Vladimir Kush es un artista ruso que nació en las inmediaciones de Moscú, más específicamente en una comunidad del Parque Sokolniki. A la temprana edad de siete años empezó por asistir en las tardes a una escuela de arte, y fue allí que se familiarizó con las obras de los grandes maestros del Renacimiento y el impresionismo. Sin embargo, también recibió la influencia de los artistas modernos.
Al cumplir los 17 años ingresó a la Escuela Superior de Artes y Oficios de Moscú (anteriormente Escuela Stroganov), pero un año después lo convocaron para unirse al ejército. Tras seis meses prestando servicio militar, el comandante que lo entrenaba entendió que sacaría más provecho si destinaba el talento de Kush a objetivos más pacíficos como la creación de carteles y propaganda.
Tras cumplir con el servicio militar, se tituló en el Instituido de Bellas Artes y empezó vendiendo sus obras en la calle para apoyar a su familia que tenía problemas económicos. Para 1987, Vladimir Kush empezó a presentar su trabajo en las exposiciones que organizaba el Sindicato de Artistas.
En 1990, durante una exposición en Coburgo, Alemania, vendió prácticamente todas sus pinturas. Esto lo catapultó directo a Los Angeles, ciudad donde se presentó con una veintena de obras que le abrieron paso a su odisea en territorio americano.
Se estableció en Los Angeles y adaptó como taller un pequeño garaje de la casa que alquilaba, pero le resultaba complicado encontrar espacios para exhibir sus obras. Ganaba algo de dinero pintando paisajes del Muelle de Santa Mónica y, eventualmente, se decidió a visitar Hawái.
En 1993, un comerciante de arte francés descubrió el trabajo de Kush y le pareció original, por lo que le organizó una exhibición en Hong Kong. La presentación fue un rotundo éxito y pasarían varios años antes de que un evento en el mismo lugar tuviera tanto reconocimiento por parte del público.
En los años siguientes regresó con sus obras a los Estados Unidos, y en 2001 logró abrir su propia galería en Hawái. Hoy es dueño de cuatro galerías en territorio estadounidense y otras alrededor del mundo donde comercializa sus pinturas surrealistas.
Wooooooow, eso sí es arte!!