Hasta hoy, la humanidad no ha logrado comprobar la existencia de seres extraterrestres. Sin embargo, numerosos científicos creen que realmente están allá afuera y por eso buscan formas de encontrarlos. A estas mentes les resulta contradictorio que entre una alta probabilidad de existencia de civilizaciones extraterrestres no surja evidencia que confirme su existencia. Es algo conocido como «paradoja de Fermi«.
Si jamás hemos encontrado humanoides grises o un mensaje codificado de radio proveniente del espacio, ¿de qué otras opciones disponemos para buscar formas de vida en el universo? Por supuesto, hablamos de localizar evidencia tecnológica. Una de las teorías más intrigantes sugiere que nuestra galaxia podría estar repleta de «micro máquinas» extraterrestres avanzadas, conocidas popularmente como sondas de von Neumann.
Un nuevo artículo publicado por el astrofísico Zaza Osmanov, de la Universidad Libre de Tbilisi, en Georgia, proporciona algunas sugerencias para identificarlas.
Las misteriosas sondas de von Neumann.
Esta hipótesis está basada en la idea de máquinas autorreplicantes propuesta por el matemático John von Neumann. Las personas que se dedican a formular hipótesis sobre tecnología extraterrestre adoptaron esta idea al sugerir que civilizaciones avanzadas podrían haber diseñado máquinas capaces de explorar largas distancias en el universo. Toda vez que estas máquinas son capaces de hacer copias de sí mismas a medida que avanzan, su número incrementa de forma exponencial y permite estudiar el universo sin tener que salir del planeta.
La idea resulta muy atractiva, pero oculta algunos problemas importantes. En primer lugar, una máquina de esta clase necesitaría recolectar materiales para replicarse en el camino, y es posible que no pueda obtenerlos en cualquier lugar o asteroide del universo. Además, es muy probable que presenten errores en el proceso de replicación.
Sin embargo, en el artículo Osmanov propone algunas soluciones a estos inconvenientes argumentando que estamos pensando en las sondas de von Neumann a escala equivocada: serían mucho más efectivas si se tratara de objetos microscópicos. De hecho, tendrían apenas un nanómetro de largo.
Micro máquinas en la galaxia.
En primer lugar, una sonda microscópica no requeriría de tantos recursos para replicarse como habían supuesto los teóricos. Con una diminuta cantidad de hidrógeno sería suficiente para seguir propulsándose por el cosmos. Además, con estas dimensiones el proceso de replicación sería mucho más veloz. Según Osmanov, un centenar de micro máquinas se transformarían en 1.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000 (1 x 10³³) en el transcurso de un parsec, o 4 años luz.
Si tomamos en cuenta esto, resulta lógico que todavía no hayamos podido divisar estas máquinas minúsculas, aunque podríamos si observáramos en la dirección correcta.
Estas máquinas replicantes podrían producir diminutas emisiones de luz al recolectar protones en su camino. Virtualmente, estás emisiones luminosas podrían detectarse por sí solas. Aunque con un enjambre lo suficientemente grande de sondas lograríamos observarlas, al menos, en el espectro infrarrojo.
«Todos los resultados mencionados sugieren que, si alguien detecta un objeto extraño con valores extremadamente altos de incrementos en su luminosidad, podría ser un buen indicio sobre la existencia de las sondas de von Neumann», señaló el investigador.
Son ideas absurdas. Puras jaladas.
Muy buena teoría, pero es hija de la Época de las Exploraciones y ya ha pasado.
NANOMACHINES, SON.