Una sopa del infierno

Algo resultó terriblemente mal cuando preparé la sopa. Aparentemente, seguir las instrucciones de un antiguo recetario rumano que conseguí en una tienda de antigüedades fue una pésima idea. Especialmente por el demonio de dos metros de altura que invoqué sin querer.

gregorio el magnifico(1)

Solo imagina mi cara cuando emergió de un portal en la olla que usé para cocinar la sopa. La cebolla, zanahoria y todas las albóndigas terminaron derramadas sobre la estufa. Grité de horror cuando unas enormes manos carmesí se apoyaron sobre los bordes en la olla de acero. Y casi me desmayo cuando un par de cuernos con papas empaladas emergieron del líquido hirviente.

“¿Porque me invocaste?”, bramó el demonio.

Completamente invadido por el pánico, tomé el cucharón como arma y lo lancé contra la bestia.

“¿Es en serio?”. Aquel ente del averno se limpió el caldo de la frente donde lo había golpeado.

Retrocedí hasta que topé con pared.

“¡¿Por qué has invocado a Gregorio el Magnífico?!”, la intensidad de esa voz hizo vibrar los gabinetes y las bisagras de las puertas casi se desbaratan.

“¿Gre… Gregorio?”.

“El Magnífico”.

“Tengo un tío que se llama Gregorio”.

“Bien, ese será el que morirá en primer lugar. Su sangre escurrirá por mis garras, sus orejas adornarán mi cuello y mi tocayo será borrado del libro de la vida”.

“No, no. Dejemos a mi tío en paz”.

“¿Entonces, a quién quieres que aniquile? ¿Acaso no es por eso que me invocaste a este reino?”.

“No amigo… yo solo estaba preparando sopa. Es que acabo de entrar a un curso de cocina… sabes qué, eso no tiene importancia. ¿Podrías simplemente… meterte en la olla y volver al infierno de dónde viniste?”.

“Ya veo. Esto sucede a menudo. ¿Qué sopa estabas cocinando?, ¿esta?”. El demonio tomó el cucharón que le había lanzado, lo sumergió en el caldo y a continuación lo lamió con una lengua increíblemente larga.

“Sí, es la sopa indicada. Esta maldita receta terminará haciendo que pierda los cuernos. En un instante soy Gregorio el Magnífico, disfrutando de mis dominios sentado en mi trono, y al siguiente estoy en una cocina. Esto no puede seguir así”. El demonio se frotó la cabeza en un acto de enorme frustración.

“Oye, tranquilo. No pasa nada”.

“No, es que sí pasa. Últimamente estoy bajo mucho estrés. Los exámenes están a la vuelta de la esquina y este mismo año el Príncipe de las Tinieblas empezará las auditorías. Estoy muy presionado y no tengo tiempo para estas cosas, de verdad no lo tengo”.

Se veía tan molesto que realmente sentí pena por él.

“Bueno, está bien. No necesito nada, puedes irte”, le di unas palmaditas en su enorme hombro intentando ser empático.

“No es posible, estaré aquí las próximas 24 horas. No hay forma de evitar eso”.

“Busquemos el lado positivo a la situación, ¿qué te gustaría hacer? ¿Qué te parece si nos relajamos? Creo que te vendría bien un descanso”.

“¿En serio?”, dijo mientras se tallaba las lágrimas que se formaron en sus ojos.

“¡Por supuesto! Pediré una pizza en Emilio’s, ya verás que están deliciosas. Y nos echaremos en el sofá a ver un poco de televisión”.

“Eso sería realmente agradable de tu parte. Muchas gracias”. Sonrió y dejó ver unos enormes colmillos que brillaban en la luz.

“Así es amigo, acomódate en el sofá. Enseguida te acompaño”.

papamishka89

7 comentarios en “Una sopa del infierno”

  1. Era la historia más adorable que había leído hasta que hablaron de auditorías, eso es terror puro 🙁

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