Me contrataron para asesinarme

Siempre me ha gustado matar, y creo que es culpa de mi infancia en la granja. Llamar granja a ese lugar es un eufemismo. Mis primeros años de vida pasaron en un área rural, al interior de una choza donde no tenía contacto con otras personas más allá de mi padre y hermana. Él jamás distinguió entre niños y adultos, pues todos los que vivían en su propiedad automáticamente se convertían en cazadores.

pequeña curiosa

Aquel hombre solía dejarnos a solas en casa durante largos periodos de tiempo. Tenía tres años aquella primera vez que salí a cazar, por lo que en mi joven mente conejos y ardillas jamás figuraron como animales lindos, simplemente se trataba de presas. A los 10 años maté mi primer ciervo. Era una niña ágil y muy fuerte.

Danna jamás tuvo talento para la cacería, pero era extremadamente buena ocultándose. Y es precisamente lo que hacía todo el tiempo, vivía escondiéndose. Al principio esto fue molesto para papá, pero mis cacerías eran tan prolíficas que había comida suficiente para ambos. Además, Danna era lo suficientemente buena como para satisfacer sus necesidades, principalmente atrapando animales pequeños. Dada su extrema tranquilidad y paciencia, era terriblemente buena pescando con sus propias manos.

Pero jamás disfrutó estas actividades.

Papá perdió la vida cuando teníamos 13 años. Un oso lo atrapó mientras gritaba una y otra vez “¡Dispara! ¡Dispara! Maldita perra”. Solo me quedaban dos balas: estaba tan nerviosa que el primer disparó erró y el segundo no resultó suficiente para neutralizar al poderoso animal. Danna me tomó de la mano y corrimos como el viento.

Honestamente, no me siento mal por las últimas palabras de papá. Después de todo, era un hombre desesperado al que se estaban comiendo vivo. Lo perdoné al instante, pero jamás pude perdonarme a mí misma por fallarle.

dos chicas en el bosque

Después de esto, terminamos adoptadas por un matrimonio. Al poco tiempo, Danna se adaptó a esta vida tan normal y la pareja claramente le tenía aprecio. Me siento muy agradecida de que me hayan proporcionado un techo así como la oportunidad de aprender a leer y escribir. Sin embargo, no me gustaba quedarme en casa. Perdía la oportunidad de matar cosas.

Solía ir de cacería a diario. Mi familia adoptiva quedó impresionada por mi talento esa primera vez. La segunda ocasión, mi madre adoptiva exclamó “pobre patito”. Y la tercera vez mi padre adoptivo suplicó que regalara lo que había cazado a otras personas.

Empecé a vender los animales. Todo lo que ganaba iba directamente al fondo universitario de Danna. Después de todo, era una chica inteligente y necesitaría ese dinero más adelante. A mí… me bastaba con oler la deliciosa amargura de la sangre fresca.

A los 18 años me casé con el hombre más encantador. Era increíble la forma en que logramos equilibrar nuestras personalidades, él siempre se mostró alegre y tranquilo. Thom era quince años más grande que yo, y se ganaba la vida como comerciante vendiendo una variedad de productos en nuestra pequeña localidad. Regularmente le entregaba partes de mi cacería para vender: carne, piel o cabezas como decoración.

mujer vestida de novia

Nuestra vida era muy feliz, y pasamos juntos cinco grandes años hasta que le dispararon durante un atraco.

Desde entonces, una rabia incontrolable empezó a crecer en mi interior. El deseo de matar tomó el control. Desconocía por completo la forma de administrar una tienda, por lo que pedí a Stu, el hermano de mi esposo, que se hiciera cargo del negocio. Sin embargo, Stu era un alcohólico bueno para nada, y la tienda se fue a la ruina. Me quedé sin nada.

Cuando conocí… ciertas partes del Internet, supe que podía alquilar mis servicios para ganar dinero y saciar mi creciente sed de sangre.

Ahora soy famosa, bueno, el alias bajo el que me ocultaba para realizar los trabajos. Nadie ha visto mi rostro, ni siquiera saben que soy una mujer. Mi cuerpo es pequeño pero fuerte, ideal para pasar desapercibida e infiltrarme. Soy lo suficientemente linda como para que mi presa me invite a salir. En ocasiones es extremadamente fácil.

Me he hecho de un nombre entre la clase política, y las esposas de esos millonarios me adoran. Claro, la clientela no siempre pertenece a la alta clase social y muchas veces regatean los precios. No es raro que algún adolescente idiota me solicite que asesine a su padre rico para pagarme después, cuando reciba la herencia. Me rio en sus caras y les digo que se vayan al diablo.

hunter holly

Bueno, así era hasta el día en que mi intuición… no… mis instintos me indicaron que debía seguir platicando con este chico después que comunicara sus condiciones de pago. “Heredaré un buen dinero”, escribió, “la cosa es que tenía un hermano. Ha muerto. Nunca tuvo hijos. Pero hablé con mi abogado y me comentó que su viuda recibiría la mitad de la herencia. Así que quiero deshacerme de ella”.

“Por supuesto, envíame sus datos”, le respondí por primera vez a un cliente que pretendía pagarme después del trabajo. Y es que la historia me resultaba familiar. No pretendía ser paranoica al pensar que se trataba de mí, pero sentí lastima por esa pobre mujer.

Pero sí, era yo. Mi cuñado Stu, a quien mi esposo y yo le tendimos la mano una y otra vez después que perdiera todo en apuestas, quien arruinó nuestro negocio y a quien jamás le reclamé nada, pretendía matarme. No, mucho peor, pretendía contratar a alguien más para que hiciera el trabajo porque el maldito cobarde era incapaz hasta de eso.

Acepté el trabajo. Al día siguiente, fui a ver a mi hermana Danna y le pregunté algo que ninguna hermana gemela debería preguntar a la otra jamás: ¿puedes morir por mí?

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Cuando acepto un trabajo, lo termino sin importar las consecuencias. Entonces, mi cliente fue complacido con una fotografía de mi víctima sin vida, mi hermana. Me había hecho famosa por este modus operandi. Como les dije antes, Danna no era una cazadora. A ella le gustaba ocultarse. Por eso, después de fingir su muerte y darle a Stu una falsa sensación de seguridad, el cobarde se encontró con mi hermana, caracterizada como yo, en su asqueroso departamento.

“Do-Dora, ¿qué haces aquí?”, dijo mientras tartamudeaba y sudaba.

“Vine a conversar un poco sobre la herencia que vamos a recibir”, dijo mi hermana con total tranquilidad, imitando mi voz y tono a la perfección.

Stu jamás supo de la existencia de Danna, pues se fue a vivir lejos cuando ingresó a la universidad. Mi esposo y yo siempre estuvimos solos y ni siquiera celebramos una boda, por lo que nuestras familias se conocían muy poco.

“¿Cuál herencia, no sé de lo que estás hablando?”, hizo un ridículo intento por fingir.

“¿Por qué no se lo preguntas al sicario que contrataste, Stu?”, preguntó mi hermana mientras yo salía por detrás, vestida exactamente igual que ella. Debo admitir que resultó muy divertido montar aquella escena.

Cuando volteó para verme, Stu se puso pálido y estoy segura de que terminó orinando los pantalones.

“¿Q-q-qué está pasando? ¿Qué clase de broma es esta?”.

Fue todo lo que pudo decir antes que lo amordazara.

“¿Fue tu culpa que mi esposo recibiera el disparo, verdad?”. Le enterré el cuchillo una vez. Sabía perfectamente la forma de quitar la vida a una persona de inmediato, haciendo la muerte lo más limpia e indolora posible, pero en esta ocasión sería distinto. “Malnacido muerto de hambre. Tus malditos usureros terminaron acabándose la tienda. Dejaste que el negocio se fuera a la ruina porque te aterrorizaba estar allí”.

precio en los ojos

Sacudía la cabeza desesperadamente, intentando negarlo todo, pero sus ojos me decían la verdad. Nunca me di cuenta hasta ese instante. Fue un momento de claridad total y lo odié todavía más. Tanto Danna como yo hicimos lo que mejor sabíamos: ella se escondió pues no quería ver el baño de sangre que estaba a punto de suceder mientras yo apuñalaba una y otra vez.

Cuando la policía encontró el cuerpo, no tardaron en arrestar al usurero de Stu. Había estado bajo investigación desde hacía mucho tiempo y solo necesitaban una movida más para atraparlo. Los detectives confirmaron mi sospecha de que la muerte de mi esposo fue una advertencia para que Stu pagara lo que debía.

Me di cuenta que, al cerrarse el caso, mi sed de sangre disminuyó. Aún salgo de cacería los fines de semana, pero he dejado de matar gente. Nada podrá regresarme a Thom, pero debo seguir adelante, aprender cosas nuevas y buscarme un empleo que disfrute. Aún tengo mucho por vivir.

Entonces, permíteme darte un consejo: si estás pensando en contratar un sicario, no lo hagas. El mejor ya no está en el negocio. Traducción y adaptación por Marcianosmx.com

9 comentarios en “Me contrataron para asesinarme”

  1. Como para una película!! muy buena historia, anque estaría chido que en la infancia la hermana asesina salve a la que se la pasa ocultándose y que esta le diga «yo daría la vida por ti» o algo así y que la gente crea que en verdad le quita la vida, «matándola» encapuchada y así delante de su cuñado y que al final estén vivas y le haga eso que pusieron aquí XD y que sea Megan Fox o Isabel Lucas o una asi por el estilo XD

    1. El hombre del ciclostil

      ¿De qué hablas? si la trama se revela en la última parte del relato, ya muy avanzada la historia. ¿Predecible a partir de dónde, ya sabías que el cuñado había matado a su hermano, cómo supiste que eran gemelas si no lo revela hasta que busca alguien para fingir la muerte?
      Es una excelente historia, muy entretenida. No se me hace justo que se merezca un «muy predecible».

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