En la localidad de Great Yarmouth, en Norfolk, Inglaterra, una bomba de 250 kg lanzada durante la Segunda Guerra Mundial estalló accidentalmente. Afortunadamente, el desastre se produjo mientras un equipo especializado intentaba desactivarla en un entorno controlado. Las imágenes de la explosión quedaron registradas en un video captado por un dron.
La tarde de pasado 10 de febrero, los vecinos de Great Yarmouth escucharon una fuerte explosión en las inmediaciones del río local. La policía del lugar clasificó el evento como una “detonación no planeada”. Afortunadamente, la zona circundante al artefacto explosivo estaba evacuada y nadie resultó herido. Además de las imágenes, la explosión solo produjo una gran cantidad de polvo y daños menores en los edificios próximos.
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Según información divulgada por medios británicos, una unidad especializada del ejército británico asistió al lugar para realizar un corte en el artefacto explosivo. El objetivo era inducir la quema lenta del material explosivo, en lugar comprimirlo y provocar un gran estallido. Sin embargo, se corría el riesgo de una explosión accidental en el proceso.
La bomba medía aproximadamente un metro de largo y pesaba 250 kg. La descubrió un contratista que desarrollaba un proyecto en los márgenes del río Yare. Una vez que lo identificaron y confirmaron como artefacto explosivo, la policía de Norfolk acordonó el área a 400 metros a la redonda.
La escena de la explosión quedó íntegramente registrada en la cámara de un dron que sobrevolaba la zona acompañando la operación de desactivación.
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