Los perros formaron un vínculo tan importante con los humanos que, además de mascotas, nos asisten en numerosas actividades. Por ejemplo, para una persona ciega existen perros guía, y están aquellos empleados como método de terapia para determinada enfermedad. Mejor ni hablar de los entrañables perros rescatistas, como Frida, una perra de la Armada de México que se convirtió en una heroína nacional por su servicio en el sismo de 2017.
Es una amistad que venimos cultivando desde hace miles de años, y por eso al perro se le considera el mejor amigo del hombre. Los perros suelen estar al tanto del bienestar de sus dueños, y muchos no dudan en intervenir cuando es necesario. De la misma forma, aquellas personas que aman a los perros siempre buscan lo mejor para ellos. Quien posee uno de estos animales conoce toda esa alegría con la que inundan el ambiente.
Comida para perro: comercial vs fresca de calidad humana.
En ese intento por buscar lo mejor para nuestros animales, terminamos “premiándolos” con comida para consumo humano. Es verdad, cierta clase de alimentos destinados al consumo humano pueden ser más fáciles de digerir que una ración de pienso seco. Sin embargo, que esa dieta “más natural” promueva la salud en el animal, es algo completamente distinto.
Una de las consecuencias más interesantes de alimentar a los perros con comida humana recién preparada es que defecan menos, hasta dos terceras partes menos.
La idea de que toda la comida humana es mala para los perros es relativamente nueva. Y el marketing es el principal culpable de que esta creencia se arraigara tan profundo en el consciente colectivo. Aunque debemos evitar alimentar a los perros con ciertos alimentos, como el chocolate, especias y frutas. Por otro lado, es totalmente aceptable proporcionarles diversos tipos de proteínas y vegetales.
De hecho, los humanos hemos alimentado a los perros con restos animales desde hace siglos. Y evolucionaron para digerirlos. Por otro lado, el alimento comercial para perros solamente tiene siglo y medio de existencia. En la actualidad, muchas personas consideran que alimentar a los perros con restos de comida humana es peligroso para la salud del animal.
Mejor digestión y menos heces.
Y están convencidos de que dichas raciones no poseen todos los nutrientes que el animal necesita. A pesar de este fenómeno, en los últimos años y sobre todo cuando se publicó la historia de “Big Kibble”, algunos empezaron a cuestionarse esta realidad y a buscar alternativas caseras que se hicieron populares.
Sin embargo, es importante advertir que todavía no existe un consenso científico para afirmar que dichas alternativas son mejores para los animales. Y es que las diversas dietas para mascotas no se han probado rigurosamente o comparado a gran escala. Además, es complicado determinar con precisión la dieta ancestral “natural” que llevaban los perros cuando empezamos a alimentarlos. Por otro lado, tenemos el impacto que tendrá la comida moderna, incluso la orgánica, en la salud general del animal.
En algunas de las primeras investigaciones sobre alimento para perro de calidad humana se encontraron ciertas ventajas de suprimir el alimento comercial. Cuando los perros se alimentan de una mezcla de carne y vegetales, automáticamente producen menos heces si se compara con el pienso seco.
“Como se observó en estudios previos, las comunidades microbianas en las heces de perros saludables alimentados con dietas frescas son diferentes a las de aquellos alimentados con pienso. Esta variación en el perfil microbiano probablemente atienda a la diferencia en el procesamiento de la dieta y la fuente de ingredientes. También al tipo de fibras, proteínas y grasas dietéticas que influencian lo que digiere el perro y lo que llega al colón para fermentación”, señaló Kelly Swanson, científico nutricional de la Universidad de Illinois.