Europa corre riesgo de una “estanflación” por la guerra en Ucrania

¿Qué pasa cuando mezclas un bajo crecimiento económico, altos índices de desempleo y una inflación elevada? Sucede una estanflación. En Europa, la posibilidad de un escenario con estas características ya se temía incluso antes de que estallara la guerra en Ucrania. De hecho, a comienzos de 2022 y tras resentir los efectos de la pandemia el Banco Central Europeo revisó sus tasas de interés.

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Sin embargo, la estanflación no es un fenómeno nuevo. A comienzos de la década de 1980, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) orquestó un boicot contra los países de Occidente. Esta movida disparó los precios del petróleo con el consecuente encarecimiento de otros productos. Y el efecto podría repetirse con las sanciones impuestas a Rusia, cuyo impacto ya resienten los europeos en los precios de los energéticos.

El temor de una estanflación en Europa.

Mário Centeno, actual gobernador del Banco de Portugal, advirtió que Europa está al borde de una estanflación. “Un escenario próximo a la estanflación no escapa a las posibilidades que podríamos afrontar”. Además, sugirió a los gobernantes europeos prepararse para salvaguardar la estabilidad financiera de sus países. También señaló que la severidad de este evento depende de la duración del conflicto y la respuesta “más o menos organizada” que Europa proporcione.

Estimaciones optimistas.

La Comisión Europea también tiene en cuenta esta posibilidad. Sin embargo, hasta ahora consideran que el escenario más probable es una desaceleración de las economías y no una recesión propiamente dicha. Estiman que se salvarían, pues los PIBs de Europa muestran una trayectoria ascendente por el impulso de la recuperación post pandemia.

Estiman que el aumento en el precio de los energéticos causará inflación y reducirá el poder adquisitivo de las familias, perjudicando el crecimiento de la economía. Y aunque bajo estas condiciones se produjera una reducción del 1.5% en el crecimiento económico de la zona euro, todavía mantendrían un alza estimada entre el 2% y 2.5%, librando así la recesión.

El peor escenario.

Paolo Gentiloni, Comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, se pronunció al respecto. Mencionando que, más allá del aumento en los precios de los energéticos, también puede resultar afectada la confianza de los consumidores y empresarios.

Y es que cuando se empieza a hablar de estanflación, es muy probable que se concrete. Tanto empresarios como consumidores empiezan a temer la crisis y se vuelven mucho más cautelosos con sus inversiones y gastos. Una conducta que, por sí sola, puede llevar a la temida recesión. El impacto “potencialmente prolongado” de la subida de precios en los energéticos conduciría a una inflación general.

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