En el año de 1969, a lo largo de varias semanas el flujo de agua que recorre la American Falls, una de las tres caídas de agua que integran las famosas cataratas del Niágara, se vio reducido a poco más que un goteo. American Falls es distinguible por la gran cantidad de roca partida en su base, un fenómeno que geología denomina talud o pedrero.
A finales de la década de 1960, la preocupación se centraba en el hecho de que el aumento de estas rocas podría erosionar por completo la caída. Con el fin de realizar un estudio más profundo en la zona, se decidió drenar la catarata. Para estudiar la composición geológica de esta caída de agua y evitar su potencial destrucción, una comisión estadounidense decidió retirar el agua durante cinco meses.
Secando la catarata Estadounidense.
Con el flujo del agua reducido a prácticamente cero se constató una sospecha macabra: varios cuerpos fueron encontrados en el lecho rocoso. Las cataratas del Niágara son una de las atracciones turísticas más bellas de Norteamérica, y uno de los puntos más visitados en la región. Sin embargo, el lugar también es escenario de multitud de muertes, ya sea accidentales o premeditadas (principalmente suicidios), y algunos de los cuerpos de esas personas que pierden la vida en este lugar jamás regresan a la superficie, fue por esto que la reducida cantidad de cadáveres terminó tomando por sorpresa a los geólogos.
En junio de 1969, durante 72 horas más de 1,200 camiones vertieron 28,000 toneladas de grava para formar una barrera en la parte superior del río, desviando el flujo del Niágara de la American Falls hacia la Canadá Falls, una catarata de mayor tamaño.
Una catarata seca.
Con la catarata seca por primera vez en miles de años, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos arrancó la investigación. Mientras los ingenieros perforaban el lecho del río para mapear y calcular las tensiones, fallas y presiones de la roca, los emocionados turistas recorrían el lecho seco recolectando monedas arrojadas al agua durante décadas.
Una serie de instrumentos se hicieron instalar para monitorear los movimientos de las rocas en varios lugares, también instalaron tornillos y cables de acero para estabilizar el pedrero. Además, perforaron agujeros de drenaje para aliviar la presión hidrostática en diversos puntos.
En lo que respecta a las rocas acumuladas en la base de la catarata, la opinión popular fue que debían dejarse si la naturaleza las había depositado allí. Aunque los ingenieros determinaron que era viable quitarlas, acordaron que sería un desperdicio para fines puramente estéticos.
Para el mes de noviembre de 1969, finalmente inició la remoción de la barrera y la American Falls volvió a rugir; sin embargo, en un futuro cercano podrían volver a drenarlas, pues dos pasarelas en mal estado, justo por encima de la caída, tienen que ser sustituidas.
Los escasos cadáveres encontrados
Durante ese período de tres meses en que la caída de agua estuvo seca, solo se encontraron dos cadáveres en el lecho del río un número que, según algunos observadores, es sorprendentemente bajo dado los registros de accidentes y suicidios que habían sucedido en este lugar.
Un estimado menciona que alrededor de 5,000 cuerpos han sido encontrados al pie de las caídas desde el año 1850, y que alrededor de 40 personas mueren cada año ahogadas en las cataratas, muchas de las cuales cometen suicidio. Los datos oficiales mencionan que entre 20 y 25 personas se suicidan en las cataratas todos los años.
Las cataratas del Niágara también atraen a muchos aventureros que, de alguna forma u otra, deciden descender la caída de agua. Algunos de estos intentos resultaron en acrobacias exitosas; sin embargo, otros fueron accidentes graves, algunos fatales. La primera persona en descender de las cataratas fue Annie Edosn Tyler, quien utilizó un barril para lograr su cometido en 1901.
las bellesas creadas por Dios no debieran ser intervenidas por el hombre
Vaya, cuando la mano del hombre ayuda a mantener las bellezas creadas por la madre naturaleza, entonces se siente bien. Esperemos con ansias que vuelvan a secar las cataras.