Cien años antes de que la máxima “ignora los comentarios” se convirtiera en una de las vías que conducen nuestra experiencia en las redes sociales y en los foros de discusión en Internet, el físico alemán Albert Einstein ya aconsejaba a su colega Marie Curie para que adoptara una postura parecida.
Únicamente que en este caso, como los tiempos eran otros, los “trolls” a los que él se refería (no aplicando ese término) eran los integrantes de los medios de comunicación en Francia que hicieron público un “escándalo” amarillista e irrespetuoso que involucraba la vida personal y privada de la científica. Puedes leer de qué trataba el asunto en El escándalo sexual de Marie Curie
En el año de 1911, Curie se convirtió en la primera investigadora de la historia en ser galardonada con el premio Nobel en dos disciplinas distintas – el de física en 1903, y el de química en el año en cuestión. Su trabajo pionero en las investigaciones que involucraban la radiación, inicialmente al lado de su marido Pierre Curie, la llevarían al descubrimiento de los elementos químicos radio y polonio, un hecho que le adjudicó un título notable que se mantiene hasta nuestros días. Pocos meses después de esta victoria histórica, la prensa de Francia, donde vivía, dio inicio a una verdadera campaña de difamación contra la mujer – los periódicos publicaron una serie de cartas de amor que había intercambiado años antes con el también físico Paul Langevin, que había sido estudiante de doctorado del marido de Marie, Pierre, que murió en 1906.
Tremendo mitote hubiera sido justificable si la aventurilla hubiera sido extramatrimonial, pues para la sociedad de inicios del siglo XX este tipo de relaciones eran un tema tabú. Pero para la fecha de inicio del romance la científica ya había enviudado, y su amante estaba separado de su esposa, pese a que técnicamente permanecían casados. El escandalo vino a flote precisamente gracias a la señora Langevin, aparentemente insatisfecha por la separación, pues filtró la correspondencia a los medios y fabricó una imagen de Marie como si fuera una trepadora destruye hogares. Los periódicos, deseosos de una buena historia de adulterio que implicara a una figuran tan aclamada en la época, compraron esa versión bastante rápido.
Estas publicaciones comenzaron en el otoño de 1911, al mismo tiempo que una conferencia en Bruselas donde se reuniría la crema y nata científica de Europa. Fue durante este evento, que contó con la participación de 20 brillantes científicos, que Marie Curie conoció a Albert Einstein, y a partir de aquí los dos se convirtieron en buenos amigos, enviándose correspondencia frecuentemente. Tras su regreso a tierras francas, la física encontró una multitud de personas enfurecidas rodeando su casa, motivadas por lo que leían en los periódicos. Las dos hijas de Curie, en ese tiempo de 7 y 14 años, quedaron aterrorizadas con todo aquel tumulto, lo que obligó a la familia a buscar refugio en la casa de un amigo hasta que las aguas se calmaran.F
Horrorizado por la actitud sensacionalista de los periódicos franceses y por la avasallante invasión de privacidad, Albert Einstein, entonces con 32 años, escribió la siguiente carta a su colega que había conocido poco antes.
Muy estimada señora Curie,
No te rías de mí por escribirte sin tener nada sensato que decir. Pero estoy muy enfurecido por la forma en que actualmente el público ha osado interesarse en ti, que me es absolutamente necesario ventilar este sentimiento. Sin embargo, estoy convencido de que desprecias consistentemente a esta chusma, si se prodiga un obsequioso respeto de ti o si se intenta satisfacer el deseo de sensacionalismo. Me veo obligado a decirte lo mucho que admito tu intelecto, tu impulso y tu honestidad, y que me considero afortunado por haberte conocido personalmente en Bruselas. Cualquier persona que no encaje entre estos reptiles ciertamente es feliz, tanto ahora como antes, que tenemos entre nosotros a figuras como tú, y Langevin también, personas reales con las que cualquier ser humano se siente privilegiado de mantener contacto. Si la chusma continúa metiéndose contigo, simplemente no leas esa tontería, déjasela al reptil para el que fue fabricada. Con los saludos más amables para usted, Langevin, y Perrin, atentamente,
A. Einstein
(Nota: «Perrin» hace referencia a Jean Perrin, un amigo de la familia de los Curie y Langevins, que defendió a Curie tras el escándalo)
Esta carta vio la luz gracias al astrobiólogo David Grinspoon que la encontró en medio de un acervo de miles de documentos del físico alemán que recientemente se puso a disposición del público en Internet. Quien sabe cuántas otras historias como esta puedan encontrarse en este valioso archivo.
Found this in newly released Einstein letters: advice to Marie Curie on ignoring the trolls.http://t.co/vA1MuEY7x5 pic.twitter.com/nRxo6q9fAJ
— David Grinspoon (@DrFunkySpoon) December 5, 2014
Vía IFLS
Para mi Einstein fue el mayor troll, en vez de advertirle de la radiacion de sus investigaciones le decia que ignorara a los sensacionalistas.
La personas olvidamos en muchas ocasiones que aunque sea un cientifico de renombre, u otra figura publica de cualquier tipo, tambien son seres humanos, con necesidades y defectos humanos, como cualquier otra persona, tambien tienen una vida fuera de su exposición mediatica,
Einstein dejando escuela,no solo en ciencia, tambien en actitudes sociales
Experiencia de sobra tenia el buen Albert con esos temas de índole «indecoroso», sobra decir que uno de sus fuertes eran las faldas