Aunque no es la primera vez que la humanidad hace frente a una enfermedad global, esta pandemia supone un reto para la ciencia moderna. Mientras algunos científicos están enfocados en combatir la nueva enfermedad, otros ya analizan posibles estrategias para mitigar la próxima crisis de salud mundial bajo los peores escenarios.
Observatorio Global de Inmunología.
Investigadores de la Universidad de Harvard y Universidad de Princeton publicaron artículo en la revista eLife, donde detallan un modelo teórico para la creación de un Observatorio Global de Inmunología (GIO, por sus siglas en inglés).
El proyecto se encargaría de recolectar millones de muestras sanguíneas y otros fluidos humanos para buscar agentes patógenos (microorganismos nocivos para la salud) conocidos o desconocidos para rastrear la diseminación de enfermedades con antelación. Según los científicos, un enfoque de esta naturaleza evitaría futuras pandemias.
El sistema aplicaría pruebas de anticuerpos a muestras aleatorias y anónimas provenientes de individuos alrededor del mundo. La obtención de dichas muestras se lograría a través de toda clase de exámenes rutinarios, donaciones de sangre e incluso la famosa “prueba del tamiz metabólico” que se practica a los recién nacidos.
La única información relativa a estas muestras sería la ubicación geográfica, sin detalles específicos sobre cada donador, para mantener la privacidad. En teoría, el GIO es un proyecto totalmente viable dado que la tecnología para identificar miles de anticuerpos en muestras de sangre ya está disponible en el mercado. Empresas como Luminex y VirScan cuentan con equipo que permite realizar pruebas masivas de forma rutinaria.
Anticuerpos.
Nuestro organismo produce anticuerpos cuando un patógeno ingresa a nuestro cuerpo. Y hablamos de entidades específicas, pues cada anticuerpo solo logra adherirse y neutralizar a un único tipo de virus o bacteria. En este caso, la identificación del anticuerpo sería una forma de conocer si la persona enfrenta una enfermedad infecciosa (o la superó, pues los anticuerpos suelen mantenerse mucho tiempo en el organismo).
Un observatorio de esta clase permitiría detectar a tiempo un aumento de casos (incluidos asintomáticos) de diversas enfermedades en varias regiones del planeta, proporcionando tiempo valioso a las autoridades sanitarias para que intervengan con rapidez.
Cuando se habla de enfermedades emergentes, como la que afecta al planeta actualmente, es evidente que no se conocen los anticuerpos específicos. Sin embargo, cuando un anticuerpo no identificado aparece masivamente a través de las muestras sanguíneas es un indicio de que un nuevo patógeno circula entre la población. Algo tan sencillo permitiría predecir los brotes.
Prediciendo pandemias.
Pese al término “Global” del proyecto, el equipo señala que la plataforma iniciaría operaciones en Estados Unidos. Y el mayor obstáculo de todos es el financiamiento de la propuesta. Por ahora, el grupo se encuentra en negociaciones con organizaciones filantrópicas enfocadas en la salud pública.
En declaraciones para la revista Science, Michael Mina mencionó que ya se consiguió el apoyo económico de la fundación Open Philanthropy para la construcción de un laboratorio piloto. Hasta ahora, las muestras aleatorias serán provistas por la empresa privada Octapharma para poner a prueba las tecnologías de detección de anticuerpos en masa y simular el funcionamiento del observatorio en un escenario de pandemia.
Diversos científicos y especialistas en salud pública elogian el modelo, aunque señalan que los obstáculos financieros, logísticos y técnicos representarán un gran reto. Actualmente, algunos países emplean un sistema de vigilancia epidemiológica similar, como el famoso modelo centinela en México. Sin embargo, la mayoría de las naciones se apoyan en el sistema de salud local integrado por hospitales, médicos y enfermeras que reportan anomalías a instancias superiores, un método que lleva mucho tiempo.
Por ejemplo, el brote que surgió en Wuhan se identificó sólo hasta diciembre 2019, pero se sospecha que el virus ya circulaba en el país desde un mes antes. Dado que los anticuerpos aparecen en el organismo entre una y dos semanas después de la infección, es posible que estas variaciones se detecten con mucha antelación en las muestras de los pacientes.
Bueno, igual y solo es una opinión rápida al respecto, pero no puedo dejar de pensar en modelos de control.
Sí, monitorear es mejorar, y sí, hablan de anonimato del individuo muestreado, pero ¿No usa China dichos argumentos para su régimen de calificación social?
Me quedo con el dato para la reflexión y posteriormente emitir una opinión más sesuda.
Saluditos.