Un hombre de 64 años ingresó al Hospital do Pedro Hispano en Matosinhos, Portugal, con un severo dolor en el oído izquierdo. Además, se quejaba de una intensa comezón y hemorragia en la misma zona. En una primera valoración, los médicos asumieron que el paciente padecía una fuerte infección en el oído. Y estaban en lo correcto, pero se llevarían una sorpresa al examinarlo.
Una miasis ótica de larvas carnívoras.
Gracias a un otoscopio, el especialista encontró varias larvas carnívoras creciendo en el canal auditivo del hombre. Esta espeluznante condición recibe el nombre clínico de “miasis ótica”. Y resultó tan peculiar para los médicos Catarina Rato y Gustavo Lopes, que publicaron un artículo científico sobre el caso.
Apenas el hombre ingresó a la sala de urgencias en el Hospital do Pedro Hispano, el otorrinolaringólogo al que lo canalizaron se encontró con decenas de larvas dentro del oído del paciente. Catarina Rato procedió a retirar los gusanos del canal auditivo y, eventualmente, observó que las larvas perforaron el tímpano del oído izquierdo.
Una vez terminada la limpieza, aplicaron antibiótico en gotas directamente en el oído. Además, le extendieron una receta con antibióticos orales para continuar combatiendo la fuerte infección. Las larvas que infestaron el oído de este portugués eran de gusano barrenador (Cochliomyia hominivorax).
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En su estadio imaginal, las moscas depositan entre 10 y 500 huevecillos. Bajo condiciones ideales, las larvas emergen a las 24 horas y empiezan a alimentarse de los tejidos del huésped. Reciben este peculiar nombre porque se sitúan con la cabeza hacia abajo y penetran la carne en forma de barreno, haciendo la herida más profunda cada vez.
Si este hombre no se hubiera tratado oportunamente, incluso corría el riesgo de morir.