A inicios de diciembre de 2017, Tesla inauguró un sistema de baterías de 100 megavatios al sur de Australia por solicitud expresa del propio Elon Musk que se comprometió a terminarlo en un máximo de 100 días. La instalación demostró su gran utilidad apenas dos semanas después de la apertura, el 14 de diciembre, cuando una termoeléctrica que funciona a base de carbón mineral sufrió desperfectos y tuvo que interrumpir la producción de energía. Inmediatamente, la batería de Tesla relevó el suministro de energía para toda esta zona.
Sin embargo, además de su utilidad también está el aspecto de la rentabilidad. Renew Economy, sitio web australiano especializado en el tema de la energía renovable, publicó un informe donde estima que este sistema de baterías Tesla pudo haber generado ganancias para la empresa encargada, Neoen, por AUD $800 mil en cuestión de días.
Por ahora, 70MW/39MWh de la capacidad de este sistema se encuentra destinada al uso del gobierno en el estado de Australia Meridional en caso de necesidad. Por otro lado, los 30MW/90MWh restantes se encuentran bajo el control de Neoen. Esta compañía vendía lo que producía a razón de $14 por MWh entre el 18 y 19 de enero de 2018, mientras los pagos por generar esta electricidad prácticamente eran nulos.
Australia ha venido mostrando un enorme interés en las baterías de Tesla, sobre todo porque tiene problemas con la generación de energía desde hace varios años, principalmente por antiguas termoeléctricas que ya no funcionan bien, las altas temperaturas en la región y la intermitencia en la generación de energía eólica y solar. En algunas zonas de aquel país los precios de la energía eléctrica son elevados y los apagones se han convertido en algo cotidiano.
Si bien la batería cuenta con tecnología de Tesla, su construcción hubiera sido imposible sin la colaboración de la compañía francesa Neoen. Utilizando la misma tecnología presente en las baterías para automóviles Tesla, se trata de la batería de litio más grande del mundo alimentada por una granja de generadores eólicos, una instalación que el propio Elon Musk describió como tres veces más poderosa que la mejor batería del mundo.
El reto en Twitter.
Todo este proyecto aceleró a causa de un desafío por parte de un usuario en Twitter. Le preguntó a Musk si ponía seriedad al desafío de la generación de energía en Australia, a lo que el empresario respondió afirmativamente comprometiéndose a entregar la obra en un lapso de 100 días. Mejor aún, si no llegaba a cumplir dicho plazo, los australianos recibirían energía eléctrica de forma gratuita. El conteo regresivo arrancó el día 30 de septiembre, fecha en que el proyecto pasó la aprobación del gobierno, y 2 meses después la batería fue inaugurada.
La instalación es capaz de suministrar energía a 30,000 viviendas durante una hora, pero por ahora sólo se utiliza para estabilizar el suministro regular en el tendido eléctrico. Las empresas también construyen una batería de 20 MW en el estado de Victoria.
Baterías para todos.
Baterías parecidas, aunque de menor tamaño, ayudan en el suministro de energía en Nueva Zelanda, Hawái, California y el Reino Unido. En África del Sur, hay algunos hoteles de lujo que han empezado a implementar pequeños sistemas de Tesla para almacenar energía.
Además, la compañía se comprometió a instalar estas baterías en Puerto Rico, donde una enorme porción de los sistemas encargados de generar energía para el país resultaron damnificados por el huracán María en 2017. Aunque no se trata de una carrera en solitario, pues para 2019 se tiene planeado que una batería con 50% más capacidad se conecte en Corea del Sur.
Se dice que con paneles solares a lo largo del Desierto de Sahara, se podría abastecer de energía al mundo entero, por años y años y años… de forma gratuita.
Yo veo una utopía, donde los países gobernaran en cuestiones de ciencia, y no en religión, economía, democracia o ninguna otra creencia metafísica.
Dices bien, porque la ciencia también puede degenerar como cualquier otra cosa
Seguro se le ocurrio viendolo a Homero Simpson