Hoy abordaremos el Burnout, un tema delicado que en mayor o menor medida, afecta o afectará a todos nosotros en el ámbito laboral. Coloquialmente se le conoce como agotamiento profesional, y técnicamente es el síndrome de Burnout.
Hoy abordaremos el Burnout, un tema delicado que en mayor o menor medida, afecta o afectará a todos nosotros en el ámbito laboral. Coloquialmente se le conoce como agotamiento profesional, y técnicamente es el síndrome de Burnout.
A mediados de 2007, una historia por las menos curiosa fue publicada en el “New England Journal of Medicine”, el texto refería el caso de un gato que “predecía” la muerte de los pacientes en un asilo varias horas antes de que estas personas dejarán de existir.
En las últimas décadas, el aislamiento social ha venido siendo reconocido como un gran riesgo para nuestra salud y longevidad. Es dos veces peor que ser obeso y casi tan malo como fumar. El número cada vez más grande de personas que se dicen afectadas, en un amplio rango de edades, es realmente sorprendente, lo que conduce fácilmente a denominarla como una epidemia. Sin embargo, los mecanismos más lógicos y tradicionales – como la auto-negligencia – no explican dicho cuadro de una forma general. Entonces ¿qué nos está pasando?
La esquizofrenia es uno de los trastornos mentales más fuertes y complejos que se conozcan. Los síntomas de la enfermedad pueden abarcar aspectos tan sencillos como el comportamiento social anormal, la confusión mental y tan fuertes y graves como escuchar voces, responder de una forma emocional anormal y ser incapaz de distinguir entre lo real e irreal.
Desde siempre hemos librado una batalla incesante con una gran variedad de virus, y aunque algunas veces sufrimos numerosas bajas, hasta ahora, siempre nos hemos hecho con la victoria, llegando incluso al punto de erradicar por completo algunas enfermedades peligrosas de nuestro planeta. Sin embargo, como el brote de ébola actual no ha venido demostrando, estamos muy lejos de ganar la guerra.
Interesante y mórbido, así podría denominarse el trabajo hecho por la periodista Beate Lakotta y el fotógrafo Walter Schels (un matrimonio) quienes acompañaron a enfermos terminales en diversos hospitales de Hamburgo y Berlín entre el año 2003 y 2004.
Entrevistaron a los pacientes para conocer su opinión sobre la muerte. En seguida, les tomaron fotos mientras aún estaban vivos y regresaron para tomar una última imagen después de su muerte.