sonora, donde al igual que en otros lados mas bien pareciera que nos gobierna, saludos.!

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  4. La opiniion de Villa y Zapata de que era un cobarde, se debía mas a que Obregón solía dirigir su ataque contra la población en general , sin importar los daños y bajas que eso ocasionara entre la poblacion civil. Solo le importaba acabar con todos. Ese seria el estilo Europeo ???

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  5. Muchas gracias.

    Siempre es un agrado prender un poco de historia de nuestra Latinoamérica principalmente si es explicada en forma sencilla y ágil como es habitual en las narraciones que encontramos aquí.

    🙂

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