Creo que soy la última persona en la Tierra

La primera fue mi hermana, una pequeña de 8 años muy amable y gentil. Me parecía muy inteligente, por lo que todavía no me explico los motivos que la llevaron a adentrarse sola en el bosque. Éramos extremadamente cuidadosos. Mamá nos enseñó a diferenciar entre la cicuta virosa y la chirivía de vaca.

Creo que soy la ultima persona en la Tierra1

También dejó muy claro que nunca debíamos cruzar por el tronco muerto que atravesaba el riachuelo. Mamá no dejaba de llorar, estaba profundamente devastada. Pasaba horas mirando la línea de árboles y se adentraba en el bosque casi todos los días. Por las noches, yo esperaba ansiosamente su regreso.

Hasta ese día en que no volvió.

Acudí al pueblo más cercano y le conté a los hombres lo que había pasado. Organizaron un equipo de búsqueda y se adentraron en el bosque, pero jamás regresaron. En los pueblos aledaños, las noticias sobre las personas desaparecidas se convirtieron en un espectáculo morboso. Cada vez se enviaban más y más personas al bosque, simplemente para no regresar.

Cuando las desapariciones ya se contaban por cientos, la prensa envió a una multitud a cubrir la noticia que atrajo a cientos más. Cada uno totalmente convencido de que resolvería el misterio de los desaparecidos en el bosque.

Miles se adentraron en aquel bosque y nunca más los volvieron a ver. Parecía que la situación no podía empeorar hasta que se filtró un video. Un soldado que usaba una cámara corporal, subió el material directamente a su sitio web. Se desató un auténtico infierno. Aquellas imágenes se convirtieron en una especie de embrujo hacia cada uno de los espectadores.

Debían atestiguar con sus propios ojos los kilómetros y kilómetros de exuberante musgo vibrante, con un tono tan verde que lastimaba. Y sentir ese viento fresco que mecía las frondosas ramas de los sauces en aquel video. Los miles se convirtieron en millones y de pronto todo quedó en silencio. En la televisión no se transmitía más que estática. Todo estaba quieto.

No podía asimilar el efecto que tuvo ese video en toda la humanidad. Lo miré varias veces, con la esperanza de experimentar ese impulso abrumador. Nunca pasó nada.

Así que esperé.

Pasé muchas semanas esperando a que alguien viniera a buscarme. A decirme que ellos tampoco entendían lo que sucedió, pero nadie vino. Se me rompió el corazón, había perdido a mi hermana, a mi madre y estaba completamente solo.

la mujer del bosque

Cuando finalmente entendí que no tenía nada que perder, me dirigí al bosque, atravesé el tronco, seguí los sauces y llegué a un claro. Era enorme y circular, completamente tapizado de musgo suave. En medio de aquel claro había una mujer de pie, casi como un árbol que cobra vida.

“Por favor”, le dije llorando. “Llévame a mí también”.

Ella sonrió con una sonrisa delicada y llena de tristeza.

“Tuviste tu oportunidad”, dijo con un susurro que parecía mecerse en el viento.

La mujer se fue y el claro desapareció. Estaba completamente solo, en un bosque oscuro y pantanoso. No sé por cuánto tiempo lloré, solo hasta que ya no pude más.

Creo que soy la última persona en la Tierra.

Cosmic_Hitchhiker

Quizá te interesa:

Deja un comentario