En el año de 1879, Walter Hubbell, un actor con especial interés en temas paranormales, publicó un libro titulado The Haunted House: A True Ghost Story. Este libro daba cuenta de unas misteriosas manifestaciones paranormales a través de Esther Cox, joven que supuestamente estaba poseída por el Demonio y cuya historia pasó al dominio público como el gran misterio de Amherst.
En la introducción del libro, Hubbell escribió: “las manifestaciones descritas en esta historia empezaron hace un año. Hasta el momento ninguna persona ha sido capaz de determinar la causa”.
¿Quién era Esther Cox?
Cuando iniciaron las “misteriosas manifestaciones” descritas en el libro de Hubbell, Esther Cox tenía 18 años y vivía con una hermana casada, Olive Teed, en la ciudad de Amherst, Nueva Escocia. La historia dice que Esther fue víctima de un intento de agresión sexual perpetrado por un amigo. Poco después de este episodio, se desataron los fenómenos paranormales.
Empezaron como sonidos extraños durante la noche. Estos fueron seguidos por ataques epilépticos que sacudían el cuerpo entero de Esther. Después, los objetos dentro de la casa empezaron a moverse por voluntad propia.
Cuando la familia llamó al médico local, el galeno fue testigo de la forma en que la ropa de cama se movía por su cuenta, y escuchó una serie de ruidos provenientes de la parte inferior de la cama. Quizá lo más escalofriante tuvo lugar cuando los presentes atestiguaron la escritura de una frase en una pared sobre la cama de Esther que decía “Esther Cox, eres mía hasta la muerte”.
Después de estos acontecimientos, la actividad sobrenatural en la casa empeoró. Muchos visitantes a la residencia atestiguaron los fenómenos que se extendieron a través de varios meses, aminorando solo cuando Esther enfermó de difteria y fue trasladada a la casa de otra hermana en Sackville, New Brunswick.
La familia Cox regresó a Amherst, esta vez a la casa de una familia de la localidad. Pero las manifestaciones no desaparecieron. Además de los sonidos extraños y objetos que levitaban, una serie de incendios espontáneos se suscitaron en toda la casa.
Esther decía que podía ver un fantasma: “está allí todo de gris. Mirándome y riendo cuando dice que debo salir en la noche o empezará un incendio bajo el techo del desván para quemarnos hasta la muerte”.
La llegada de Walter Hubbell.
Walter Hubbell había escuchado sobre el caso, y en el verano de 1879 viajó a Amherst para alquilar una habitación en la misma casa donde vivía Esther. Durante su tiempo ahí, afirmó ser testigo de objetos moviéndose por sí solos o flotando en el aire, así como de la aparición espontánea de incendios. También atestiguó varios de los dolorosos ataques que sufría Esther, y afirmó haber hecho contacto con varios espíritus presentes a través de técnicas de golpeo.
Toda esta actividad inspiró a Hubbell para documentar su experiencia. Su libro, publicado ese mismo año, se vendió bastante bien y arrojó una mayor cantidad de atención al caso de Esther Cox.
Alentado por el éxito, Hubbell organizó una gira de conferencias donde Esther era la estrella principal. Sin embargo, la gira se malogró. Esther chocó contra el escepticismo y la hostilidad de la mayor parte de los asistentes. Cuando los abucheos rebasaron su límite, regresó a Amherst.
A su regreso, Esther intentó dejar su pasado paranormal en el olvido. Encontró trabajo con un granjero local, hasta que el granero de este granjero se incendió. Inmediatamente el patrón acusó de incendio intencional a Esther, y por eso la condenaron a cuatro meses de cárcel, aunque solo cumplió un mes antes de quedar en libertad.
Como sucede con muchos casos de supuesta actividad demoniaca, todos los fenómenos que aquejaban a Esther Cox se desvanecieron. Pasó a vivir una vida relativamente normal después del incidente con el granero, se casó en dos ocasiones y murió en el año de 1912.
Aunque la historia de Esther Cox, y por extensión la de Hubbell, fue desestimada por los académicos en años posteriores, aquellos que presenciaron el gran misterio de Amherst siguieron dando fe de que fenómenos paranormales acontecieron en torno a esta joven de Nueva Escocia.
Una edición de 1888 del libro de Hubbell puede ser leida aquí, en ingles:
O sea, que solo sufría de furor uterino?