Investigadores de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, registraron un extraño aumento en la actividad cerebral de dos individuos que estaban a punto de morir. Este fenómeno asemeja a los picos de actividad que produce el cerebro de los animales tras un paro cardíaco. El inusual hallazgo revela un poco más de información sobre los últimos momentos del cerebro antes de desvanecerse para siempre.
Mientras estudiaban a un moribundo el año pasado, los investigadores detectaron un pico en las ondas gamma, un tipo de actividad cerebral, así como alteraciones en otras frecuencias. En un artículo publicado en PNAS, señalan que dos de los cuatro pacientes que fueron desconectados del soporte vital experimentaron un estallido transitorio de actividad gamma.
Desde 2013, la neuróloga Jimo Borjigin y sus colegas analizan las similitudes entre los cerebros humanos en proceso de muerte y los de ratones a los que se les induce un paro cardiaco. Los investigadores creen que los breves estallidos de actividad cerebral apreciados en los roedores pueden ser marcadores biológicos de las experiencias cercanas a la muerte que muchos sobrevivientes de paros cardíacos relatan.
Desde el año 2014, el equipo estudió a personas que fallecieron en la unidad de cuidados intensivos neurológicos del Michigan Medicine, la instalación médica y académica de la Universidad de Michigan.
Explosión de ondas cerebrales en la muerte.
Los registros electroencefalográficos (EEG) de dos pacientes comatosos, captados después de un paro cardíaco o derrame cerebral, revelaron un aumento considerable en las ondas gamma en una región específica del cerebro. Mejor aún: esta explosión se diseminó a través conexiones de largo alcance entre los dos hemisferios. Esta actividad, que se ha demostrado no tiene nada que ver con las convulsiones, podría ser un signo de conciencia.
La región cerebral donde se dispararon las ondas gamma se conoce como una “zona caliente” en el ámbito de la actividad neuronal vinculada a la conciencia. Patrones similares de actividad se observan en personas que están soñando, teniendo alucinaciones visuales o experimentando experiencias extracorporales durante una convulsión epiléptica. Además, se sabe que la comunicación entre los hemisferios cerebrales es crucial para la recuperación de la memoria.
Como ninguno de los participantes del estudio sobrevivió para compartir sus experiencias, los investigadores reconocen que lo observado no necesariamente demuestra un procesamiento consciente mejorado en pacientes terminales. Y es que las experiencias extracorporales pueden no estar relacionadas a una experiencia de casi muerte. Sino ser producto de una reacción de estrés neurológico durante eventos cardíacos, momentos en los que se priva al cerebro de oxígeno.
Sólo dos de cuatro pacientes en casi una década de investigación de casos manifestaron picos de ondas gamma aunado a una hipoxia generalizada. De manera inconsistente, otras investigaciones también han encontrado alteraciones significativas en las ondas cerebrales de pacientes terminales.
Según los investigadores, el aumento en la potencia de las ondas gamma durante la muerte puede ser un mecanismo patogénico distinto que nada tiene que ver con la conciencia. Sin embargo, guardan la esperanza de que con cada cerebro desvaneciéndose que estudien se pueda conocer más sobre los últimos instantes de la conciencia humana.
Fantástico el articulo muy buen blog.