En un episodio que genera amplia controversia, Kenneth Smith, de 58 años, fue ejecutado mediante inhalación de nitrógeno en una prisión de Atmore, Alabama, en Estados Unidos. Este método, autorizado por la Suprema Corte del país, se presenta como una alternativa a la famosa inyección letal. La cual enfrenta obstáculos debido a la negativa de las empresas farmacéuticas a suministrar los insumos necesarios.
Asfixia por nitrógeno: un método de ejecución polémico.
La ejecución, que tuvo lugar a las 19:53 h del 25 de enero, estuvo marcada por una serie de eventos que suscitan críticas y protestas, tanto a nivel nacional como internacional. Y es que, pese a la supuesta naturaleza de la inhalación de nitrógeno, testigos oculares informaron sobre un intenso sufrimiento que experimentó el condenado durante su ejecución. Tras atarlo a una camilla, el equipo penitenciario le instaló una máscara.
Poco después, empezaron a liberar nitrógeno hacia sus pulmones, un gas inerte que compone casi el 80% del aire en la atmósfera terrestre. El cuerpo humano está familiarizado con el nitrógeno y no lo rechaza. Sin embargo, a diferencia del oxígeno, que representa el 21% del aire que respiramos, no puede emplearse en la generación de energía. Según las autoridades estadounidenses, la inhalación de nitrógeno es un método de ejecución indoloro, ya que el condenado pierde la conciencia en cuestión de segundos.
No es lo que esperaban.
Cinco periodistas locales, presentes en la ejecución, relataron que Smith mostró signos de agitación y contorsiones durante al menos dos minutos después de iniciado el procedimiento. Contrario a la expectativa, Smith continuó respirando de manera entrecortada por varios minutos. Esto generó preocupaciones sobre la eficacia y humanidad del método. La ejecución por inhalación de nitrógeno es una práctica legalizada en otros estados como Mississippi y Oklahoma. Pero este caso destaca como la primera vez que se cumplió sentencia.
“Estuve presente en cuatro ejecuciones antes, pero jamás atestigüé una tan violenta”, declaró el periodista Lee Hedgepeth. También describió con horror la forma en que la cabeza de Smith se movió frenéticamente, de un lado a otro, durante todo el procedimiento. La respiración del condenado disminuyó paulatinamente hasta que, siendo las 20:25 h, se detuvo. Sí, más de media hora después del inicio de la ejecución.
La controversia sobre la práctica.
Aunque dicho método se utiliza comúnmente en la eutanasia de animales, surge la pregunta ética sobre su aplicabilidad en seres humanos. De hecho, los especialistas veterinarios desaconsejan su aplicación en mamíferos, a excepción de los cerdos. Especialmente después de las impactantes observaciones realizadas durante la ejecución de Kenneth Smith. Y es que esta era la segunda ocasión en que intentaban ejecutarlo. En noviembre de 2022, los enfermeros de la prisión no lograron encontrar una vena a tiempo para aplicarle la inyección letal.
Previo a la aplicación del procedimiento, Smith emitió una extensa declaración, en la cual expresó la opinión de que Alabama estaba dando un paso atrás en términos de humanidad al optar por este método. Este testimonio, unido a las reacciones visiblemente perturbadoras durante la ejecución, avivaron el debate en torno a la ética de la pena de muerte y los métodos utilizados en el sistema judicial estadounidense.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) se pronunció en contra de la ejecución de Smith mediante la inhalación de nitrógeno, calificándola como potencialmente constitutiva de tortura o castigo cruel, inhumano o degradante según la legislación internacional de derechos humanos. A pesar de esta condena, la Suprema Corte de los Estados Unidos autorizó el procedimiento, resaltando las tensiones y desafíos éticos que rodean la aplicación de la pena de muerte en la actualidad.
Buscando la forma más piadosa de matar.
El caso de Kenneth Smith también pone de relieve la creciente dificultad que enfrenta el sistema judicial estadounidense para llevar a cabo ejecuciones mediante el método tradicional de inyección letal. Durante la última década, las empresas farmacéuticas se han negado sistemáticamente a proporcionar los compuestos necesarios para este método, generando una búsqueda de alternativas que plantea serias cuestiones éticas.
La controversia en torno a la pena de muerte se intensifica aún más al considerar la posibilidad de métodos alternativos, como el propuesto por el gobierno de Arizona de utilizar cianuro de hidrógeno, la misma sustancia utilizada en las cámaras de gas de los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Este revelador hecho, expuesto por el periódico The Guardian en 2021, avivó las críticas tanto a nivel nacional como internacional, cuestionando la ética detrás de las decisiones tomadas en nombre de la justicia.
La ejecución de Kenneth Smith, marcada por la aparente ineficacia del método de inhalación de nitrógeno, subraya la urgencia de abordar estos desafíos éticos en el sistema judicial estadounidense. La resistencia de las compañías farmacéuticas a participar en el proceso de aplicación de la pena de muerte también plantea preguntas más amplias sobre la responsabilidad corporativa en cuestiones éticas y legales.
Kenneth Smith Smith fue condenado a muerte por el asesinato de Elizabeth Sennett en 1988. El esposo de esta, un pastor, contrató a Smith y otros dos hombres para perpetrar el homicidio.
creo que es justo, si matan a alguien, que sufran MAS
Supongo que está buena persona debía morir de una manera tranquila y piadosa, igual que la mujer a la que asesino.
Ese es el problema con los derechos humanos. Estas gentes deberían de recibir el mismo trato que ellos tuvieron con sus víctimas y punto.