“La sociedad de la nieve” y la tragedia que inspiró la película

La película “La sociedad de la nieve”, que se estrenó en Netflix en enero de 2024, es la última adaptación de la historia real del Vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, que se estrelló en los Andes en 1972, dejando 29 muertos y 16 sobrevivientes. El filme, dirigido por Juan Antonio Bayona y basado en el libro de Pablo Vierci, amigo de la infancia de los jóvenes en el vuelo, narra las dificultades y los dilemas que los sobrevivientes tuvieron que afrontar para mantenerse vivos durante casi dos meses en la nieve.

La sociedad de la nieve1

La producción resultó un éxito tanto en el público como en la crítica, liderando los más vistos de Netflix en la semana de estreno con 22.9 millones de visualizaciones. Además, recibió 8 nominaciones al premio Goya, el más importante del cine español. También es un fuerte candidato al Oscar a la Mejor Película Extranjera. Conoce más sobre la historia real detrás de la pantalla:

Accidente del Vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya.

El viernes 13 de octubre de 1972, un turbohélice Fairchild FH-7827 D de la Fuerza Aérea Uruguaya volaba sobre la Cordillera de los Andes transportando al equipo de rugby de Uruguay para jugar un partido en Chile. El avión había salido de Montevideo, la capital de Uruguay, y llevaba 45 personas: miembros del equipo de rugby Old Christians Club, sus amigos, familiares y asociados.

El avión ya había hecho una parada forzada en Mendoza, Argentina, debido a una tormenta. Las condiciones climáticas no mejoraron al día siguiente, pero el avión despegó de todos modos. Las nubes eran densas en la región y bloqueaban la visión de los pilotos. La navegación, entonces, dependía esencialmente de los instrumentos del avión. Pensando que estaban cerca del destino, el copiloto pidió permiso para descender en Mendoza. El aeropuerto, que también tenía los radares comprometidos, se lo concedió.

Al descender, el avión pasó por una fuerte turbulencia. Cuando salió de las nubes, no vieron la pista de aterrizaje del aeropuerto. Por el contrario: se encontraron con la Cordillera de los Andes. Tras el impacto, solo 33 de los 45 pasajeros sobrevivieron. Y los que quedaron pasaron por un verdadero infierno en los meses siguientes.

La supervivencia.

El mayor desafío era, sin duda, sobrevivir a las nevadas y temperaturas congelantes de los Andes. Eran casi -30°C y el peligro constante de congelamiento. Los integrantes del grupo se golpeaban unos a otros (lo que activaba la circulación de sangre en las regiones afectadas) para mantenerse calientes. Lo que también dificultó la supervivencia fue la escasez de comida. Encontraron algunos suministros en el avión, como galletas, chocolates y bebidas, pero no duraron lo suficiente. Para saciar la sed, bebían el agua derretida de la nieve.

Fotografias tragicas vuelo 571 andes (1)

El frío extremo y el hambre fueron, poco a poco, acabando con los sobrevivientes: seis murieron en los días siguientes y otros ocho quedaron sepultados por una avalancha. Los que quedaron recurrieron a la carne de los cadáveres para prolongar sus días. Casi dos meses después del accidente, el número de sobrevivientes se redujo a 16. Estaban cada vez más débiles y sin tiempo: o salían del refugio para buscar ayuda, o morirían todos en la nieve.

Dos sobrevivientes, de los pocos que aún podían caminar, partieron en la misión del rescate: el plan era escalar una montaña y esperar encontrar algún pueblo que les ofreciera ayuda. Fueron cerca de 60 km, recorridos en diez días, hasta avistar a otro humano. El hombre les dio comida y, luego, alertó a las autoridades sobre la existencia de los otros. Un helicóptero rescató a los 16 jóvenes del medio de la nieve.

La repercusión de la historia.

La historia del “milagro de los Andes” se difundió rápidamente por el mundo, tanto el emocionante relato del rescate como el espantoso caso de canibalismo. Los uruguayos defendieron sus acciones, diciendo que era la única forma de sobrevivir en condiciones tan extremas.

“El accidente es muy conocido en Uruguay, especialmente en el mundo del rugby, y nos enseña sobre todo que nunca debemos rendirnos”, dice el uruguayo Emiliano Caffera, técnico de la selección brasileña de rugby. “El respeto y el cuidado que tuvieron unos por otros es admirable, porque estamos hablando de decisiones que ponían en juego sus propias vidas. Entonces, fueron muy organizados, disciplinados e hicieron un gran trabajo en equipo, teniendo éxito a base de perseverancia y amor”.

Los sobrevivientes escribieron varios libros. Fotos del accidente y cartas escritas por ellos y por los compañeros fallecidos también cuentan la historia de la tragedia que terminaría inspirando La sociedad de la nieve.