Al sur de Francia, en el departamento de Aveyron, podemos encontrar un lugar que escapa a toda lógica. Bozouls es una población y comuna francesa muy antigua que se ubica justo al borde de un enorme acantilado. Las personas han habitado este lugar desde hace más de un milenio y, sorprendentemente, el enorme agujero nunca se ha desmoronado.
Bozouls es un auténtico “pueblo mágico” olvidado en territorio francés, tan peculiar como la pronunciación de su nombre. Hoy nos echaremos un clavado en esta ciudad, que la modernidad francesa dejó en el olvido, serpentearemos por sus callejuelas empedradas y exploraremos las ruinas de su antiguo castillo.
«Tierra de emociones».
Para comprender la existencia de una ciudad como Bozouls, es de mucha ayuda entender la vibra que emana en la región de Aveyron. Muy lejos de París como para realizar excursiones de un solo día y no tan al sur como para integrarse a la maravillosa Riviera Francesa como su vecino, Niza, esta es la tierra de los barrancos silenciosos e insuperables. El paisaje está dominado por campos dorados infinitos, vacas con ojos bien delineados y los majestuosos buitres leonados. Es una región inigualable en la forja de cuchillos y tesoros medievales ocultos entre sus montañas.
Después de todo, en el pasado estas tierras pertenecieron a los Caballeros Templarios y formaron parte esencial de la ruta que siguieron los peregrinos en el famoso Camino de Santiago, una red de antiguos senderos que terminaban en la tumba de Santiago el Mayor, situada en la catedral de Santiago de Compostela, al noroeste de España. La atmósfera en Aveyron es de un intenso silencio, casi palpable. El lema para los turistas es: “Bienvenido a Aveyron, tierra de emociones”.
Historia milenaria.
Como tal, Bozouls empezó en la Edad de Hierro como un oppidum, una región elevada que servía de protección a un antiguo asentamiento. Todavía mantiene con orgullo los vestigios de su existencia prehistórica y romana, desde una escultura del “dios de Bozouls” descubierta en este lugar (y exhibida en un museo cercano), hasta los magníficos muros de piedra ciclópea que lo rodean.

Actualmente, el número de habitantes en Bozouls apenas y llega a 3 mil quienes de forma totalmente gratuita pueden apreciar cada día el Trou de Bozouls (Pozo de Bozouls) y sus 400 metros de diámetro. Los turistas pueden sentarse a tomar un café al borde del acantilado de casi 100 metros de altura o caminar por la Rue du Trou (Calle del Pozo).
Si el vértigo te lo permite, al centro de este agujero con forma de herradura encontrarás dos viejas torres del siglo IX que pertenecieron a un castillo propiedad del Conde de Rodez. También puedes disfrutar de un día de campo a orillas del río Dourdou y explorar sus antiguas ruinas. Y si tienes suerte, quizá te encuentres con un peculiar Borie, las pequeñas estructuras de piedra que solían construir los pastores para refugiarse de las tormentas pasajeras o almacenar sus productos agrícolas.

Ya para despedirte puedes pasar por la iglesia de Sainte-Fauste, un templo medieval en el corazón de la ciudad que no parece nada del otro mundo por fuera, pero una vez dentro ofrece un auténtico espectáculo cuando las velas iluminan la piedra roja produciendo un brillo rosado. Esta iglesia se construyó en el siglo XII, y dice la leyenda que honra la memoria de una joven que prefirió ser hervida en un caldero junto a sus amigos en lugar de negar su amor por Cristo.


El pueblo de made in abyss
visita villa hidalgo jalisco ahi estan tambien al borde de un acantilado!!!
Todo México está al borde del precipicio
epa jajajajaja
jajajaja me gustaría conocer México algún, saludos desde Chile.