La maravilla del parto

“Muy bien, señora García, ¡PUJE!”, exclamó un entusiasmado médico mientras las uñas de Ana se clavaban en los brazos de Saul. Aquella parturienta gritaba al mismo tiempo que pujaba tal como le ensañaron en las clases prenatales. Apenas lograba ver la cabeza calva del doctor Ruiz entre sus piernas.

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Un caballo entra a un bar

Un caballo entra a un bar y los presentes hacen todo por ignorarlo. Esta rutina se repite una y otra vez desde hace ocho meses, cuando apareció por primera vez. Los clientes se enfocan en sus bebidas, intentando ignorar el torpe ruido de los cascos mientras se desplaza lentamente. Algunos tragan saliva, otros comienzan a sudar. Escuchan cómo el caballo alcanza la barra, pero solo lo imaginan, pues no se atreven a mirar.

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Los muñecos de terapia odian que les griten

Clara tenía nueve años recién cumplidos cuando sus padres la trajeron a mi consulta. Según ellos, la pequeña era de carácter fuerte. Al parecer, estalló en cólera durante el recreo después de perder un juego. Y en aquel arrebato de rabia le rompió la nariz a un compañero de clases. Un temperamento complicado.

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La casa en la colina

La casa en la colina siempre resultó motivo de especulación para los habitantes del pequeño pueblo cercano. Se decía que estaba encantada y que ninguna familia duraba más de seis meses viviendo allí. Pero cuando los Fernández se mudaron, parecía que todo sería diferente.

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El perro más fiel

Cuando todavía era muy joven sucedieron dos cosas que cambiaron mi vida. Nos mudamos a esta casa espantosa y, meses después, mamá y papá llegaron con la pequeña Sandy. Antes de esto último, solía pasar la mayor parte del tiempo disfrutando del exterior. Pero, cuando la pequeña Sandy llegó a casa supe que nunca podría separarme de ella.

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Todo lo que hay que perder

“¿Estás segura de que te vas a comer todo eso?”. Aunque me lo preguntó con delicadeza, sus palabras se sintieron como un gancho al hígado. Mi esposo se paró detrás de mí y empezó a masajear mis hombros lentamente mientras yo retiraba las porciones del plato. Como siempre, él tenía toda la razón. Habían pasado varios meses desde el nacimiento de mi pequeña hija y todo ese peso que gané durante el embarazo se mantenía igual.

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