El pollo sin plumas: una polémica en la industria avícola

El pollo sin plumas, resultado de un arduo proceso de selección genética, intenta posicionarse como una alternativa en la crianza avícola. El desarrollo de estos especímenes atienda al desafío común del sobrecalentamiento en las aves de corral. Especialmente en las razas de pollos de engorda, utilizadas masivamente en la industria cárnica. A diferencia de otras razas de pollos, los de engorda presentan una predisposición genética al consumo excesivo de alimento.

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Pollos criados para el consumo humano.

Su acelerada tasa de crecimiento los convierte en una opción rentable para la producción de carne, aunque también tienen sus problemas. El principal es que su metabolismo opera a temperaturas más elevadas. De hecho, la frecuencia cardíaca de estos pollos supera fácilmente las 300 pulsaciones por minuto, lo que aumenta el riesgo de sufrir estrés térmico.

Para combatir el sobrecalentamiento y reducir la necesidad de costosos sistemas de enfriamiento en regiones con climas cálidos, los científicos se propusieron crear una raza de pollos más resistente al calor. Es entonces cuando el genetista israelí Avigdor Cahaner realizar una serie de cruzamientos selectivos entre una raza con un cuello naturalmente sin plumas y pollos de engorda convencionales. “El resultado es el pollo sin plumas, una variante con características heredadas que se remontan a más de cinco décadas”, señaló Cahaner, investigador de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

Los pollos sin plumas llaman la atención no solo por su apariencia inusual, sino también por los beneficios que ofrecen en la industria avícola. Además de consumir menos alimento, estos pollos muestran una tasa de crecimiento acelerada, lo que lo hace una opción aún más rentable para los productores. Además, su capacidad “natural” para tolerar altas temperaturas sin necesidad de sistemas de enfriamiento les brinda una ventaja competitiva en zonas cálidas.

Desventajas del pollo sin plumas.

Pero, no todo es positivo con esta raza de pollos sin plumas. Y es que su principal atractivo, la falta de plumas, también los hace más vulnerables a diversos problemas de salud. Tales como infestaciones de parásitos e infecciones de la piel. Además, son más propensos a sufrir quemaduras solares y cambios bruscos de temperatura. Por si fuera poco, a los machos se les puede dificultar el apareamiento ante la falta de equilibrio al aletear unas alas sin plumas.

Pese a sus ventajas y desventajas, la aceptación de los pollos sin plumas entre los consumidores ha sido limitada. La aversión hacia su apariencia “antinatural” es un obstáculo importante para su adopción generalizada en la industria avícola. Especialmente las preocupaciones relacionadas con el uso de hormonas y posibles impactos en la salud influyen en la reticencia de los consumidores a aceptar esta nueva variante avícola.

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Conforme la ciencia y la tecnología superen las barreras, es posible que se conduzcan más investigaciones para abordar las preocupaciones y mejorar la aceptación de los pollos sin plumas. Tal vez en el futuro se logren avances adicionales en la cría de pollos que combinen lo mejor de ambas razas, brindando una solución más equilibrada y sostenible para la industria avícola.