Las autoridades de Botsuana reportaron el hallazgo de al menos 350 elefantes muertos en el delta del Okavango, al sur de África. En un comunicado, los responsables por la preservación de esta especie mencionan que las muertes de los animales iniciaron hace un par de meses, pero se desconocen las causas de la tragedia.
A mediados de junio, un artículo publicado por la agencia Reuters señalaba que el gobierno de ese país investigaba las muertes de elefantes en la zona. Niall McCann, miembro de la organización británica National Park Rescue, señaló durante una entrevista para la BBC que los conservacionistas de Botsuana encontraron los primeros indicios de esta mortandad a principios de mayo, cuando sobrevolaron la zona.
Muerte misteriosa de elefantes en Botsuana.
En un vuelo que se extendió alrededor de tres horas, detectaron 169 elefantes sin vida. McCann afirma que jamás se vio un número tan elevado de elefantes muertos en un solo evento no relacionado con la sequía.
La situación se hace todavía más intrigante a medida que los investigadores descartan las posibles causas. Al principio las autoridades sospechaban de cazadores furtivos, un problema que aqueja a Botsuana desde hace décadas. Sin embargo, los cadáveres de los elefantes estaban intactos. El indicio más claro de que un animal murió a manos de un cazador furtivo es la ausencia de los colmillos de marfil. Entonces, la hipótesis se descartó.
El segundo en la lista de sospechosos era el carbunco, una enfermedad bacteriana que mató a un centenar de elefantes en Botsuana el año pasado. Pero, los análisis clínicos de los animales no revelaron indicio alguno de infección.
Un aspecto inusual en la muerte de estos elefantes intriga a las autoridades. Muchos de estos elefantes muertos se localizaron con el rostro en el suelo. Además, todo apunta a que los animales estaban desorientados antes de perecer de esta forma. Ahora la sospecha es que alguna enfermedad (o veneno) afectó el sistema neurológico de los elefantes.
Las muestras sanguíneas recolectadas se enviaron a Sudáfrica, para averiguar lo que mató a los elefantes. Los resultados preliminares probablemente se conozcan a mediados de julio. Sin embargo, esto podría llevar mucho más tiempo dado la situación actual que afectó la dinámica bajo la que funcionan los laboratorios.
Botsuana: hogar de elefantes.
Hace 90 años, aproximadamente 10 millones de elefantes habitaban el continente africano. Hoy, ese número se redujo drásticamente a causa de la caza desmedida y los conflictos entre poblaciones locales. En 2018, la World Wide Fund for Nature (WWF) estimó que 415 mil elefantes habitan el continente pese a que figuran en la lista de especies amenazadas desde hace muchos años.
Ningún otro país africano concentra tantos elefantes como Botsuana. En más, el país ha sido todo un éxito en asuntos de conservación pues en las últimas tres décadas pasó de 80,000 a 130,000 ejemplares. Sin embargo, a últimas fechas las decisiones políticas amenazan el éxito en la conservación de este país. Por ejemplo, el año pasado el presidente Mokgweetsi Masisi suspendió un decreto de Ian Khama, su antecesor, que prohibía la caza deportiva de estos animales por cinco años.
Afortunadamente, la reducción del tráfico aéreo provocada por la enfermedad que aqueja al mundo impidió que cazadores extranjeros viajaran a Botsuana.
Deberian poner esos colmillos en el mercado, a ver si con eso le bajan un poco los cazadores
Ese es un debate que se mantiene desde hace años entre los conservacionistas: comercializar el marfil obtenido de incautaciones a furtivos o de elefantes muertos por causas naturales, ¿serviría para disminuir la presión de los furtivos sobre los ejemplares salvajes? ¿O por el contrario, estimularía el comercio de marfil aumentando la demanda y, de ese modo, haciendo crecer el furtivismo?