Gato callejero contagia a hombre de bacteria desconocida

En un pasado no muy lejano, muchas invenciones y hallazgos científicos surgieron de meros accidentes. Sin embargo, esta casualidad solo floreció en una época donde nuestro entendimiento de la naturaleza era rudimentario en el mejor de los casos. En la actualidad, los descubrimientos científicos accidentales son cada vez más raros. No obstante, todavía hay espacio para la sorpresa, como sucedió a un infortunado inglés.

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Un encuentro inolvidable con un gato callejero.

Tras un encuentro con un gato callejero, el sujeto pescó una infección bacteriana que transformó sus brazos en grotescas protuberancias hinchadas. Aunque se habla de mordeduras de animales callejeros, estas situaciones no son tan inusuales. Pues generalmente representan un riesgo para la salud. Sin embargo, lo extraño radica en que los médicos que trataron al hombre no pudieron identificar rápidamente la bacteria responsable de su estado.

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Este incidente reveló que, en pleno siglo XXI, existe potencial para adentrarnos en territorios desconocidos a nivel microscópico. El hombre se infectó con una cepa bacteriana completamente ajena a la ciencia moderna. Subrayando que la era de los descubrimientos accidentales no ha cerrado sus puertas. La buena noticia es que esta historia tiene un final feliz. Un segundo tratamiento combatió infección y el hombre se recuperó por completo.

Aunque desconcertante, este episodio abre una ventana a la investigación médica. Ahora, los médicos pueden estudiar esta nueva vía de enfermedad y desarrollar tratamientos más eficaces. Una victoria para la ciencia y la medicina en general. Por supuesto, no podemos dejar de mencionar al hombre que por poco y pierde los brazos en este proceso. Aunque su caso llama la atención, nadie quisiera enfrentarse a tal escenario.

El hombre con los brazos de Popeye.

Aunque la anécdota médica tuvo lugar en 2020, los resultados se divulgaron recientemente. Dado que la investigación de cepas bacterianas desconocidas es un proceso lento y detallado. Este caso comenzó cuando un británico de 48 años ingresó a una sala de emergencias. Aunque se le describió como “obeso”, su salud era estable y su sistema inmunológico estaba funcionando bien. El origen del problema radicó en un encuentro con un gato callejero. Durante el incidente, el hombre sufrió múltiples mordeduras en ambos brazos.

bacteria Globicatella derivada de contagio gato callejero1

Las consecuencias no se hicieron esperar. En cuestión de horas, su mano comenzó a hincharse de manera alarmante, llevándolo a buscar ayuda médica. Inicialmente, los médicos limpiaron las heridas y le administraron antibióticos. Sin embargo, la situación no mejoró y el hombre regresó al hospital al día siguiente. La hinchazón avanzaba velozmente, afectando sus dedos y antebrazos, dando la impresión de que había adquirido la fuerza de Popeye el Marino.

La lucha por salvar sus extremidades involucró cirugía y una combinación de antibióticos, tanto intravenosos como orales. En esta ocasión la fortuna sonrió al hombre y el tratamiento tuvo éxito. Recuperó el uso de sus manos y el riesgo quedó contenido. Pero, ¿por qué fracasó el primer intento de tratamiento? Esta pregunta llevó a los médicos a estudiar las bacterias extraídas durante la cirugía.

Una bacteria distinta y no descrita.

Lo que encontraron desconcertó a los expertos. Aunque las bacterias parecían pertenecer a la familia Streptococcus, no se asemejaban a ninguna variedad previamente identificada. El análisis genético de la bacteria develó el misterio: se trataba de una cepa bacteriana completamente nueva. Una especie jamás antes observada. A pesar de la similitud superficial con el género Streptococcus, esta bacteria pertenecía al género Globicatella, usualmente asociado con infecciones en la sangre, corazón y vías urinarias.

gatos callejeros

La investigación reveló que esta nueva cepa es singular incluso dentro de su propia familia, compartiendo aproximadamente el 80% de su material genético con las cepas más próximas. Los científicos la etiquetaron como una “especie distinta y no descrita”. En última instancia, el hombre salió airoso de su encuentro con el patógeno. Los antibióticos lograron vencer a esta nueva cepa de Globicatella, a diferencia de sus parientes ya conocidos, que suelen resistir los antibióticos convencionales.

El informe pone de manifiesto el papel que pueden desempeñar los gatos como portadores de especies bacterianas aún desconocidas, capaces de causar problemas en humanos. Esta lección es una llamada a la precaución. A pesar de la dulzura de un gato callejero, es mejor mantener una distancia segura. Y es que sacrificar los brazos por una infección ciertamente no es la forma ideal de contribuir a un descubrimiento médico.