Desde el siglo XIX, la tabla Ouija ha sido motivo de múltiples investigaciones paranormales. En esencia, este tablero parlante se utiliza para comunicarse con los muertos. Se dice que la energía de los participantes es capaz de invocar a los espíritus de los muertos de forma que logran mover una pieza de madera a través de letras, números y palabras simples para formar frases. Para muchos resulta fascinante el propósito y habilidades que proporciona algo como la Ouija; sin embargo, existe un tablero mucho más antiguo cuyo propósito no era entablar contacto con el mundo de los muertos, sino con ángeles.
John Dee y su pasión por el ocultismo.
John Dee figura entre los grandes renacentistas de Inglaterra. Además de tener una posición importante en la corte real inglesa del siglo XVI, destacó como matemático y astrónomo, instruyendo a muchos de los primeros grandes exploradores de Inglaterra. Fue este hombre quien suplicó a la reina Isabel I, famosa por negarse a invertir grandes cantidades de dinero en proyectos costosos como la colonización, que se invirtiera en la fundación de colonias y se extendiera el idioma inglés más allá del océano. Por eso, sin el conocimiento que Dee tenía de la navegación y la promoción que hizo sobre la expansión inglesa, es posible que las primeras colonias en Estados Unidos jamás se hubieran fundado.
Sin embargo, como muchos intelectuales de la época, la verdadera pasión de John Dee tenía que ver con el estudio de lo oculto.
Edward Kelley y el idioma enochiano.
Edward Kelley, guía espiritual y amigo cercano a Dee, fue quien lo ayudó a incursionar en actividades místicas. Ambos afirmaron descubrir una forma de entablar contacto con ángeles, construyendo una mesa para dicho propósito. Sin embargo, tuvieron ciertas complicaciones. Dada la naturaleza divina de los ángeles, sólo podían entablar una comunicación en su propio lenguaje divino. John Dee lo llamó «Angelic«, aunque actualmente se conoce como lengua enochiana.
Dee argumentaba que éste era el idioma con el que Adán se comunicaba con Dios, mismo que perdió tras ser expulsado del jardín del Edén. Sin embargo, lo recuperó el patriarca bíblico Enoc, aunque volvería a perderse tras diluvio universal en la época de Noé.
Kelley aseguraba haber descubierto el alfabeto de este idioma durante una revelación. Así, postuló que el alfabeto enochiano disponía de 21 letras que se leían de derecha a izquierda. Describió una fonética similar a la del inglés y un misterioso idioma desconocido.
¿Glosolalia o idioma divino?
El misterioso lenguaje encontrado por fragmentos en el alfabeto enochiano descrito por Kelley se cataloga como una glosolalia. Para algunas religiones, el término hace referencia a un lenguaje no definido que se utiliza en servicios religiosos. Al mismo tiempo, engloba los sonidos que pueden escucharse durante supuestas experiencias sobrenaturales, que algunos han descrito como hablar en «lenguas».
Sin embargo, estas expresiones en «lenguas» son un fenómeno observable que ha sido motivo de un amplio debate.
Más allá de un galimatías ininteligible, algunos argumentan que la glosolalia es una especie de protolenguaje inherente al ser humano que conocemos de forma inconsciente, aunque no nos resulta fácil expresarlo. Un ejemplo de esto lo encontramos en un pasaje de la Biblia, una historia donde se describe a un hombre que habla en lenguas en Jerusalén, al que todos los hombres pueden entender en su propio idioma. Sin embargo, para otros la glosolalia es el lenguaje de Dios.
Bajo el supuesto de que se trataba del idioma de los ángeles, John Dee empleó el alfabeto de Kelley para construir un dispositivo de comunicación espiritual conocido como Mesa Santa.
Le Mesa Santa para hablar con los ángeles.
Según consta en los diarios del astrónomo, donde se detalla el funcionamiento y los resultados, se debe colocar una bola de cristal al centro de la mesa. Alrededor tendríamos símbolos enochianos, dispuestos de tal forma que sirvieran como invocaciones escritas para llamar a los ángeles. Supuestamente, a través de esta bola de cristal se manifestarían las respuestas divinas.
Durante los múltiples experimentos que hicieron con la Mesa Santa, Dee y Kelley transcribieron una cantidad impresionante de visiones y mensajes que supuestamente recibieron mientras observaban la bola de cristal. En una ocasión, aseguraron haber visto el rostro de María, reina de Escocia. En otro momento divisaron el arribo de la armada española.
Sin embargo, más allá de los eventos políticos relevantes que afectaban a Inglaterra, Dee y Kelley se preocuparon por su propio beneficio y fortuna. Relataron que, durante una sesión con la mesa, solicitaron al Arcángel Uriel dinero y en respuesta obtuvieron una severa reprimenda.
Los mensajes divinos.
Desafortunadamente, muchos de los mensajes que descifraron se escribieron a las prisas y están garabateados con mala letra, por lo que sus significados todavía intrigan a los eruditos. Por si fuera poco, las transcripciones y reproducciones hechas posteriormente fueron alteradas por otros autores, de forma que Dee aparece como un adorador del diablo.
Desde que Dee y Kelley experimentaron con la Mesa Santa, incontables personas han opinado sobre el ritual y su propósito. Algunos autores del ocultismo opinan que Dee y Kelley realmente se estaban comunicando con ángeles. Pero, lejos de una comunicación mundana, los ángeles tenían intenciones siniestras pues comunicaban al par detalles para provocar un apocalipsis. En 1997, el escritor Donald Tyson llegó a mencionar que sentía gran respeto y temor por la Mesa Santa, llegando a describirla como «el artefacto más notable en la historia de la comunicación espiritual».
¿John Dee espía de la corona inglesa?
Sin embargo, los críticos más escépticos aseguran que el alfabeto y el lenguaje enochiano no son más que un engaño elaborado por Kelley y Dee, mismo que servía para disfrazar sus operaciones de espionaje en Europa bajo el velo del espiritismo. De hecho, muchas de estas supuestas comunicaciones con los ángeles tuvieron lugar mientras se encontraban en la corte del rey de Polonia, en el que la reina Isabel estaba muy interesada.
Pese a esto, en la actualidad muchas sociedades secretas creen en el poder de la Mesa Santa y el alfabeto enochiano inscrito en ella. Paul Foster Case, un practicante del ocultismo del siglo XX, aseguró su eficiencia y advirtió sobre su uso.
«Conozco personalmente más de 25 casos en los que la realización de operaciones mágicas [enochianas] terminaron en graves desintegraciones del cuerpo y la mente».
Ya por lo menos hoy aprendi 2 nuevas palabras
Glosolalia
Galimatías
Ahora procura recordarlas en un día de playa, tu en la orilla y muchas chicas jugando con el agua en la orilla del mar
Jajajajaaaa!!!! Semamo.
Es una lucha para invocar Ángeles, o algo asi