Síndrome de Charles Bonnet: visiones más allá de la realidad

El fascinante Síndrome de Charles Bonnet (SCB) es un fenómeno enigmático que viene intrigando a científicos y estudiosos desde hace siglos. Hoy, exploraremos este padecimiento que lleva el nombre del naturalista suizo homónimo. Acompáñanos a descubrir las extraordinarias experiencias visuales que enfrentan las personas afectadas por el SCB. Las teorías detrás de este fenómeno y su impacto en la comprensión de la percepción humana.

Sindrome de Charles Bonnet1

En 1760, un destacado naturalista suizo, Charles Bonnet, quedó asombrado y preocupado ante un fenómeno extraordinario que afectaba a su abuelo, Charles Lullin. Este anciano de ochenta y nueve años comenzó a experimentar lo que solo se puede describir como un desfile de visiones peculiares y sorprendentes. A sus ojos llegaban imágenes de personas, aves, carros y edificios que, en apariencia, eran invisibles para todos los demás. La razón detrás de esta inusual percepción residía en las cataratas que afectaban la visión de Lullin.

Lo más asombroso es que el abuelo de Bonnet, a pesar de estas vívidas alucinaciones, no presentaba signos de pérdida de lucidez. Su salud, aparte de estas visiones extraordinarias, parecía mantenerse robusta. Bonnet decidió registrar meticulosamente las experiencias de su abuelo, lo que con el tiempo llevó a la identificación de un fenómeno hasta entonces desconocido: el Síndrome de Charles Bonnet, también referido con las siglas CBS. Este síndrome, una vez descrito por Bonnet, empezó a revelarse como una condición más común de lo que se creía en ese momento, desafiando la etiqueta de rareza que alguna vez se le atribuyó.

Síndrome de Charles Bonnet: un mundo de visiones.

Para aquellos que se ven afectados por el Síndrome de Charles Bonnet, el mundo puede transformarse en un escenario de imágenes vívidas pero ficticias. Algunos observan patrones inexistentes en las superficies, como ladrillos o azulejos, mientras que otros son testigos de la aparición de objetos inusuales, con un nivel sorprendente de detalle. Incluidas figuras humanas, animales, edificios o cualquier otra manifestación generada por su mente.

Estas imágenes pueden surgir y desvanecerse de manera súbita, con una duración que varía desde unos pocos segundos hasta varias horas. Las visiones pueden incluir elementos cotidianos, como botellas o sombreros, o creaciones completamente ajenas a la realidad, como figuras infantiles que bailan con flores gigantes en lugar de cabezas.

Pérdida de visión.

La mayoría de las personas afectadas por el Síndrome de Charles Bonnet se encuentran en las primeras etapas de la pérdida de visión. Además, las alucinaciones suelen manifestarse mientras todavía conservan parte de su capacidad visual, a pesar de su disminución progresiva. La causa más común del síndrome de Charles Bonnet es la degeneración macular, una afección que daña ciertas células de la retina responsables de la percepción de la luz y que da lugar a un punto ciego en el centro del campo visual, cuya intensidad aumenta con el tiempo.

Otras enfermedades oculares, como el glaucoma y las cataratas, también pueden desencadenar estos síntomas, y en ocasiones excepcionales, se han registrado casos en personas sin problemas de visión aparentes. La probabilidad de experimentar visiones similares a las de Bonnet parece aumentar entre aquellas personas que experimentan interacciones sociales limitadas, como individuos que viven en soledad.

Es sorprendente que, incluso con daños visuales, las alucinaciones suelen sorprender por su notable claridad. A diferencia de las imágenes vagas o difusas, estas visiones presentan una gran cantidad de detalles y se adaptan frecuentemente a su entorno. Por ejemplo, una figura imaginaria puede sentarse en un banco real o un grupo de pepinos puede aparecer en una repisa de chimenea legítima.

A veces, estas alteraciones afectan a elementos completos de la realidad, convirtiendo una escalera en una empinada ladera de montaña o modificando el tamaño y la forma de una habitación, lo que dificulta la exploración del mundo. Además, objetos reales pueden desaparecer temporalmente, dejando poca o ninguna evidencia de su presencia anterior.

Los rostros en el Síndrome de Charles Bonnet.

Un porcentaje significativo de los pacientes describe también la percepción de caras flotantes, desprovistas de cuerpos, que se retuercen en su campo de visión, en ocasiones de manera aleatoria. Estas caras suelen presentar grandes ojos, dientes prominentes y rasgos que recuerdan a las gárgolas de piedra.

rostros en el Sindrome de Charles Bonnet

A pesar de que las imágenes de personas son comunes, rara vez se trata de rostros familiares. La mayoría de las apariciones son extrañas, aunque existen informes de personas que ven a sus seres queridos fallecidos durante estos episodios. Estas apariciones fantasmagóricas suelen llevar expresiones agradables en sus rostros y mantienen un misterioso silencio, estableciendo contacto visual frecuente con el espectador. Curiosamente, muchos de estos personajes imaginarios suelen llevar sombreros, a veces acompañados de elaborados trajes.

Alucinaciones Liliput.

A pesar de que estas imágenes sorprendentemente realistas suelen ser inofensivas, no se pueden eliminar fácilmente. Frecuentemente, las mismas imágenes aparecen en múltiples ocasiones, pero rara vez están relacionadas con un significado emocional particular. A menudo se trata de objetos comunes, como camiones o árboles, aunque también hay informes de escenas dramáticas, como procesiones fúnebres y dragones.

Las visiones pueden variar en tamaño, desde dimensiones reales hasta miniaturas, en un fenómeno conocido como “alucinaciones Liliput”, en referencia a los pequeños liliputienses de la obra “Los Viajes de Gulliver”. Ocasionalmente, las visiones pueden parecer más grandes que la realidad.

Entre la realidad y la ficción.

Aunque Charles Bonnet estaba consciente de que estas alucinaciones eran producto de su mente, no dejaban de ser inquietantes. La línea que separa la ficción de la realidad se volvía borrosa, y situaciones cotidianas, como una botella sobre una mesa o un camión en la calle, se volvían desafiantes para distinguir. Algunas personas llegaron a señalar situaciones irreales a sus conocidos, solo para descubrir que nadie más podía ver lo que ellos veían.

un mundo de visiones

Algunas visiones del Síndrome de Charles Bonnet son tan extravagantes que pueden poner a prueba la cordura de quienes las experimentan. En un caso, una mujer se encontró con la presencia de varios deshollinadores pequeños que desfilaban por su hogar, mientras que otro hombre hablaba de una manada de monos con batas azules y sombreros rojos que se divertían en su patio día tras día.

Paradójicamente, muchas personas que padecen CBS deciden no informar sobre estas extrañas visiones por temor a que se cuestione su salud mental. En contraste, aquellos que sufren de psicosis a menudo elaboran explicaciones complejas para justificar sus alucinaciones y rara vez cuestionan su propia cordura.

La participación del cerebro.

La causa exacta del Síndrome de Charles Bonnet sigue siendo un misterio, aunque una teoría popular sugiere que el cerebro intenta compensar la falta de estímulos visuales. Cada ojo humano normal recibe datos a una velocidad de aproximadamente 8.75 megabits por segundo. La corteza visual, el sistema más grande en el cerebro humano, está diseñada para procesar este torrente de información visual antes de presentarlo a la mente consciente. Cuando la enfermedad afecta esta vía de procesamiento, numerosas neuronas quedan inactivas.

Es interesante destacar que el cerebro humano tiene la capacidad de lidiar con la ceguera parcial de manera natural. Cada ojo humano tiene un punto ciego donde el nervio óptico atraviesa la retina, y la corteza visual llena automáticamente estos puntos ciegos extrapolando lo que debería estar allí según la información circundante. Además, cuando ambos ojos están activos, el cerebro puede combinar la información de ambos para compensar las limitaciones individuales.

En casos de pérdida gradual de la visión, es posible que estas vías cerebrales intenten llenar las áreas oscurecidas. Dado que los ojos envían datos reducidos con una mayor probabilidad de errores, la corteza visual puede generar conjeturas extravagantes.

¿De dónde provienen las visiones en el Síndrome de Charles Bonnet?

Algunos han sugerido que las visiones presentes en el Síndrome de Charles Bonnet serían el resultado de los mismos mecanismos que generan los sueños. Durante el sueño, la mente carece de estímulos visuales, por lo que tiene sentido que tanto los sueños como las alucinaciones CBS puedan estar relacionados, ya que la corteza visual busca estimulación visual almacenada. Sin embargo, es importante destacar que los sueños también incluyen sonidos y sensaciones, mientras que las visiones de Bonnet se limitan a la vista.

En los casos en los que los pacientes ven caras flotantes, es probable que la región occipital lateral del cerebro esté involucrada. Esta área de la corteza visual se encarga de reconocer caras humanas entre los datos visuales entrantes y también se activa cuando se perciben patrones que se asemejan vagamente a caras, como la parte delantera de un automóvil. Cuando esta región carece de estímulos visuales, es probable que su actividad disminuya, lo que lleva a la percepción de rostros inexistentes.

Explicaciones metafísicas.

Estudios formales han revelado que el Síndrome de Charles Bonnet es más común en personas con educación superior y en aquellos con inclinaciones creativas. Esto sugiere que las habilidades de asociación de conceptos inherentes a la creatividad y la inteligencia pueden desempeñar un papel importante en esta condición. El síndrome también presenta similitudes con el síndrome del miembro fantasma, donde las personas que han perdido extremidades experimentan sensaciones como si esas partes del cuerpo aún estuvieran presentes.

visiones en el Sindrome de Charles Bonnet

Sin embargo, también existen teorías alternativas que afirman que estas extrañas visiones no están relacionadas con el cerebro, sino que son imágenes reales de una realidad alternativa paralela a la nuestra. Según esta teoría, las personas normalmente no pueden percibir estas realidades paralelas debido a la sobrecarga de información visual de nuestro propio mundo. Se sugiere que estas realidades paralelas serían lugares extraños donde las personas a veces tienen flores en lugar de cabezas y donde abundan las conjeturas absurdas en lugar de pruebas.

Frecuencia del Síndrome de Charles Bonnet.

Uno de los estudios más exhaustivos sobre este fenómeno se llevó a cabo en el Departamento de Oftalmología de Hospital Universitario de Nijmegen, en Países Bajos, donde participaron quinientos pacientes con discapacidades visuales. De ellos, se descubrió que sesenta y tres habían experimentado alucinaciones visuales complejas en las cuatro semanas previas al estudio. Las evaluaciones psiquiátricas de estos pacientes no revelaron otros trastornos que pudieran causar tales efectos secundarios.

Estos hallazgos, junto con otros estudios similares, sugieren que hasta el 15 % de las personas con pérdida de visión pueden experimentar el Síndrome de Charles Bonnet en cierta medida. Incluso se rumorea que el propio Charles Bonnet sufrió sus propias visiones inexplicables cuando sus problemas de visión se intensificaron en el futuro.

¿Cómo tratarlo?

Dada la alta prevalencia de visiones del Síndrome de Charles Bonnet entre los pacientes estudiados, parece que esta condición no es tan rara como se pensaba. El número reducido de casos conocidos probablemente se deba a la renuencia universal de los afectados a compartir sus experiencias. La mayoría de las personas que padecen CBS no mencionarán sus alucinaciones a menos que se les pregunte directamente. Uno de los tratamientos más efectivos es informar al paciente de que sus visiones no reflejan su salud mental, lo que puede reducir significativamente la ansiedad relacionada.

Algunas personas logran controlar o disipar a sus “invitados” imaginarios al modificar su entorno, como encender las luces, aunque la mayoría de las veces los pacientes están a merced de sus visiones. Otros han encontrado consuelo al interactuar con estas apariciones, manteniendo conversaciones unilaterales mientras sus visitantes imaginarios observan en silencio. Afortunadamente, esta condición suele ser temporal y, en la mayoría de los casos, las visiones desaparecen por completo después de doce a dieciocho meses.

La percepción humana es claramente imperfecta, lo que plantea interrogantes sobre cuánto de nuestra experiencia es compartida y cuánto está moldeado por nuestras mentes. El Síndrome de Charles Bonnet es un recordatorio de la complejidad y la maleabilidad de la percepción humana, un enigma que desafía nuestra comprensión de la mente y la realidad.

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