Vladimir Kush es un artista ruso que nació en las inmediaciones de Moscú, más específicamente en una comunidad del Parque Sokolniki. A la temprana edad de siete años empezó por asistir en las tardes a una escuela de arte, y fue allí que se familiarizó con las obras de los grandes maestros del Renacimiento y el impresionismo. Sin embargo, también recibió la influencia de los artistas modernos.
Ningún artista a lo largo de la historia ha sido capaz de retratar este fenómeno con la fidelidad correcta. Mejor aún, la idea que tu mente posee sobre un rayo probablemente también está equivocada. En el pasado, antes que la pintura se estableciera como arte autónoma y gozara de libertad para realizar abstracciones de cualquier cosa, los académicos se vanagloriaban de afirmar que sus obras eran espejos de la realidad.
Esao Andrews es un artista oriundo de una zona rural en el estado de Arizona al que, según sus propias palabras, jamás le pasó por la mente que algún día tendría la oportunidad de perfeccionar aquello que considera su mayor don: la pintura. Sin embargo, en el año de 1996 se le presentó la oportunidad de estudiar en la Escuela de Artes Visuales de la ciudad de Nueva York, el lugar donde tuvo la oportunidad de perfeccionar sus habilidades y aprender técnicas nuevas con los artistas de mayor renombre en el país.
En Marcianos el arte urbano nos ha maravillado prácticamente desde que comenzó el blog; sin embargo, parece cada vez más sorprendente. Artistas del mundo entero dejan en claro que las calles pueden convertirse en grandes “lienzos” para realizar sus obras de arte, transformando lugares comunes y sobrios en espacios repletos de color y movimiento.
El artista noruego Edvard Munch es considerado por muchos expertos de las artes plásticas como uno de los precursores del expresionismo. Munch es conocido en todo el mundo principalmente por una pintura de 1893 con atmósfera macabra titulada “El grito”, que siembra dudas y perturbación desde hace más de un siglo.
Si algo distingue a la mayoría de las escuelas es la sobriedad en todos los ámbitos, desde los uniformes de los alumnos hasta los colores de las paredes. Más allá de las instituciones preescolares, muy pocas instituciones educativas se arriesgan a decorar sus instalaciones con obras de arte colorido, como sucedió con este dormitorio universitario ubicado en París, Francia, y que resultó en una bellísima excepción a la regla (temporal).
