Supongo que siempre debe de haber explicación lógica para las cosas raras que le ocurren a uno de vez en cuando. Aquí, encerrado, solo, a veces me pongo a reflexionar un poco.
Aquella noche dormía profundamente, después de una jornada laboral pesada durante el día. Eran las tres de la mañana cuando mi esposa me despertó. Lo sé porque, en cuanto abrí los ojos, miré mi celular para saber la hora, éste no paraba de vibrar y seguían entrando notificaciones.