La madrugada avanzaba como de costumbre en la pequeña ciudad de Coos Bay, en Oregón, Estados Unidos. En aquella fría y oscura atmósfera la enfermera Mary Jane* cuidaba a una paciente de 78 años cuando, de repente, algo llamó su atención: un grupo de individuos vandalizaba con saña su automóvil, estacionado justo en frente de la casa de la anciana.
Sumamente asustada, Mary llamó a la policía y se ocultó. Pero cuando los oficiales llegaron a la escena, no encontraron absolutamente nada. El automóvil estaba intacto no y había señal alguna de vandalismo, mucho menos de posibles perpetradores. La policía terminó retirándose del sitio, Mary sacudió la cabeza, le echó la culpa a la fatiga y siguió cuidando de su paciente.
Sin embargo, dos horas más tarde la escena se repitió: la enfermera divisó a un grupo de vándalos haciendo añicos su auto. Nuevamente llamó a la policía y, otra vez, los oficiales no encontraron nada. Preocupados por la cordura de la mujer, la condujeron al hospital de Bay Area, donde se le practicó una serie de exámenes que no arrojaron nada malo.
Si eso ya es algo perturbador, todavía tenemos más: Mary no fue la única que presentó alucinaciones ese día. De hecho, cuatro personas más reportaron los mismos síntomas, y todas tenían en común su contacto con la enfermera. La primera fue la anciana que Mary estaba cuidando. Después, fueron los dos policías que respondieron a la primera llamada de emergencia. Y, finalmente, un empleado del hospital que afirmó estar viendo cosas.
Este grupo de cuatro personas fue hospitalizado y también se le practicaron exámenes, pero no se encontró nada extraño en sus cerebros. Ahora lo más extraño: esa tarde, toda área donde estuvo Mary (la casa y toda el ala del hospital) fue aislada y puesta en cuarentena, revisada y descontaminada, pero nunca se encontró nada que justificara la pequeña epidemia. Ninguna fuente de contaminación, resto de droga, absolutamente nada fuera de lo normal. La casa, el hospital y la sangre de los pacientes estaban libres de cualquier alucinógeno conocido.
Y hasta ahora nadie ha podido explicar el extraño fenómeno, digno de un libro de terror. Sin embargo, la policía y los médicos del hospital ofrecieron algunas hipótesis en un intento por arrojar un poco de luz al caso: la más aceptada es que las alucinaciones fueron producto del cansancio de las personas involucradas. Cuatro de estos individuos tienen empleos emocionalmente exigentes (enfermera de ancianos, empleado de hospital y policías), y la persona restante tiene una edad avanzada. La de Mary, específicamente, pudo haberse producido por el contacto con los medicamentos para el Parkinson.
Sin embargo, esta explicación parece muy poco probable cuando se toma en cuenta la coincidencia de los “alucinados” ese mismo día. Algunos médicos del hospital creen que la causa pudo haber sido un hongo, cuyas esporas se encontraban en el aire de la zona a esa hora, eso explicaría por qué todos los que se acercaron a Mary sufrieron de alucinaciones: las esporas posiblemente quedaron atrapadas en la ropa y el cabello de la enfermera, para después ser aspiradas por accidente. Pero no se encontró ningún elemento anormal en la sangre de estas personas.
Una tercera hipótesis, y quizá la más plausible si estás de acuerdo con la primera, es algo conocido como “folie à deux”: una ilusión compartida por varias personas bajo una situación estresante. Eso tiene sentido si suponemos que los policías se “asustaron” después de la primera llamada de Mary, y cuando llevaron a la enfermera al hospital comentaron a los empleados la extraña situación. A partir de aquí, las cuatro personas quedaron condicionadas por el miedo, experimentando los mismos síntomas.
Aun así, nadie tiene certeza de esta hipótesis: según algunas personas, pudo tratarse de extraterrestres intentando dominar las mentes de seres humanos, del gobierno haciendo experimentos en una pequeña ciudad o hasta el inicio de una epidemia zombi. Una historia para contar en las noches de Halloween.
* es un nombre ficticio.
ES MUY MOLESTO ESTAR PONIENDO UNA Y OTRA VES LOS DATOS PERSONALES, POR FAVOR HAGAN ALGO
Esto fue una falla en la Matrix
Ensayo sobre la ceguera (1995): una extraña epidemia condena a una ciudad a la ceguera blanca. José Saramago.
interesante historia