Uno de los aspectos más fascinantes en los humanos es la forma en que los hábitos, costumbres y cultura de una población terminan influenciando diversos comportamientos del colectivo. Aquello que consideramos “atractivo”, “bello”, “feo” o de “buen o mal gusto” resulta tan relativo y vinculante al contexto que resulta ilógico emanar opiniones cerradas sin oportunidad a la controversia, pues de hacerlo estaremos cayendo en el abismo de la opinión vacía.
Por ejemplo, tener un abdomen plano, el peso justo y la alimentación balanceada es un perfil que millones de personas alrededor del mundo se esfuerzan por conseguir o mantener, una cosa que es súper válida.
Sin embargo, existe un lugar en el mundo donde este ideal se aleja mucho de un cuerpo esbelto y abdomen de lavadero, hablamos de la localidad de Bodi, en Etiopía. En esta región de África habitada por la tribu Me’en, entre más voluminoso es el abdomen de un hombre, más importante resulta para la comunidad. “Todos los niños anhelan convertirse en hombres gordos”, dice El fotógrafo francés Eric Lafforgue en un artículo publicado por el Daily Mail, agregando que los tratan como verdaderos héroes a causa de su elevado peso.
La competencia de los gordos en Bodi.
A través de un ritual denominado ceremonia de Ka’el, que se celebra cada mes de junio, cada familia de la comunidad debe postular a un hombre soltero (con 6 meses de antelación) para que ingrese a un concurso donde se elige al más gordo de la tribu. Semanas e incluso meses antes de la celebración, el candidato es sometido a una estricta dieta de engorda, donde los ingredientes “especiales” son la sangre y leche de vaca, todo con el fin de dejar a este miembro de la tribu lo más rechoncho posible.
Como si el batido no fuera ya lo suficientemente extraño, debido a que la región es muy calurosa los participantes deben consumir rápidamente aproximadamente dos litros de la mezcla de sangre y leche antes de que el producto empiece a cuajar y hacerse gelatinoso. El candidato suele vivir en aislamiento y abstinencia sexual hasta el día de la ceremonia, aunque todos los alimentos son proporcionados por mujeres de la tribu.
“Los hombres gordos beben leche con sangre todo el día. Algunos engordan a tal grado que se les dificulta caminar”, relata el fotógrafo en otro párrafo de la entrevista.
Una vez que se elige al hombre más gordo, se clausura la ceremonia sacrificando a una vaca empleando una enorme piedra sagrada. Posteriormente, los ancianos de la tribu inspeccionan la sangre proveniente del estómago del animal para predecir si el futuro será bueno o no.
Una vez que pasa la ceremonia, la vida de aquellos que participaron en el Ka’el vuelve a la normalidad y sus estómagos empiezan a perder volumen tras varias semanas alimentándose de forma moderada, cuando ya son vistos como héroes en la comunidad. Varias semanas después, la próxima generación de hombres panzones de Bodi será elegida y el ciclo volverá a repetirse.
Échale un vistazo a algunas fotografías de la ceremonia:
Me viene bien para seguir pellizcando. La macana es que nadie me felicita por mi panza
creo que nací en el lugar equivocado…
Falso
Lo que pasa que están envejeciendo
Y a pesar de todo eso no se comparan con los gordos Mexicanos o Gringos… En un episodio más de «Mundo enfermo y triste»