Matar el amor es más fácil de lo que la mayoría supone. Y es que, por sí solo, este sentimiento rara vez es suficiente. Llevar al éxito una relación requiere mucha dedicación, esfuerzo y tiempo. Si la intención es quedarse juntos “hasta que la muerte los separe”, se debe dedicar tiempo y trabajo para que así sea. Aunque sientas que todo va viento en popa y a toda vela, caer en la comodidad y la rutina puede llevar una relación al fracaso.
Por eso, resulta fundamental vigilar aquellas acciones que pueden deteriorar la relación. Así como esforzarse al máximo para prevenirlas y mantener viva la llama del amor.
Las redes sociales.
La incursión de las redes sociales en una relación amorosa puede resultar un factor determinante en su estabilidad. Si uno de los integrantes de la pareja dedica más tiempo a su actividad en línea que a compartir momentos con su media naranja, propicia una distancia emocional. Con el tiempo, esa falta de interés deteriora el vínculo afectivo.
Es importante establecer prioridades, sobre todo con el tiempo de calidad que se disfruta en pareja. Y para lograrlo se debe evitar caer en la tentación de pasar demasiado tiempo divagando en el Internet. Aunque, las demostraciones de afecto a través de las redes sociales también pueden convertirse en una forma de mantener viva la pasión y el compromiso. En otras palabras, que esos “likes” vayan mayoritariamente para tu pareja.
La dejadez.
La falta de cuidado personal tiene potencial para afectar significativamente una relación amorosa. ¿Cuántas historias no hemos escuchado de personas que abandonan a sus parejas por fodongas? Una cosa es la comodidad en pareja y otra muy distinta descuidar la apariencia física. Esto último incluye aumentar considerablemente de peso, la falta de aseo personal y vestir descuidadamente.
Si parece que tu imagen personal ya no tiene importancia, probablemente tu pareja lo interprete como falta de interés en la imagen de la relación. Por eso, se recomienda mantener un equilibrio entre la comodidad en la relación y el cuidado personal.
Las adicciones.
Cuando las adicciones irrumpen en una relación de pareja, inevitablemente perturban su estabilidad y armonía. Y uno puede ser “adicto” a muchas cosas: el juego, la comida, el consumo de drogas o alcohol. Al principio, la relación parece funcionar a pesar de la adicción. Sin embargo, conforme una de las partes desarrolla comportamientos autodestructivos, matar el amor es cuestión de tiempo.
La mejor forma de resolver este problema es buscar ayuda y trabajar en pareja para recuperar la conexión emocional y confianza en la relación. La comunicación y el compromiso mutuo resultan vitales para superar este obstáculo y mantener vivo el amor en la relación.
Poner a otros primero.
Conforme una relación en pareja avanza, la situación cambia con respecto a las personas que nos rodean. Por ejemplo, algunos priorizan las necesidades de los hijos y/o los padres ancianos por encima de la de su pareja. Es muy importante evitar caer en esta dinámica. No decimos que no acompañes a tu madre al médico o dejes de asistir al partido de fútbol de tu hijo.
Pero, ten presente que siempre debes hacerte un tiempo para estar con tu pareja. Especialmente, para hacer esas cosas que los hacen sentir amados y apreciados. Procurar un equilibrio en la atención y el cuidado de las personas importantes en nuestras vidas, incluyendo nuestra pareja, es fundamental para cultivar una relación amorosa saludable y duradera.
Trabajar en exceso.
Hay una enorme diferencia entre trabajar para proveer y hacerlo de forma compulsiva. Para algunos individuos, el trabajo adquiere una importancia máxima. De hecho, lo consideran más valioso que el tiempo que comparten con sus seres queridos. Aunque resulta comprensible esa necesidad de cumplir con las obligaciones laborales, es importante recordar que la vida pasa muy rápido junto con todos los momentos significativos de nuestra existencia.
Mantener un equilibrio entre el trabajo y la vida personal es clave para una existencia saludable y plena. Al final de la vida, resulta poco probable que alguien se arrepienta de no haber trabajado más. Pero, casi siempre terminamos lamentándonos no pasar más tiempo con nuestros seres queridos.
No asear la casa.
Sin importar lo mucho que se trabaje, ambos miembros de la pareja deben involucrarse en las tareas del hogar. Mantener un hogar limpio y ordenado no solo se ve bien, también propicia el ambiente para la intimidad y el romance. En una casa desordenada o sucia, muy probablemente la atención se desvíe hacia los quehaceres pendientes en lugar de centrarse en la pareja. Así que, manos a la obra para pasar la escoba, lavar los platos y organizar la casa para no matar el amor.
Hacer comparaciones.
Créeme cuando te digo que la comparación es la destructora de la felicidad. Y en una relación romántica, comparar a tu pareja con otras personas puede matar la llama del amor. Evita esos comentarios agrios sobre cómo otra persona hace algo mejor que tu pareja. Y, por ningún motivo, saques a relucir a tus ex parejas como modelo a seguir.
En lugar de eso, enfócate en valorar y apreciar a tu pareja tal como es, pues hacer comparaciones es algo del demonio. También es importante discutir las diferencias y llegar a un acuerdo para seguir ADELANTE. Es horrible aferrarse al pasado y usarlo contra la pareja cada vez que surja un problema. Si no puedes dejar ir el pasado, el futuro no luce muy prometedor.