Anna Nicole Smith y la trágica novela del sueño americano

En las novelas de romance es común encontrar personajes que, tras encontrar a su media naranja, hacen un cambio radical en sus vidas. En estas historias, todos los obstáculos pueden superarse siempre que exista amor verdadero. Parece completamente imposible que un simple mortal viva esas historias de novela; sin embargo, una bailarina estadounidense lo consiguió. Desafortunadamente, el «todos fueron felices para siempre» no aplicó en el amor que profesaba Anna Nicole Smith, quien pasó buena parte de su vida metida en una pesadilla burocrática de procesos judiciales.

Anna Nicole Smith y J. Howard Marshall II
Anna Nicole Smith y su amado J. Howard Marshall II.

De bailarina de striptease a socialité.

En 1991, Anna Nicole Smith (una auténtica fanática de Marilyn Monroe que alguna vez trabajó como camarera en un restaurante de pollo frito) conoció a J. Howard Marshall II, un magnate de la industria petrolera en los Estados Unidos. Para esa época, la joven tenía 21 años y se ganaba la vida como bailarina en un club de striptease llamado Gigi’s.

Howard, cuya fortuna acumulada ascendía a 12,000 millones de dólares, asistió a dicho club por recomendación de su chofer, un sujeto llamado Dan. El millonario tenía 86 años y terminó perdidamente enamorado de «Vickie», el nombre artístico que utilizaba Anna Nicole cuando subía al escenario.

Anna Nicole Smith y J. Howard Marshall II besandose

Howard Marshall había tenido dos matrimonios, cada uno de los cuales duró 30 años, pero esto no impidió que el millonario ayudara a Anna Nicole para dejar su vida como bailarina. Como tenía muchos millones y muy poca vida por delante, Howard proporcionó a su amada toda clase de lujos y comodidades.

En apenas un año, la rubia pasó de bailar en un club de striptease a codearse con empresarios y recibir una propuesta para trabajar como modelo en la famosa revista para caballeros propiedad de Hugh Hefner.

Anna Nicole Smith y el fallido sueño americano.

En 1992 su carrera como modelo despegó. Anna Nicole empezó a recibir propuestas para hacer pequeños papeles en el cine estadounidense y modelar para marcas internacionales, como Guess. Tenía trabajo de sobra y su fortuna no hacía más que aumentar. Sin embargo, en junio de 1994 su vida cambió por completo.

Anna Nicole Smith, Tony Curtis y Vanden Berg en los Premios Oscar, 1995
Anna Nicole Smith, Tony Curtis y Vanden Berg en los Premios Oscar, 1995.

A los 26 años de edad y tras mucha reticencia (según ella), Anna Nicole contrajo matrimonio con J. Howard Marshall II, que ya sumaba 89 primaveras. Mientras la esplendorosa novia subía al altar con un ramo de flores silvestres, el novio se desplazaba en una silla de ruedas vestido de traje blanco. La felicidad de los tórtolos duró 14 meses pues, en agosto de 1995 el Sr. Marshall murió a los 90 años de edad.

Evidentemente, Anna Nicole y la familia del magnate nunca tuvieron buena relación. Hicieron dos velorios: uno con 30 invitados, todos conocidos de la viuda, y otros con una multitud, entre la que no se encontraba Smith pues no fue invitada.

Sin embargo, la pesadilla de Anna Nicole estaba lejos de terminar. Para su sorpresa (y la de todos) ni siquiera la citaron cuando se dio lectura al testamento de Howard. Aunque la modelo logró amasar una buena fortuna en esos meses que vivió con el anciano, una denuncia por acoso sexual hizo que desembolsara la friolera de US$ 800 mil a la víctima, una mujer llamada María Antonia Cerrato que trabajó para ella.

Una vida de desgracias.

Al poco tiempo, Anna Nicole se declaró en bancarrota. Sin dinero y con una fuerte adicción al alcohol y los tranquilizantes, la modelo demandó a los Marshall, una de las familias más ricas de los Estados Unidos. En el proceso judicial, la modelo logró el apoyo de Howard III, el hijo menor del finado magnate que también fue excluido de la herencia.

Anna Nicole Smith en 2003
Anna Nicole Smith en 2003.

En años y más años de juicios y citas al tribunal, Howard III, de 59 años y Anna Nicole, de 29, enfrentaron a Pierce, el mayor de los hermanos Marshall. Al final, la polémica viuda que supuestamente estaba perdidamente enamorada de su finado esposo, no consiguió un solo centavo de la inmensa fortuna.

Pierce terminaría muriendo a los 67 años a causa de una infección, y Anna Nicole pereció en 2007, a los 39 años, por una sobredosis accidental de barbitúricos. El hijo de la modelo, Daniel, concebido en otra relación antes del matrimonio con el Sr. Marshall, murió a los 20 años, pocos meses antes que su madre a causa de una sobredosis de analgésicos y antidepresivos.

Con todas estas muertes, otra persona tomó el papel protagónico en la historia. Danielynn, la segunda hija de Anna Nicole, heredó el pleito legal promovido por su madre. En 2011, después de 14 años, la historia llegó a su fin cuando la Suprema Corte de los Estados Unidos decidió no entregar ningún porcentaje de la fortuna de los Marshall a la hija de Anna Nicole Smith. “Varios niños nacieron durante el proceso, varios jóvenes se casaron y, desafortunadamente, las partes originales murieron”, concluyó el veredicto final. Esta historia confirma el viejo dicho de que “no todo lo que brilla es oro”.

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