Prisión de Gitarama, un Infierno en la Tierra

¿Merecerá la Prisión de Gitarama, situada en Ruanda, África, esta denominación? Muchos sitios fueron llamados “Infierno en la Tierra” a lo largo de la historia. Especialmente tras el holocausto de la Segunda Guerra Mundial, cuando el término se volvió un “lugar común” en diversas partes del globo. Empleando esta denominación para destacar lugares inhabitables, peligrosos e insalubres. Pero, ¿Qué lugar podría merecerse un título tan horrendo por méritos nada más que propios? ¿Qué sitio en este planeta podría ser tan terrible al punto de ser comparado con los propios infiernos?, dándole pauta a todas sus connotaciones horrendamente dantescas.

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Uno de los lugares favoritos a los que se puede llamar «el infierno en la Tierra» se sitúa en África, específicamente en un país llamado Ruanda. En las proximidades de la segunda ciudad más poblada de este pequeño y pobre estado del este de África se encuentra la abominable Prisión de Gitarama.

Prisión de Gitarama.

El lugar tiene el mote de ser la prisión más brutal del mundo (¿recuerdas aquel ranking de las 10 peores prisiones?, pues quedó en primer lugar). Este sitio es constantemente denunciado por organismos internacionales de derechos humanos. Pero, Gitarama hizo una sola y única mejora desde que entró en la lista de las instituciones humanitarias de todo el mundo que claman por su cierre: un cargamento de cobertores de la Cruz Roja Internacional recibió el permiso para entregarse a los convictos. Y eso fue todo.

La prisión de Gitarama está situada en los bordes de una selva, sobre un terreno cercado con un muro de concreto armado y alambre de púas reforzado que aísla a los prisioneros del resto del mundo. El muro en sí no es tan alto, y a primera vista no sería un impedimento para un convicto determinado a escapar. El gran problema es que el campo circundante está atestado de minas terrestres artesanales. Esa virtual «tierra de nadie», es imposible de cruzar sin correr el riesgo de pisar una mina cargada con chatarra metálica y vidrio molido

Nadie puede escapar.

Los que intentan cruzar este lugar y terminan mutilados deben arreglárselas ellos mismos para regresar a la cárcel si quieren recibir un poco de ayuda. Nadie en su sano juicio se aventura más allá del perímetro de seguridad. Entre los custodios de Gitarama corre el rumor de que el mapa con la ubicación precisa de las minas se perdió hace mucho tiempo, y por lo que nadie se atrevería a pisar allí. Hace unos años, cuatro hombres trataron de fugarse atravesando la hierba alta, uno de ellos pisó una mina, otros dos fueron fusilados. El último, de forma milagrosa, logró gatear de nuevo a la cárcel.

Junto a la entrada existe un cementerio con algunas lapidas con nombre, pertenecientes de forma exclusiva a los funcionarios y guardias. Los prisioneros son enterrados en fosas comunes y cubiertos con cal viva para acelerar la descomposición de sus cadáveres. En Gitarama se precisa garantizar el espacio de forma constante para los nuevos cuerpos, la demanda no parece cesar nunca.

Apenas existe una entrada a la prisión, un camino de terracería de tres metros de ancho, vigilado de forma constante por guardias ubicados a cada veinte metros. No hay forma de salir de Gitarama que no sea atravesando ese camino. Cualquier persona que ande por esta ruta sin la identificación adecuada es fusilada sin piedad. Los guardias cumplen su papel, pues uno de los castigos para los funcionarios corruptos es terminar en esta misma cárcel, convirtiéndose él mismo en un prisionero.

Pero esas cosas resultan insignificantes, en realidad no es eso lo que convierte a Gitarama en un lugar infernal.

Gitarama, Ruanda

Una prisión infernal en Ruanda.

La prisión está conformada por dos edificios de cuatro plantas cada uno. Construidos específicamente con concreto de color ocre. Los edificios fueron parte de un complejo habitacional en 1960, construidos por una multinacional británica para que sirvieran de vivienda a sus empleados. Cuando la empresa cerró, el gobierno dictatorial alquiló el lugar con el objetivo de transformarlo en una prisión política. Desde entonces, las cosas no han cambiado mucho, a pesar de que Ruanda ha tenido la transición de diferentes gobiernos, cada uno de ellos parece encontrar un uso práctico para Gitarama.

Se estima que la población penitenciaria alcanza los 7,000 individuos. Siete mil personas amontonadas en dos edificios de cuatro plantas cada uno. El hacinamiento ha provocado que los convictos se distribuyan en todos los espacios posibles. El espacio es una de las cosas más valiosas en este sitio olvidado por Dios. Una capacidad razonable para los estándares occidentales debería ser de un máximo de 400 prisioneros.

Los detenidos son confinados a las antiguas habitaciones de los apartamentos con las ventanas selladas con barrotes de hierro. En estos espacios cerrados y oscuros el hedor es del infierno. Las escaleras y los pasillos siempre se encuentran atestados de presos que no se atreven sentarse o acostarse por miedo a morir aplastados. Pueden caminar por el patio que tiene el tamaño de una cuadra de fútbol de salón con techo, y eso es todo.

Sobrepoblación carcelaria.

Aquellos con suerte logran encontrar un espacio en los «dormitorios» donde pueden tumbarse y tal vez dormir. Pero la sobrepoblación es tal que incluso los baños (los 20 existentes) están siempre llenos. La prisión de Gitarama es simplemente demasiado pequeña para la ridícula cantidad de personas presas allí. Solo como dato de referencia, esta prisión nunca recibiría aprobación de la agencia reguladora de los derechos de los animales en el Reino Unido, responsable de las normas de arbitraje de los mataderos. Las instalaciones se considerarían inhumanas incluso para los cerdos.

Los guardias nunca entran a Gitarama. Rara vez alguien – además de los propios prisioneros, se aventura al interior de la prisión. Los suministros, el agua y los alimentos se dejan en la puerta una vez por semana, y es responsabilidad de los prisioneros distribuir estos artículos entre sí. También una vez por semana los botes de basura con los excrementos y cadáveres se dejan en el mismo acceso de la recolección. El servicio médico es voluntario, brindado por médicos y religiosos, pero nunca es suficiente como para proporcionar un tratamiento adecuado a los pacientes. El gobierno de Ruanda no se hace responsable de estos voluntarios y, de hecho, algunos que cruzaron la puerta, simplemente desaparecieron en el otro lado.

Sorprendentemente, en Gitarama nunca se han suscitado rebeliones o motines que hayan requerido la intervención de la policía o las autoridades penitenciarias. Los presos son responsables de su propia regulación y nadie se sabe cómo se organizan. La mayoría de los que llegan se queda para siempre, estos hombres enviados a prisión y que cumplen cadena perpetua por cargos de asesinato, violación, hurto, extremismo… tienen en común el hecho de que todos pertenecen a la etnia Hutu.

Los hutus de Ruanda.

Los hutus cargan la responsabilidad por uno de los genocidios más grandes de la década de 1990, con nula piedad masacraron a sus oponentes, los Tutsi, en los conflictos étnicos que azotaron el país africano en 1994 y que causaron más de un millón de muertes. Como una forma de promover la barbarie, los Hutus que controlaban las fuerzas armadas fomentaron un deseo asesino en la población civil, proporcionándole armas y promulgando la «muerte a los Tutsi».

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Foto: Didier Ruef

A pesar de tener al ejército de su lado, los machetes fueron las armas que tristemente se volvieron celebres en estas horribles masacres. Los machetes, fueron utilizados como una herramienta de intimidación, tortura y, por supuesto, de muerte. Se estima que uno de cada tres hutu, recibió como regalo un machete por parte del gobierno con órdenes de utilizarlos contra los enemigos. Los hutu utilizaban esto cuchillos largos y puntiagudos para mutilar a sus enemigos – los términos «manga larga» y «manga corta», designaban el sitio donde se cortaba el miembro: en la muñeca o desde el codo. En la actual población de Ruanda aún se pueden ver esas cicatrices de esos años de locura con miles de desaparecidos, mutilado y traumatizados.

Con el cese de la Guerra Civil, los gobiernos de transición se dividieron el poder y mediante acuerdos de paz lograron frenar las hostilidades. El gobierno actual de coalición llegó a la conclusión de que las acciones de los hutus, consideradas crímenes contra la humanidad, no podían quedar impunes, por lo que giraron órdenes para que fueran recluidos en prisiones como Gitarama. Es innegable que existe un clima de revancha de los oprimidos contra los opresores, y venganza contra quienes promovieron una de las mayores vergüenzas de aquellos años.

La reducida supervivencia en la prisión de Gitarama.

Según las versiones de «Médicos Sin Fronteras«, los prisioneros sobreviven un máximo de 8 meses al interior de la cárcel. Uno de cada ocho muere antes de siquiera cumplir cinco meses en este lugar. Sin embargo, se continúan recibiendo prisioneros enviados de otras prisiones que implican a los Hutus responsables de las masacres. Los voluntarios hicieron un estudio de las condiciones generales.

Una gran cantidad de internos sufrían de traumas, incluyendo tímpanos estallados y mordidas causadas por otros presos, mientras que un número mucho más elevado sufría de áreas pútridas en las plantas de los pies debido a que andan descalzos en condiciones insalubres. Muchos han perdido dedos, pies o piernas debido a la gangrena. La septicemia colorea a los hombres, las extremidades se vuelven de un color negro como boca de lobo, los cuerpos grises y rostros adquieren un color amarillo fantasmagórico.

«El hedor digno de una jaula de león mezclado con las aguas residuales y los murmullos dementes son incapaces de preparar al visitante para la realidad al interior de la cárcel.» escribió un médico alemán que trabaja en MSF y que tuvo acceso al interior de Gitarama. «El ondulante océano de rostros semi-desnudos y cuerpos esqueléticos, colocados el uno al lado del otro casi amontonados en el suelo o en las paredes provoca una constante sensación de claustrofobia. Casi no hay forma de caminar, no sin tropezar o pisar a los demás. No hay una forma de asegurarse de que la persona de al lado esté viva o muerta, muchos de ellos se enferman de la noche a la mañana, sufren de disentería y deshidratación«.

El mismo aire es un recurso escaso, muchos hombres mueren por asfixia, no pueden respirar. «Si una epidemia lograr entrar a esta cárcel, no quería imaginar los efectos«, comentó Veronique Troyes, miembro de un Comité de la Cruz Roja Internacional que inspeccionó la cárcel en septiembre pasado.

Canibalismo en la prisión de Gitarama.

Pero el terror en este infierno terrenal parece no conocer límites. Para volver más aterradora esta pesadilla causada por este lugar infame, los observadores internacionales revelaron un aspecto aún más espantoso presente en Gitarama: El canibalismo.

La prisión cuenta con dos áreas que sirven como cocinas improvisadas en las que los convictos preparan sus comidas en recipientes metálicos llenos de aceite. El humo se esparce por toda la estructura, impregnándose y mezclándose con otros olores indescriptibles. Cada interno tiene derecho a una sola comida al día y muchos deben enfrentarse con sus compañeros de prisión y luchar para conseguir algo de sustento.

El más fuerte, por supuesto, se hace con el control de la división y el más débil se queda sin nada. En medio de la profunda desesperación causada por el hambre, algunos presos terminan rompiendo uno de los tabúes más antiguos de la humanidad y se alimentan de sus colegas.

«Es una realidad aterradora«, informa Veronique, «El canibalismo está presente en la prisión de Gitarama, con el entero conocimiento de los guardias y autoridades. Los presos cuentan con una especie de lotería en la que las víctimas son elegidas al azar, los mal afortunados desaparecen sin dejar rastro. Escuche algunos relatos tétricos de esta práctica”.

A pesar de la presión internacional, la prisión de Gitarama junto con sus prisioneros y sus prácticas parece que seguirán funcionando durante mucho tiempo más. Entonces, ¿ahora crees que el infierno haya abierto una sucursal en la tierra?

26 comentarios en “Prisión de Gitarama, un Infierno en la Tierra”

  1. Waldo Liberona Morno

    Son las potencias grandes potencias mundiales las que tienen que intervenir en este tipo de decadencia del género humano. Que no den vuelta la cara cobardemente,…. que no solo se dediquen a explotar al tercer mundo. Que reconozcan que » ellos » viven en este planeta donde suceden estas atrosidades. » OJO » nadie puede estar libre en un mundo donde se practica el canibalismo.

  2. a esta prision es necesario enviar a los mas malvados del planeta y a los menos peligrosos tambien que construyan mas presidios y lo mas importante que construyan carreteras de 4 vias ,industrias,fabricas canales de riego de miles de kmts de largo,puentes, escuelas y colegios bien grandes y otras obras que sean de beneficio para el estado y el publico si alguien conoce ese sector comunique conmigo soy del ecuador america del sur con inteligencia de 140 real honesto mi correo nelsonizacalapaqui arroba gmail.com

  3. Tan bien perpetrada no debe estar cuando los diablos que viven en su interior sobreviven durante meses. Esa gentuza no debería vivir más de 2 semanas si realmente fuera un sitio tan horrible.
    Se trata al 100% de seres de la étnia Hutu, que mutilaban y torturaban a los que hoy son sus vigilantes y a sus hijos… Sencillamente no podemos mirar sitios así desde una perspectiva internacional porque en esos países los seres humanos no son iguales, son menos evolucionados, mucho peor que cualquier rata de un país civilizado, y están acostumbrados y se merecen vivir así.
    Pensad que nadie que esté en esa carcel está ahí sin haber hecho nada, podría tratárseles mucho peor. De hecho y por lo que leo hasta se les da comida y alguna vez asistencia sanitaria. Demasiado lujo para esos monstruos. Debería haber más cárceles así pero un poquito más duras.

    1. Eso es! De hecho debería revisarse el hecho de enterrar a los fallecidos, darles comida y tener tanto cuarto de baño porque no se lo merecen. Apoyo al 100% que se alimenten mediante canibalismo y ni siquiera tengan agua corriente.

  4. En la foto se ven muchas caras de pena y sufrimiento, ¿Cuántos de estos presos de la foto mataron a machetazos a niños, bebes, mujeres ancianos y otros por el solo motivo de ser de otra etnia? Practicaron hasta canibalismo cuando cometían el genocidio contra los Tutsis. A otros los quemaron, los rociaron con bencina y les prendieron fuego, noticias en imágenes difundidas vía satélite.
    El castigo, entonces por estar en Gitarama es bondadoso comparado con los horribles crímenes que cometieron. Hasta el infierno de Dante sería poco por sus crímenes.

      1. pa que? terminaria llena de inocentes, activistas, luchadores sociales y demas… y los culpables bien gracias…. sino un chapo con una habitacion 10×10 cusodiada cenando caviar y champagne…

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