Si ya tuviste el infortunio de recibir un “abrazo” de una medusa (malagua, aguamala, aguaviva, etc.) mientras nadabas en la playa, debes recordar hasta hoy el dolor que sentías. No hay forma de pensar en otra cosa que no sea la sensación de quemazón en la piel, al mismo tiempo que la zona de la lesión se irrita ferozmente.
Existen algunas creencias populares que recomiendan aplicarse vinagre y hielo en el área afectada, esto con el fin de cesar el efecto de los nematocistos – unas diminutas células urticantes con forma de aguijón esparcidas por los tentáculos de la medusa, responsables por liberar las toxinas –, y aliviar la sensación de ardor. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que estos remedios no son del todo eficientes, aunque pueden ayudar un poco. Y no, echar orina sobre la herida tampoco resulta un buen remedio, contrario a lo que pudo haberse interpretado de un episodio de Friends.
Un estudio realizado en Australia, un lugar famoso por la cantidad de medusas y otros animales igual de terroríficos en sus playas, sugirió la hipótesis de que el vinagre impide que los nematocistos que permanecen intactos en la piel se descarguen, pero en compensación intensifica la acción de aquellos que ya dispararon sus aguijones. Sin embargo, esta teoría no ha sido completamente probada.
El tratamiento que se ha probado de forma más eficiente se publicó en junio del año 2012 en una revista médica gracias a Dr. Nicholas T. Ward, un investigador del Departamento de Emergencias Médicas de la Universidad de San Diego, en California. Según el artículo, la solución más eficaz contra una picadura es lavar la zona afectada con agua caliente y después aplicar algún anestésico local, como la lidocaína.
Evidentemente, dependiendo de la gravedad de la picadura, se debe llevar a la persona lo más rápido posible a algún sitio para que reciba atención médica de urgencia. Dependiendo de la concentración de toxinas liberadas por ciertas especies de estos animales, la picadura podría resultar letal.
Desgraciadamente las playas de Australia tambien son el hogar del peor asesino marino: La avispa de mar. Se considera el animal más venenoso del planeta, capaz de matar a una persona adulta sana en unos dos o tres minutos, y es tan pequeña que no se distingue fácilmente en el agua. Y es una medusa.
hermano, ay en Australia todo te quiere ver muerto.