Tras un análisis del material genético en los océanos, los investigadores detectaron miles de nuevos virus de ARN. Son tantos que duplicaron los grupos biológicos (filos) que los han catalogado hasta la fecha. Quizá no sepas mucho de los virus de ARN, pero seguramente conoces las enfermedades que provocan. Desde un simple resfriado hasta enfermedades como la Covid-19. Aunque, también tienen la capacidad de infectar plantas y animales que resultan importantes para los humanos.
Los virus de ARN.
Esta clase de virus portan su información genética en moléculas de ácido ribonucleico (ARN). Y a diferencia de los virus de ADN, mutan en mucho menos tiempo. Los virus de ADN han sido catalogados por cientos de miles. Sin embargo, los científicos han estudiado relativamente poco los virus de ARN.
Para analizar el material genético presente en el océano, la investigación se enfocó en la identificación de determinado gen. Mismo que codifica una proteína especial que permite al virus replicar su material genético. La proteína juega un papel esencial en la forma de propagación, por eso resulta común entre todos los virus de ARN. Sin embargo, cada virus de ARN presenta pequeñas variaciones en el gen que codifica la proteína. Y eso puede ayudar a distinguir entre diferentes tipos de virus.
Posteriormente, echaron mano de una base de datos de ARN de plancton recopilada por el proyecto Tara Oceans. En la red trófica del océano, el plancton juega un papel vital por lo que se posiciona como huésped común de los virus de ARN. Al final identificaron más de 44 mil genes capaces de codificar la proteína del virus.
Posteriormente, el equipo de investigación tuvo que determinar las conexiones evolutivas entre estos genes. Entre mayores eran las similitudes entre dos genes, mayor era la probabilidad de que los virus a los que pertenecían guardaran una relación cercana. La evolución de estas secuencias se produjo hace mucho tiempo. Por lo tanto, las señales genéticas que podrían sugerir dónde se separaron los nuevos virus de un ancestro común se perdieron en el tiempo.
El estudio de los virus de ARN en el océano.
Mediante un algoritmo de machine learning organizaron todas las secuencias en un sistema para detectar las diferencias. Hacer esto a mano hubiera llevado una eternidad. El resultado: 5,504 nuevos virus de ARN marinos identificados, mismos que duplicaron el número de filos de virus ARN conocidos de cinco a diez.
Al mapear las secuencias, los investigadores detectaron que dos de los nuevos filos se extendían por vastas regiones oceánicas. Particularmente en aguas tropicales o templadas y en el océano Ártico. Para los científicos, el filo Taraviricota podría ser el eslabón perdido en la evolución de los virus de ARN. El grupo que une a dos formas distintas de virus de ARN que divergieron en su método de replicación.
Los nuevos datos abonan al entendimiento no solo de la evolución de los virus de ARN, sino también de la vida en nuestro planeta. Como lo sufrimos en los dos últimos años, los virus de ARN pueden causar enfermedades letales. Sin embargo, se trata de partes imprescindibles para los ecosistemas. Estos virus son capaces de infectar a una amplia variedad de organismos, incluidos microbios que influyen en el ambiente y las cadenas tróficas a nivel químico.
Al saber en qué región del mundo proliferan los virus de ARN, quizá podamos develar cómo afectan a los organismos que impulsan los procesos ecológicos en la Tierra. Publicado en la revista Science, este estudio impulsa una clasificación más precisa de los nuevos virus alimentando las bases de datos genéticas.