Las SIM físicas para teléfonos están en vías de extinción

Durante las últimas dos o tres décadas, hemos utilizado una pequeña tarjeta en nuestros teléfonos móviles: el Módulo de Identidad del Abonado, también conocido como tarjeta SIM. Aunque a menudo lo ignoramos, posee un significado importante. Esta tarjeta, que es única para cada teléfono, se introdujo en la década de 1990 para mejorar la seguridad y ayudar en la identificación de personas durante el apogeo de las llamadas telefónicas.

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Sin embargo, posiblemente pasemos por alto su verdadera importancia, pues se ha convertido en una parte integral de la tecnología móvil moderna. El primer formato de tarjeta SIM que se fabricó recibió el nombre de 1FF. Tenía el tamaño de una tarjeta de crédito y se insertaba completamente en el teléfono móvil.

Conforme los teléfonos celulares redujeron su tamaño, los SIM se actualizaron y se crearon tres versiones nuevas: Mini-SIM (2FF), Micro-SIM (3FF) y Nano-SIM (4FF). En los teléfonos móviles actuales, la versión más común es la Nano-SIM.

Sin embargo, en septiembre del 2022, durante la presentación del iPhone 14, Apple anunció que sus próximos teléfonos ya no incorporarán ranura para la tarjeta SIM. Las tarjetas SIM físicas desaparecerán y serán sustituidas por la tecnología eSIM. Se trata una SIM digital que permite activar planes de telefonía sin la necesidad de usar una tarjeta física.

¿Cómo funcionan las eSIM?

El eSIM también posibilita la coexistencia de múltiples números en el mismo dispositivo para planes de voz y/o datos móviles. Un solo eSIM es capaz de administrar y almacenar hasta ocho números de teléfono. Pudiendo utilizar dos de ellos simultáneamente, similar a la función «Dual Chip» de las versiones físicas.

La tecnología eSIM también permite la conectividad con múltiples dispositivos y, al estar integrada en el teléfono, el riesgo de que se rompa o retire accidentalmente no existe. Otra ventaja del eSIM sobre las tarjeras físicas es que se puede integrar en un reloj o smartwatch.

La tecnología eSIM no es íntegramente digital, ya que también tiene una parte física que consiste en un chip integrado en la placa madre del teléfono móvil durante el proceso de fabricación. Esto significa que el dispositivo ya viene equipado con el eSIM de fábrica. La ventaja de un eSIM integrado en la placa madre del teléfono es que, siempre que esté encendido, el dispositivo puede rastrearse constantemente y siempre estará conectado a la red del operador.

Los fabricantes también obtienen ciertos beneficios con esta tecnología, ya que les permite tener más espacio para otros componentes electrónicos y crear teléfonos móviles más resistentes a los daños causados por el agua.