Lundehund de Noruega: un perro con historia extraordinaria

En la rica historia de la crianza de perros en todo el mundo, el Lundehund de Noruega destaca como una raza canina única. Especialmente porque se adaptó a un propósito singular: la caza de frailecillos en las costas norteñas de Noruega. Esta historia revela la notable habilidad de los humanos para moldear y preservar razas caninas de acuerdo a sus necesidades específicas. Desde su apariencia hasta las habilidades físicas extraordinarias, el Lundehund es un testimonio de la creatividad en la crianza de perros y su relación con la supervivencia de comunidades locales.

Lundehund de Noruega1

Orígenes del Lundehund.

En un pasado no tan lejano, los habitantes de la costa norte de Noruega se encontraron con un desafío único: la captura de frailecillos. Aves marinas que anidan en acantilados rocosos inaccesibles. Los frailecillos, con sus exquisitos cuerpos parecidos a pingüinos de picos extravagantes, representaban una fuente crucial de alimento durante los implacables inviernos árticos. Sin embargo, capturar estas esquivas aves era una tarea ardua, dadas sus características y hábitats inaccesibles.

Para abordar este desafío, los noruegos criaron al Lundehund, un perro diseñado específicamente para la caza de frailecillos. Este pequeño can posee una serie de características únicas que lo hacen perfecto para la tarea.

Adaptaciones físicas asombrosas.

Una de las adaptaciones más notables del Lundehund es la polidactilia. A diferencia de la mayoría de las razas caninas, que presentan espolones vestigiales en las patas traseras, el Lundehund tiene seis dedos completamente desarrollados en cada pata. Estos dedos adicionales le proporcionan una tracción excepcional en los resbaladizos acantilados marinos, lo que le permite moverse con agilidad en espacios estrechos y empinados. Además, estos dedos adicionales son cruciales para agarrar a las aves y llevarlas de vuelta a sus amos.

Origenes del Lundehund

La flexibilidad del Lundehund es otra característica excepcional que lo distingue de otras razas caninas. Sus patas delanteras pueden extenderse hacia los lados, lo que le permite recostarse sobre su pecho y moverse en espacios angostos. Características esenciales para explorar las cuevas donde anidan los frailecillos. Su cuello y columna vertebral son increíblemente flexibles, lo que le permite torcerse y girar en los estrechos pasajes de estas cuevas sin esfuerzo.

La estructura de las orejas del Lundehund también es única y vital para su labor. Sus orejas, generalmente verticales, pueden doblarse hacia adelante o hacia atrás, y la punta de la oreja puede erguirse de forma independiente. Esto le permite utilizar sus oídos de manera eficiente incluso en espacios pequeños y cubiertos, evitando que entre tierra y agua en sus oídos mientras explora las cuevas.

Supervivencia de la raza.

A pesar de estas adaptaciones asombrosas, el Lundehund no está exento de desafíos evolutivos. Presenta una mandíbula similar a la de un antiguo perro extinto, el Varranger, con dos dientes menos que otras razas de perros. Además, sufre del “síndrome de Lundehund,” una afección que afecta su sistema digestivo y puede llevar a problemas graves de absorción de nutrientes. Esto puede hacer que los perros con esta enfermedad sufran de desnutrición, independientemente de lo que coman.

Sin embargo, a pesar de estos obstáculos evolutivos y las dificultades que enfrentan en su labor de caza de frailecillos, el Lundehund ha demostrado ser un perro valioso para la comunidad local en el pasado.

La resiliencia y preservación del Lundehund.

La historia del Lundehund es también una historia de resiliencia y esfuerzo humano para preservar una raza única. En la década de 1920, la población de Lundehunds se redujo a solo unos 50 ejemplares en todo el mundo. En un momento crucial, Sigurd Skuan descubrió algunos Lundehunds en la isla Værøy en 1925 y quedó fascinado por estos perros. Sin embargo, el Norwegian Kennel Club inicialmente pensó que el Lundehund era simplemente una variante de una raza existente.

Sería Eleanor Christie quien, al encontrar un artículo sobre el Lundehund en 1937, comenzó una misión para obtener varios Lundehunds y criarlos. Encontrar a los perros fue una tarea complicada, pero eventualmente localizó a un granjero llamado Monrad Mikalson en la isla Værøy, que estuvo dispuesto a cederle cuatro de sus perros: un macho y tres hembras. La Sra. Christie recibió los perros en 1939.

La epidemia que casi extingue la raza.

Sin embargo, la historia del Lundehund estuvo cerca de un trágico final. En 1942, una epidemia de moquillo azotó Værøy y las islas cercanas, diezmando a todos los Lundehunds conocidos, excepto uno. El granjero que había enviado los perros a la Sra. Christie ahora le pedía ayuda. Eleanor Christie respondió enviando dos perras preñadas y dos cachorros. Una vez más, la raza corrió con suerte.

Lundehund van de caceria

Si no fuera por esta acción valiente y perseverante, es probable que los Lundehunds no existieran en la actualidad. En 1944, el moquillo afectó a todos los perros de Eleanor, matándolos a todos, excepto al macho original. Monrad y Eleanor se hicieron amigos de por vida, y se enviaban perros cada cierto tiempo para intentar salvar la raza. A pesar de todo su esfuerzo, no fue sino hasta bien entrada la década de 1960 que el número de Lundehunds superó los dos dígitos.

El Lundehund en nuestros días.

Afortunadamente, el Lundehund se salvó de la extinción inminente. A partir de esos cinco perros que sobrevivieron al moquillo (los cuatro de Eleanor y el perro de Værøy), los noruegos pudieron reconstruir la raza. Según los datos disponibles hasta 2010, se estimaba que existían alrededor de 1400 Lundehunds en el mundo. Con aproximadamente 600 de ellos en Noruega y unos 350 en los Estados Unidos.

Hoy en día, el Lundehund se considera una raza rara pero no en peligro crítico. Su historia fascinante y sus notables adaptaciones físicas lo convierten en una raza canina que despierta la curiosidad y el interés de amantes de los perros de todo el mundo. Además, su papel histórico como cazador de frailecillos es un recordatorio de la estrecha relación entre los humanos y sus fieles compañeros caninos en la supervivencia de las comunidades locales.

Lundehund en nuestros dias

Perro extraordinario.

La historia del Lundehund de Noruega es una crónica de adaptación y perseverancia. Criado para una tarea única y desafiante, este pequeño can demostró ser un compañero invaluable para las comunidades costeras de Noruega. Sus adaptaciones físicas asombrosas, incluida la polidactilia y la flexibilidad, lo convierten en una raza canina única.

A pesar de los desafíos evolutivos y la amenaza de extinción, el Lundehund sobrevive gracias a la dedicación de personas apasionadas y valientes, como Eleanor Christie. Hoy en día, esta raza sigue cautivando a quienes exploran su historia y a aquellos que tienen el privilegio de compartir su vida con estos caninos.

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