Cada tumba es una historia esperando a ser contada. La mayoría de las historias son prosaicas, y a menudo representadas por los grabados en las mismas lápidas: madre, padre, hermano, hija, esposa. Sin embargo, ciertas tumbas guardan historias más inusuales, y algunas representan un auténtico misterio esperando a ser resuelto.
A continuación tienes 6 tumbas raras con historias muy peculiares.
La tumba en el medio de la carretera.
Cuando conduzcas a través de la County Road 400, en el condado de Johnson, Indiana, inevitablemente te encontrarás con una tumba al medio de la carretera que guarda los restos mortales de Nancy Barnett, una mujer cuyos familiares no permitieron la exhumación cuando el condado decidió poner una carretera justo sobre su tumba, por lo que la solución fue rodearla.
Tras llegar a un punto muerto en las negociaciones, las autoridades decidieron separar los carriles, uno a cada lado de la tumba. Aquello que se había convertido en un punto turístico, recientemente se transformó en una historia aún más misteriosa, esto cuando un grupo de arqueólogos exhumó la tumba y encontró los restos de al menos otras 6 personas – dos mujeres, una posiblemente haya sido Nancy Barnett, un hombre, y 4 niños – cuyos orígenes e identidades se mantienen desconocidos.
Víctima de la Bestia 666.
En la imagen aparece la tumba de Lilly E. Gray, situada en un cementerio de Salt Lake City, Utah, que a simple vista no es nada pretenciosa. Sin embargo, cuando uno mira más de cerca junto al nombre y la fecha de nacimiento y muerte, aparece una siniestra y misteriosa inscripción como causa de muerte: “Victima de la bestia 666”.
Aunque la inscripción pareciera guardar una historia fantástica, parece que nadie sabe su verdadero significado. Aunque el cementerio donde se encuentra esta tumba está rodeado de otras leyendas – entre ellas la de la tumba de Emo, un supuesto asesino serial que puede ser convocado del más allá caminando tres veces alrededor de la tumba – nadie sabe mucho sobre Lilly E. Gray o la extraña leyenda grabada en su lápida.
Los ataúdes ambulantes de la bóveda Chase.
En el año de 1812, la bóveda de la familia Chase en Barbados fue abierta para el funeral de Thomas Chase. Tres parientes varones de este personaje ya descansaban en el lugar. Desde aquella última vez que se usó la bóveda, estaba sellada con concreto y permanecía intacta.
Entonces, cuando la bóveda fue abierta para dejar a Thomas Chase, los ataúdes fueron encontrados “en una posición extraña, como si los hubieran movido de sus lugares”. La bóveda fue abierta una vez más para sepultar a un niño, y una vez más se repitió el fenómeno.
Cada vez que se abrió la bóveda, los ataúdes fueron puestos en sus lugares de descanso. Y cada vez que los sepultureros volvían a lugar, los ataúdes eran encontrados desordenados. La historia continúa hasta que todos los ataúdes son removidos de la bóveda y sepultados de forma independiente en 1820. La bóveda quedó abierta y sin mantenimiento desde la fecha.
La tumba en el estacionamiento.
Mary Ellis fue sepultada en 1828 en una parcela de la familia Ellis ubicada sobre una colina que daba al río Raritan en New Brunswick, Nueva Jersey. La mujer tuvo una vida muy triste. Supuestamente, se enamoró de un capitán de barco que prometió regresar para casarse con ella. Sin embargo, el capitán jamás regresó. Mary jamás abandonó el recuerdo de su amor perdido. Incluso trascendió más allá de la muerte, pues fue sepultada en el mismo lugar donde solía esperar fielmente el regreso de su amor.
Casi dos siglos después, Mary sigue en el mismo lugar, pese a que la tierra circundante fue convertida en un estacionamiento para una serie de tiendas de venta al por menor. Aunque la zona fue reasignada a un estacionamiento la tumba, protegida por una cerca, se ha mantenido en el medio del estacionamiento.
El ángel negro del cementerio de Oakland.
La leyenda dice que este ángel negro tiene el poder de matar a cualquiera que lo bese (o que lo toque). También se dice que la estatua de bronce se tiñó de un color negro durante la noche, aunque las razones para esto varían – desde el impacto de un rayo hasta una marca por la infidelidad de su dueño. Cualquiera que sea el caso, la sombra del ángel negro es un monumento escalofriante en el imaginario popular de la localidad.
Los vampiros de Jewett City
En el antiguo cementerio de Jewett City, Connecticut, puede encontrarse una extensa línea de tumbas sin inscripciones que datan de entre las décadas de 1840 y 1850. Aunque no hay mucho que ver por allí, aquellas tumbas cuentan una extraña historia.
A comienzos de la década de 1840, Henry Ray y 3 hijos adultos murieron en unos pocos años debido a una misteriosa enfermedad, probablemente tuberculosis. Sin embargo, en la época se creía que era obra de los vampiros, y al menos dos cuerpos fueron exhumados e incinerados en el lugar. Este evento se arraigó en la comunidad, y con el tiempo pasaron a llamarlos los vampiros de Jewett City.
Sugiero que investiguen y publiquen las historias del panteón de Belén, en Guadalajara Jalisco, México; existen historias muy interesantes.
Falto la tumba del vampiro en el panteon de belen en Guadalajara
Ella despidió a su amor
el partió en un barco
en el muelle de san Blás.
El juró que volvería
y empapada en llanto ella juró
que esperaría.
Miles de lunas pasaron
y ella siempre estaba en el muelle
esperando.
Muchas tardes se anidaron
se anidaron en su pelo
y en sus labios.
Llevaba el mismo vestido
y por si él volviera
no se fuera a equivocar.
Los cangrejos le mordían
su ropaje su tristeza
y su ilusión.
Y el tiempo se escurrió
y sus ojos se le llenaron
de amaneceres.
Y del mar se enamoró
y su cuerpo se enraizó
en el muelle.
Sola… Sola en el olvido
Sola… Sola con su espíritu
Sola… Sola con su amor el mar
Sola… en el muelle de san Blás.
Su cabello se blanqueó
pero ningún barco
a su amor le devolvía.
Y en el pueblo le decían
le decían la loca
del muelle de san Blás.
Una tarde de abril
la intentaron trasladar
al manicomio.
Nadie la pudo arrancar
y del mar nunca jamás
la separaron.
Seas mamón.