Detecta planeta espejo gigante que no debería existir

En la majestuosa danza del Cosmos, una nueva estrella se roba la atención de los astrónomos. Aunque, lo más curioso es que no se trata de una estrella en realidad. Estrictamente hablando, el LTT9779b es un exoplaneta ultra caliente que es un auténtico reflejo de su estrella madre. En efecto, tenemos un espejo gigante en el Universo. ¿Pero, por qué este extraño objeto resulta tan fascinante para la ciencia?

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El exoplaneta en cuestión no solo es super brillante. De hecho, se estima que refleja el 80% de la luz de su estrella madre. Tal porcentaje de luz reflejada es mucho más de lo que cualquier espejo en tu habitación podría soñar reflejar. Al tener una atmósfera poblada con nubes de metal de titanio altamente reflectantes, el brillo de este planeta eclipsa a todos los demás exoplanetas observados hasta ahora.

Un descubrimiento que no hubiera sido posible sin el Satélite para la Caracterización de Exoplanetas (CHEOPS). Una verdadera joya de 300 kg en el mundo de la observación estelar.

Espejos cósmicos gigantes.

Pero, ¿cómo determina CHEOPS el tamaño de exoplanetas tan lejanos? Todo se trata del brillo. Cuando el exoplaneta-espejo pasa por detrás de su estrella madre, CHEOPS detecta las pequeñas variaciones en la cantidad de luz reflejada. Es una tenue danza cósmica de sombras y luces que nos permite conocer la reflectividad de este exoplaneta brillante.

¿Pero, realmente se trata de un planeta espejo? Partiendo de que un espejo es un componente óptico que refleja la luz, sí. El detalle es que no todos los espejos reflejan de la misma forma. Los que observamos aquí en la Tierra se valen de la reflexión especular. Que sigue la ley de reflexión, donde el ángulo de incidencia es igual al ángulo de reflexión. Entonces ¿qué hace que un espejo pueda reflejar una estrella? Todo se reduce a la reflectividad.

La reflectividad no es otra cosa que el porcentaje de intensidad de luz que un espejo puede reflejar. Y como lo explicamos en el segundo párrafo, el exoplaneta LTT9779b presenta una reflectividad del 80%. Considerando que no alcanza un 100%, cualquiera supondría que no es demasiado. Pero, si consideras que la Luna solo refleja el 8% de la luz solar total que recibe. O que Venus, la “estrella de la mañana”, brilla con toda esa intensidad gracias a un porcentaje de reflexión de 75%, las cosas cambian. La reflectividad del exoplaneta LTT9779b es simplemente majestuosa.

LTT9779b: un enigma en el Cosmos.

Lo realmente sorprendente sobre este espejo cósmico es que no debería de existir. Sí, leíste bien. La mayoría de los exoplanetas que orbitan a sus estrellas anfitrionas en menos de un día son o mucho más grandes o más pequeños que LTT9779b. Entonces, ¿cómo es esto posible? Gracias al mismo efecto que deja los espejos de tu baño empañados tras un baño caliente. En el caso de LTT9779b, las nubes metálicas se formaron gracias a una saturación en la atmósfera. La excesiva cantidad de silicatos y titanio superó la capacidad de retención, formando estas nubes ultra reflectantes.

Conforme avancen los estudios sobre LTT9779b, probablemente descubramos más cosas curiosas sobre este gigantesco espejo cósmico. Gracias a las futuras observaciones de los telescopios espaciales Hubble y James Webb, probablemente se profundice en la composición y estructura de este peculiar exoplaneta. La próxima vez que te maravilles por la vastedad del Universo, recuerda que, gracias al exoplaneta más brillante jamás descubierto, hay un reflejo de ti a 260 años luz.

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