¿Qué sucedería si la próxima crisis sanitaria surgiera de un patógeno transmitido de extraterrestres a humanos? Gracias al efecto de la vacunación y la variante Ómicron (que, pese a una mayor transmisibilidad no genera enfermedad grave) muchos países se preparan para pasar página y olvidar la pandemia de covid-19. Pero, los especialistas en salud pública advierten a los gobiernos del mundo que deben anticiparse a la próxima pandemia. Eso implica destinar los recursos necesarios para evitar el desastre que atestiguamos desde el primer trimestre de 2020.
¿Es posible una contaminación interplanetaria?
En el pasado ya se elaboraron previsiones que para muchos resultaban exageradas y drásticas. Pero, tras más de dos años de afectaciones por el nuevo coronavirus las cosas lucen diferentes. La contaminación interplanetaria es una posibilidad hacia la que varios científicos dirigen la atención. Les resulta particularmente grave que las agencias espaciales de todo el mundo no posean un plan de contingencia. Y que no se haga lo suficiente para proteger a los humanos de una infección proveniente de formas de vida extraterrestres.
“Mi argumento es que, de cara a los planes para la exploración de nuevas áreas vinculadas a la vida extraterrestre, los mismos constituyen una serie de riesgos nunca antes considerados”, advierte Anthony Ricciardi, experto en invasión biológica de la McGill University. “La ciencia de la invasión se ha aplicado a la bioseguridad en términos nacionales. Mis colegas y yo consideramos que lo mismo debe hacerse con la bioseguridad a escala planetaria o interplanetaria”.
Enfermedades extraterrestres.
Cuando se evalúan las implicaciones de una posible invasión extraterrestre, los científicos advierten que no sólo existe el riesgo de que los humanos contaminen ecosistemas extraterrestres con sus microorganismos. También consideran la posibilidad de que transporten gérmenes alienígenas con infecciones que la medicina terrestre no tiene idea de cómo combatir.
Y aunque las agencias espaciales han establecido protocolos de comunicación sumamente estrictos, los especialistas consideran que no resulta suficiente contra una amenaza biológica. “Aunque la posibilidad de que esto suceda sea mínima, no podemos darnos ese lujo”, señaló Atheana Coustenis, directora de la Comisión de Investigaciones Espaciales (COSPAR). “Para cuando eso nos alcance, ya sabes, estaremos arruinados”.
La preocupación por una posible contaminación interplanetaria tiene un antecedente reciente. En 2019, un módulo de aterrizaje lunar con bandera de Israel alcanzó nuestro satélite natural y originó un conjunto de tardígrados prácticamente indestructibles que buscaban llegar a la superficie. Es difícil que estos diminutos seres desencadenen un problema a gran escala, pero no podemos pasar por alto la posibilidad de que la próxima pandemia surja de esta forma.