En las últimas décadas, el aislamiento social ha venido siendo reconocido como un gran riesgo para nuestra salud y longevidad. Es dos veces peor que ser obeso y casi tan malo como fumar. El número cada vez más grande de personas que se dicen afectadas, en un amplio rango de edades, es realmente sorprendente, lo que conduce fácilmente a denominarla como una epidemia. Sin embargo, los mecanismos más lógicos y tradicionales – como la auto-negligencia – no explican dicho cuadro de una forma general. Entonces ¿qué nos está pasando?
Para responder a esta pregunta, resulta primordial señalar que podemos sufrir los efectos dañinos de la soledad, incluso sino estamos socialmente aislados. Es, en esencia, un estado emocional, y reconocer el papel del cerebro en este proceso es vital para comprender el gran daño que puede acarrearnos este mal.
Robin Williams hizo una observación notable en 2009: “Acostumbraba a pensar que lo peor en la vida era acabar totalmente solo. Pero no lo es. La peor cosa en la vida es acabar con personas que te hacen sentir solo”.
El seguimiento de grandes grupos a lo largo del tiempo indica que el aislamiento social percibido tiene su propio riesgo de morbilidad y mortalidad, independientemente del aislamiento social real. ¿Pero, qué podría provocar ese efecto tan sorprendente?
La seguridad en estadísticas.
La percepción de aislamiento – de estar al margen de la sociedad – no solo es un motivo de infelicidad, sino también una alerta de peligro. Los peces evolucionaron para nadar al interior de su grupo cuando los depredadores se aproximan. Los ratones aislados de otros especímenes presentan interrupciones del sueño y una reducción en las ondas lentas del sueño y, cuando se aísla de su pareja y se coloca en un campo abierto, el ratón de campo explora menos su entorno y se concentra en evitar a los depredadores.
Dichos comportamientos animales reflejan un profundo énfasis en la auto-preservación, cuando no existe un perímetro social. Por ejemplo, los peces en los extremos de un cardumen son más susceptibles a ser atacados por depredadores porque son más fáciles de aislar y cazar. Y estas observaciones sugieren un principio más general, que en los animales sociales el aislamiento social percibido activa una serie de respuestas neuronales, neuroendocrinas y temperamentales que promueven la auto-preservación a corto plazo. Sin embargo, estas respuestas tienen un costo altísimo para la salud y el bienestar a largo plazo.
Ese cumulo de efectos neuronales y temperamentales nocivos que surgen de la noción de aislamiento documentado en adultos incluyen el incremento en los niveles de ansiedad, hostilidad e, irónicamente, aislamiento social. También se documentó el sueño fragmentado y la fatiga diurna, y efectos más graves como el incremento de la resistencia vascular, alteraciones en la expresión genética y el sistema inmune, la disminución del control de los impulsos, el aumento de la negatividad y los síntomas depresivos, así como también el aumento en el riesgo de padecer demencia cognitiva relacionada con la edad.
Un poco menos solitarios.
Desafortunadamente, hasta hoy, los intentos por reducir estos índices alarmantes de soledad han tenido un éxito limitado. Un metaanálisis de diversas estrategias estudiadas durante ensayos clínicos al azar reveló que todas tuvieron un efecto poco significativo. Entre los cuatro tipos de intervenciones sometidas a análisis, la terapia de comunicación que se enfocaba en los procesos de pensamiento inadecuados – carencia de autoestima, de perspectiva y de una idea distorsionada de cuan confiables son los otros y como lo notan – tuvo un mayor impacto. La práctica constante de habilidades sociales, el apoyo social y el aumento de las oportunidades de contacto social resultaron mucho menos eficaces.
Este resultado concuerda con la idea de que la percepción de aislamiento social puede hacernos entrar en un modo de auto-preservación – una respuesta de nuestro pasado primitivo, cuando el hecho de quedarnos solos o fuera del grupo nos hacía extremadamente vulnerables a un ataque – lo que puede conducir a procesos de pensamientos perjudiciales y comportamientos desfasados con aquellos que prosperan en la sociedad moderna.
A la fecha no existe ningún tratamiento farmacológico para la soledad, aunque dicha posibilidad se está estudiando en investigaciones sobre animales. Dada la magnitud del problema, la búsqueda de mejores tratamiento de todos los tipos merece una alta prioridad.
Fuentes: uchicago, plos, bbc, pmc, squarespace, newscientist
De acuerdo totalmente con Seferino: Tú autoestima nace de tí mismo, de los principios internos que aprendiste y que te regulan, no de lo que los demás piensen de tí o del hecho de estar físicamente solo o acompañado. Mamá decía: «Más vale sólo que mal acompañado». Fue huérfana, así que sabía de que hablaba. A mí me agrada la compañía de alguien con quien me siento bien, pero no me aterra la soledad. De hecho, tiene beneficios: No consultas con nadie, nadie te interfiere y, si algo va mal, no oyes reproches.
La clave de esto es la «percepcion del aislamiento», que es lo nocivo, y no estar literalmente aislados o solitarios. Por eso es que la terapia cognitiva – que propugna que la gente sufre menos por lo que le pasa que por lo que cree que le pasa – tiene mucho mejor resultado que aventar a la gente a fiestas o actividades sociales. Por otra parte, si se es creyente el primer juicio de valor que Dios hizo del hombre fue «no es bueno que el hombre este solo». Supongo que seria bueno atenerse a eso, del modo tradicional.
si, le encanta la macana
Hay personas que gozan de ser el centro de atención, o que no se imaginan sin un grupo de amigos, pero hay otras que no les interesa ni el roce social y que les da lo mismo si existe gente a su alrededor o no y que ademas se siente mas cómoda consigo misma, que intentando congeniar con cualquier hijo del vecino y no necesariamente son emos o antisociales, es gente segura de si misma y sin mayores complejos.
el termino es asocial, no antisocial, no es por molestar ni corregir solo para evitar confusiones terminologicas
Creo que era una de las predicciones de Asimov.
Al parecer no solo la sociedad esta inmersa en este problema sino la tecnologia ya que gracias a ella poco a poco nos hemos convertido en seres ermitaños
sociopatia adquirida
pues asi es como se les educa hoy dia ,primero yo ,luego yo y al final yo……. he aqui los resultados de actitudes y comportamientos tan egoistas.
La sociedad esta cosechando lo que ha sembrado.