En la pesca es muy común que aquellos peces que resultan muy pequeños o no son de interés para el pescador terminen siendo liberados. Pero, aunque sean regresados al agua, presentan problemas a la hora de succionar presas debido a la herida en la boca producida por el anzuelo. Los anzuelos reducen hasta en un 35% la capacidad de alimentación de los peces que retornan al agua.
Los responsables de la investigación encontraron que, incluso cuando el anzuelo se remueve de la boca de un pez que ha sido capturado para regresarlo al agua, la capacidad del animal para atrapar presas se ve limitada. El estudio, publicado en el Journal of Experimental Biology, demostró que los peces que se alimentan por succión no pueden atrapar su alimento de forma adecuada y experimentan una reducción de hasta el 35% en su capacidad de alimentación.
Las consecuencias de la pesca con anzuelo.
“Nuestra intención era descubrir cual es el impacto sobre el pez cuando se le atrapa usando anzuelo y después se libera”, comentó Timothy Highman, docente de biología de la Universidad de California, en los Estados Unidos, en una entrevista para Newsweek. “Llevé a cabo una extensa investigación analizando la forma en que los peces se alimentan y varios autores de estos artículos son ávidos pescadores, por lo que resultó un experimento natural y, para nuestra sorpresa, nunca antes se había llevado a cabo”.
También participaron expertos de la Universidad de Alberta y de la Universidad de Calgary, ambas en Canadá, así como de la Universidad de Amberes, en Bélgica.
Peces como la trucha, salmón y róbalo se alimentan por succión. Estas especies atrapan a las presas expandiendo sus bocas, un movimiento que genera presión y empuja el alimento directo a las entrañas del animal.
“Capturamos a un grupo de peces utilizando anzuelo y línea, como lo haría cualquier pescador, y también atrapamos a otro grupo utilizando una red, de forma que no se produjera ningún tipo de herida en la boca al pasar por el proceso de ser atrapados. Es importante mantener las condiciones del experimento estandarizadas”, relató Highman.
Los investigadores atraparon percas del mar, peces comunes que son capturados y después liberados. En el laboratorio analizaron 10 peces con lesión en la boca y 10 peces sin lesión. La razón de este análisis era observar con qué rapidez los animales eran capaces de alimentarse.
Los impresionantes resultados.
“Creímos que habría un impacto, pero el tamaño de este impacto estimado era relativamente pequeño en relación al diámetro de la herida, por lo que no estábamos seguros de obtener un resultado significativo”, dice Highman. “Cuando encontramos una reducción del 35% en la capacidad de alimentación, quedamos muy sorprendidos. Era un porcentaje mucho más alto al esperado”.
Es una disminución que puede traer problemas a las poblaciones de peces, pero se requiere de una investigación más amplia para descubrir el impacto a mayor escala. “Cuando las personas van de pesca, hacen una elección sobre el tamaño del anzuelo a utilizar, y creo que si se utiliza un anzuelo de menor diámetro, esto sería realmente útil”.
Pese a los desalentadores resultados el investigador no defiende el fin de la pesca. “Quizá la investigación ayude a que las personas piensen un poco más en los daños que causan a la naturaleza”.
Uchas… de todos modos mueren los pobres.