Desde el primer instante en que los humanos se dieron cuenta que aquellos puntos luminosos en el cielo nocturno eran astros, soñaron con viajar entre las estrellas. Tras 10 mil años de ingenio y sacrificio, la verdad es que no hemos llegado muy lejos. Básicamente nos limitamos a viajar al “garaje” de la Tierra.
Sin embargo, como tenemos una enorme fascinación por el tema, prácticamente cada instante que esos valientes astronautas pasaron fuera de la Tierra fueron registrados y analizados – incluyendo aquellos terriblemente embarazosos. Creo que todos, en algún momento de nuestra vidas, fuimos atrapados en situaciones vergonzosas, torpes o simplemente estúpidas, pero pocos tienen la fortuna (¿?) de decir que sucedió mientras visitaban cosmos.
6 – El astronauta que le dijo al mundo entero que se estaba ventoseando.
Ningún trasero letal tocó el universo de forma más directa que el perteneciente al astronauta John Young, que desarrolló un caso legendario de flatulencias mientras se encontraba en la Luna en 1972. Y encontró la forma para que todo mundo en Houston se enterará de aquello.
De forma totalmente accidental, Young dejó su micrófono encendido y grabó de forma perpetua y para toda la humanidad el hecho de que todas las frutas que estaba comiendo le estaban produciendo gases. Afortunadamente, el micrófono no tenía la fidelidad suficiente como para capturar los ruidos intestinales del hombre. ¿Alguna vez soltaste uno y no te diste cuenta que había alguien más en la habitación? Imagina regresar a ver y encontrarte con el planeta entero. Se puede escuchar el momento exacto en que Young se da cuenta de lo que está sucediendo en la grabación.
Reubin Askew, el entonces gobernador de Florida, se ofendió tanto de que Young culpara a las frutas del estado de la situación que se dirigió a la prensa para intentar tranquilizar al público americano. En realidad, era el potasio extra que le estaban dando a Young lo que provocaba su caso de flatulencias extraterrestres. Dos de los astronautas de la misión anterior habían desarrollado pequeños problemas cardiacos. Así, la NASA elevó el potasio en la dieta de la tripulación en la misión de Young, provocando el desafortunado efecto secundario para el astronauta.
Y aunque resulte gracioso, las flatulencias espaciales resultaron un enorme problema de seguridad en las primeras fases del programa espacial. La gravedad cero hace que los astronautas estén incapacitados para eructar, empujando el gas hacia el intestino. Y la baja presión del aire induce el gas hasta el otro extremo, complementando el proceso de escape trasero. La mezcla del metano con el ambiente de oxígeno puro al interior de los trajes podía crear una situación realmente explosiva, lo que significa que la NASA invirtió bastante dinero analizando la composición y la cantidad de flatulencias de sus astronautas para afinar sus dietas.
5 – La tripulación del Discovery tuvo que derretir un trozo gigante de orina.
Si has visto Apolo 13 (1995), gracias a Tom Hanks ya tienes una idea de cómo funciona el proceso de orinar en el espacio: descargas en un tanque de abordo y, a continuación, el tanque pulveriza tu obra en el espacio.
La tecnología sanitaria espacial no ha evolucionado mucho desde las primeras incursiones, y el sistema de aguas residuales del transbordador espacial Discovery funcionaba esencialmente de la misma forma. Pero, en aquel entonces surgió un problema – uno grande, amarillo y apestoso. En 1984, algo salió mal con el sistema de liberación de residuos de la nave: la orina había taponeado la boquilla formando un considerable tempano de hielo formado por pipí que colgaba por un lado del transbordador. Aunque esta sea una situación terriblemente divertida para nosotros, realmente se trató de una enorme preocupación para el equipo, ya que una protuberancia de hielo de 13 kg durante el reingreso a la Tierra podría damnificar el extremadamente delicado escudo térmico del transbordador espacial. Nadie quiere ser el sujeto que murió a causa de un trozo monstruoso de orina congelada, de forma que los astronautas tuvieron que aplicar todo su entrenamiento para remover aquella paleta de orina mortal.
La primera idea simplemente fue derretir el asunto, así que durante tres días la tripulación orientó la orina congelada en dirección al Sol, pero quedaron devastados al descubrir que no lograron descongelar casi nada. Enviar a un astronauta no era aconsejable debido al peligro que involucraba, así que Houston ideó una forma de usar un brazo para tomar cosas fuera de la nave y romper el hielo. El brazo fue capaz de retirar el objeto y arrojar los fluidos corporales de la tripulación al infinito abismo del espacio.
Pero el episodio estaba lejos de finalizar. Incluso con el problema del tempano de orina resuelto, la tripulación estaba incapacitada para arrojar pipí al espacio, así que tuvieron que empezar a usar bolsas normalmente reservadas para el número 2. El problema con esto es que la orina es un fluido y, en gravedad cero, tiende a salir de la bolsa y esparcirse por todo el lugar. Los astronautas finalmente decidieron empacar estas bolsas con toallas y ropa íntima para absorber cualquier pipí rebelde que pudiera llegar a escapar.
4 – John Young (sí, otra vez) contrabandeó un sándwich y casi mata a la tripulación.
El programa Gemini fue un capítulo importante en la carrera espacial estadounidense hacia la Luna, y presenció una serie de innovaciones, incluyendo la primera caminata espacial estadounidense, la primera vez que dos naves espaciales se acoplaron y el primer sándwich en orbitar la Tierra.
Durante la misión Gemini 3, el astronauta John W. Young llevó de contrabando un sándwich a bordo del cohete en su traje espacial. Una vez en órbita, Young tomó el sándwich y gentilmente lo compartió con su sorprendido copiloto, Gus Grissom. Grissom le dio una mordida, pero rápidamente se metió en el traje mientras las migajas comenzaron a volar por toda la cápsula.
La comida oficial que se le proporciona a los astronautas posee un revestimiento especial para evitar exactamente eso, ya que las migajas pueden ir a parar a los paneles eléctricos y provocar un verdadero desastre. A la NASA no le hizo ninguna gracia y prohibió que cualquier cosa parecida fuera llevada en las futuras misiones.
3 – Los soviéticos equiparon a sus cosmonautas con pistolas como protección contra osos.
La pistola TP-82 se desarrolló específicamente para los cosmonautas rusos y tenía un poder de fuego suficiente como para derribar a un oso de medio tonelada. Dicha especificación no es accidental. Pese a nuestra sincera esperanza de que los rusos hubieran armado a sus cosmonautas con una pistola para combatir alienígenas, esta arma, de hecho, fue concebida como un recurso de supervivencia para cuando regresaran a la Tierra. ¿Por qué? Contrario a los estadounidenses, que dirigían sus naves hacia el Océano Pacífico, los soviéticos las apuntaban hábilmente a Siberia. Y, como suele suceder, las cápsulas ocasionalmente se salían de curso, y el aterrizaje se hacía en una vasta área inhóspita.
En uno de estos episodios, dos cosmonautas terminaron varados en el medio de un bosque, en los Urales, a casi 1,000 km del sitio de aterrizaje programado, con nada más que una pistola 9 mm para hacer frente a los osos y lobos que se escondían en el lugar. Y aunque afortunadamente nunca se encontraron frente a frente con uno de estos animales, lograron convencer a sus jefes de que las tripulaciones futuras deberían portar armamento más pesado.
2 – El plan de escape de los cohetes estadounidenses.
Con todo ese peligro que implica estar sentado en una pequeña cápsula sobre toneladas de sustancias explosivas haciendo reacción, sería lógico pensar que el único momento en que no tendrías que preocuparte es cuando la cápsula está descansando en la plataforma de lanzamiento. Desafortunadamente, ese no fue el caso con la misión Apolo 1, por lo que después de la tragedia tuvieron que desarrollar una serie de métodos de escape, algunos extremadamente ridículos.
Por ejemplo, en el transbordador espacial, una vez que los astronautas salen de sus asientos, con su torpes trajes espaciales puestos tienen que subirse a enormes cestas colgadas de un cable de acero de 400 metros y hacer tirolesa a unos 90 km/h hasta llegar al suelo. Una mezcla de película de superhéroe con juguete de parque de diversiones.
Pero que los astronautas abandonen la nave no significaba que el lanzamiento se detenga, esto significa que podrían tener una bomba voladora no tripulada lista para caer sobre sus cabezas. Así, tan solo para asegurarse, los astronautas brincan fuera de las cestas e inmediatamente se dirigen a algunos vehículos antiminas del ejército para protegerse de las explosiones.
Esto es mucho mejor que el plan original desarrollado por la NASA para las misiones Apolo, que implicaba enviar a los astronautas a un bunker gigante situado a 12 metros bajo la plataforma de lanzamiento.
1 – La NASA borró accidentalmente las cintas del primer alunizaje.
Una broma común en las comedias de los años 80 y 90 era el personaje que grababa una cinta VHS sobre otra importante, como el video de una boda. Ahora imagina que esto suceda en la vida real, solo que en lugar de grabar encima del recital de alguien, borraran las cintas originales de una de las mayores conquistas espaciales en la historia del planeta.
En 2006, la NASA admitió no tener idea de lo que había sucedido con las cintas de video, audio y datos originales que se habían realizado durante la misión Apolo 11. En aquella época dijeron que las cintas probablemente se habían perdido entre los archivos, pero eventualmente aseguraron que las habían localizado, con el detalle de que habían sido completamente borradas y reutilizadas.
Para reducir costos del programa espacial, la NASA recurrió a reutilizar cintas de misiones posteriores. Algún técnico se encontró con las originales y decidió que era buena idea arrojarlas a la pila de las reutilizables. Para los teóricos de la conspiración, esto es demasiado incompetente como para que se trate de una coincidencia.
En un revés admirable, serían las cadenas de noticias quienes salvarían el día. La CBS News aún conservaba las cintas que hicieron de la transmisión original y las prestó al gobierno. Trad. y adaptación: Cracked
Con eso de que se perdieron las cintas, pensé en el tamaño y el peso de las cámaras de la época, en las baterías que se necesitarían, en los metros de cable que tendrían que usar, un lugar para guardar las cintas…
Ademas de que hasta hoy en día no hemos llegado a mas de 300 kmts de altura donde está la estación espacial y con problemas para enviar provisiones (los últimos 2 cohetes) .
alguien vió el módulo lunar? viajó los 250.000 kmts con astronautas y todo?
Ni hablar del carrito que llevaron, ahí si se pasaron. Si se pusieron a jugar al golf!!!
Tan difícil es apuntar un telescopio y ver los vestigios de los alunizajes?
Ya no ma*en
La número 4, la «hazaña» de John Young, sin duda inspiró el capítulo de Los Simpson «Homero en el Espacio Profundo» que es sin duda un capitulazo…
las frituras rondando la cápsula, que buen episodio.
Ese young es todo un loquillo perrorro