Las fiestas de fin de año están repletas de mucha celebración, bebida, comida y otras tantas cosas, como los espectáculos de fuegos artificiales… ¿a quién no le gustan? Bueno, en realidad no todos disfrutan de los estruendos y explosiones propias de la época. Sí, precisamente hablamos de los pobres perros.
Los gatos no son las únicas mascotas que atacan la Navidad, y es que no existe época más indicada para que los perros muestren sus habilidades de destrucción que la Navidad. Totalmente hartos de desgarrar pantuflas, zapatos, sillones, cojines y periódicos, cuando se encuentran frente a un imponente árbol decorado con toda clase de artilugios, es como si tuvieran una visión terrenal del paraíso tras meses alimentándose de pura basura.
Los perros se ajustan cada vez más a las acciones y comportamientos humanos, pero esto no quiere decir que logren entender la actitud de sus dueños. Pese a que la relación entre el hombre y el perro sea muy cercana, algunas cosas solo tienen sentido para nosotros. Échale un vistazo a estos seis comportamientos humanos que los perros simplemente no pueden comprender.
Gatos: seres vivos complicados y amados al mismo tiempo. Quien tenga uno probablemente ya ha pasado por situaciones poco convencionales con ellos, pero quien no convive con estos animales realmente no tiene ni idea de lo que es ser menospreciado en la vida. Sí, bienvenido a la extraña naturaleza de estas mascotas tira pelos.
A muchas personas les gusta tratar a sus mascotas como si fueran un miembro más de la familia. Sin embargo, existen personas que van más allá, individuos que dejan todas sus pertenencias en testamento a sus amadas mascotas… y después están las personas como la que aparece en el video que estás a punto de ver.
Durante nuestras vidas, pasamos por momentos difíciles pero no podemos dejar llevarnos por las adversidades. Un ejemplo de fuerza y coraje viene de un perro llamado Smiley, un golden retriever que nació sin ojos y permaneció en un refugio de adopción a la espera de ser sacrificado, hasta que su actual dueña, Joanne George, lo adoptó, en Stouffville, Canadá.
