¿Te has preguntado cómo era la vida antes de que existieran las profesiones, los derechos laborales y el sindicato? En el pasado, los trabajadores eran obligados a desempeñar funciones en condiciones insalubres, y muchas veces sin la garantía de un salario fijo. En un informe elaborado por el Trades Union Congress (TUC), una de las más grandes centrales sindicales de Inglaterra y Gales, se narra la humillación que debían soportar los trabajadores en las fábricas del siglo XVIII.
Era Londres y el año 1752, cuando un obrador inglés fue solicitado para una plática con el capataz de la metalurgia donde trabajaba. Sin más, le informaron que si pretendía seguir trabajado en el lugar debía incrementar su jornada diaria dos horas, sin ningún tipo de compensación por el tiempo extra. Como era toda una costumbre desde el feudalismo, no tenía opción de discutir las condiciones con el patrón y ante el temor de que lo despidieran, aceptó la imposición de la fábrica.
La Revolución Industrial y la división en la mano de obra.
Casos como el anterior empezaron a cambiar con la llegada de la Revolución Industrial, periodo en el que se mejoró la maquinaria y los procesos de producción, alcanzando mayor relevancia en los Estados Unidos y buena parte de Europa. Ante el incremento en la explotación laboral, los trabajadores terminaron organizándose e iniciaron una larga batalla con los patrones, empezando por exigir cosas y condiciones que hoy resultarían banales para cualquiera: vacaciones, salarios fijos y la posibilidad de retiro.
Durante la Revolución Industrial se produjo la división de los obreros en categorías laborales. Durante los siglos XVIII y XIX, con la automatización de la industria y las mejoras en tecnología los empleados empezaron a dividirse según la capacidad que tenían para operar maquinaria. Previo a esto, los trabajadores no tenían una profesión definida, simplemente los contrataban para trabajar en las fábricas. Esto complicaba todavía más las condiciones de los asalariados en la industria. Los patrones requerían que fueran capaces de hacer de todo, desde limpiar baños hasta asistir en la línea de producción.
En las grandes metrópolis, como Paris y Londres, la mano de obra más barata que se podía encontrar era la de niños y mujeres por lo que se les contrataba a granel. Para reclutarlos, sólo había que tener en cuenta determinados criterios físicos, como su habilidad para tejer o la fuerza para ejecutar trabajos manuales. Y como no había periodos de capacitación, frecuentemente los inexpertos empleados sufrían accidentes que podían terminar con amputaciones. Incluso en estos casos, los patrones culpaban a los empleados por descuido y los despedían en automático.
Derechos de los trabajadores.
Durante más de doscientos años, entre los siglos XVII y XIX, la fuerza obrera tuvo que soportar toda clase de humillaciones y condiciones inhumanas ante la falta de leyes laborales, sobre todo en naciones industrializadas como Francia e Inglaterra. La asistencia médica y el retiro eran un sueño guajiro, y las jornadas laborales muchas veces se extendían por 14, 16 y hasta 18 horas al día. Peor aún: nada de días de descanso ni horarios para alimentarse.
A los trabajadores se les pagaba por hora, sin vencimiento fijo, y aunque tenían la posibilidad de descansar se les descontaba el día a fin de mes. Esta terrible situación fue mejorando poco a poco, sobre todo cuando los movimientos obreros empezaron a tomar fuerza en Europa, a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Las leyes que hoy respaldan a los empleados costaron mucha sangre.
Uno de los episodios más trágicos sucedió en Nueva York, el 8 de marzo de 1857. Ese día, un grupo de empleadas en una fábrica textil se fue a huelga para exigir la reducción de la jornada laboral a 12 horas diarias. La policía intentó reprimir la protesta y las mujeres terminan escondiéndose dentro de la propia fábrica. Entonces, los patrones aseguraron las puertas y le prendieron fuego al edificio, matando a 129 personas.
Leyes laborales.
Todas estas luchas, con el tiempo, promovieron la creación de leyes específicas en Estados Unidos y Europa. En el siglo XX, estas mejoras en las condiciones laborales se vieron reflejadas en un aumento en la calidad de vida de la población asalariada. Y, a medida que el resto del mundo se industrializaba, estas conquistas obreras se fueron expandiendo de forma paralela a la formación de sindicatos que buscaban defender los derechos de los trabajadores.
El movimiento obrero y los sindicatos.
En los gobiernos burgueses, que controlaron Europa entre los siglos XVII y XIX, cualquier especie de sindicato o asociación obrera estaba totalmente prohibida. No se permitía ningún tipo de protesta en las fábricas, y aquellos que se atrevieron a alzar la voz terminaron perseguidos como delincuentes. No existían leyes que permitieran la integración de sindicatos, y cualquier organización obrera se consideraba ilegal.
Los primeros movimientos obreros de la historia surgieron en Francia e Inglaterra, en reuniones clandestinas donde se debatían las mejoras a las condiciones laborales. El 1 de mayo de 1886 en Chicago, Estados Unidos, aproximadamente 1 millón de obreros se manifestaron en las calles. Cientos terminaron en prisión. Varios días después, durante una asamblea en la plaza Haymarket detonaron un explosivo que mató a decenas de trabajadores y dejó cientos de heridos.
Pese a la ilegalidad y represión del movimiento, se lograron algunas mejoras. En 1890, el Congreso de los Estados Unidos aprobó la ley donde se establecía la jornada laboral de 8 horas al día.
Pffff … Esas condiciones laborales tan precarias se siguen dando hoy en día… yo lo viví en IBM y otras empresas electrónicas como ing. industrial. Los gerentes decían «Tienes hora de entrada pero no de salida», incluso era común las exigencias de llegar media hora antes de la hora normal de entrada , cierres de mes era trabajar una semana hasta 12 horas por día o más, cero prestaciones ya que la contratación era por agencia, a los operadores y personal de producción les daban 11 pesos semanales como bono de asistencia, era una burla total. En IBM se vendían servidores de hasta 15 millones de dólares o hasta más, con un solo servidor de esos vendido daba para pagar la nómina de un año para todo el personal de producción.
No mmaaaa.. hasta parece que estoy leyendo la historia de los empleados de Grupo Salinas (elektra, total play, banco azteca etc…) son casi identicas, en todos los puntos, eso sin decir que yo tambien lo vivi, ahi la ley no existe.
Si que horrible vivir sin sindicatos?? A quien les venderian Ferraris y viajes por Europa sin los lideres sindicales??