La tumba del célebre Victor Noir se encuentra en el cementerio del Père Lachaise, uno de los camposantos más grandes de París. Este también es el lugar de descanso eterno de personajes importantes en la historia y famosos como Jim Morrison, Frederic Chopin, Oscar Wilde y Molière, por mencionar algunos. Aunque, las razones por las que la tumba de este hombre es tan concurrida y famosa, poco tienen que ver con su vida y obra.
¿Quién era Victor Noir?
A mediados del siglo XIX, Victor Noir colaboraba para el periódico francés La Marseillaise, fundado por Henri Rochefort. En 1870, el editor del periódico, Paschal Grousset, se involucró en dimes y diretes con el príncipe Pierre Bonaparte, primo del entonces emperador Napoleón III. Todo empezó por la publicación de un artículo que criticaba al tío abuelo del príncipe, el mismísimo Napoleón Bonaparte.
El problema se agravó tanto, que Pierre terminó retando a un duelo a Grousset. Como todo caballero honorable de la época, el editor aceptó el duelo y encomendó a sus padrinos (entre los que figuraba Victor Noir) pactar una hora y lugar para el ajuste de cuentas. Trágicamente, durante esa conversación entre los padrinos y Pierre Bonaparte se produjo un zafarrancho. En medio de la trifulca, el príncipe sacó una pistola y disparó a quemarropa contra Victor.
Mártir revolucionario.
Cuando la prensa publicó que un miembro de la realeza francesa asesinó vilmente a un periodista, la opinión pública se volvió contra los Bonaparte. Para ese momento, el país atravesaba una tensa situación política y el asesinato del periodista avivó los reclamos sociales. Esta época se caracterizó por las violentas manifestaciones que asolaron las calles de toda Francia.
Victor Noir se convirtió en un mártir revolucionario y al menos 100 mil franceses le dieron el último adiós en el cementerio de Neuilly, su ciudad natal. En una curiosa jugada del destino, el 4 de septiembre del mismo año los prusianos invaden territorio francés y terminan derrocando al emperador.
Estatua provocativa en el cementerio del Père Lachaise.
Sin embargo, Victor Noir no trascendió en el tiempo por su trágica muerte, y mucho menos por las consecuencias políticas del tiroteo. Toda su leyenda gira en torno a su tumba. En 1891, con la instauración de la Tercera República Francesa, el cadáver del periodista se exhuma y traslada al cementerio del Père Lachaise para honrar su nombre y memoria.
La escultura de bronce que sirvió de lápida estuvo a cargo de Jules Dalou, un afamado artista francés de la época. Aunque parezca extraño, Dalou decidió representar a Victor Noir mientras agonizaba en el piso tras recibir el disparo. Y por razones aún más desconocidas, talló una abultada protuberancia en su entrepierna, justo bajo el cinturón.
Este detalle en la estatua dio pie a un mito sumamente extraño que, con el paso del tiempo, convirtió a la tumba de Victor Noir en símbolo de fertilidad y plenitud sexual.
Leyenda sobre la tumba de Victor Noir.
La leyenda dice que, si una mujer besa la estatua de Victor Noir en los labios, le frota el bulto en la entrepierna y deja caer una flor sobre el sombrero será más fértil y disfrutará de una mejor vida sexual. Existen algunas variantes sobre este ritual: por ejemplo, si alguien desea conseguir a un amante bien parecido, solo debe besar los labios de la estatua. Pero, si lo que se busca es un embarazo, basta con tocarle el pie derecho. Por otro lado, para conseguir gemelos se debe tocar el pie izquierdo.
Según las creencias de los locales, siguiendo estas indicaciones cualquier mujer concebirá en poco tiempo. Y aquellas que estén solteras conseguirán un esposo en menos de un año. La estatua de bronce de Victor Noir se convirtió en una prueba tangible de lo bien arraigado que está este mito en la cultura parisina.
Mientras la mayor parte de la escultura exhibe el característico tono verdoso del bronce oxidado, sus labios, la ingle y los zapatos brillan como si los acabaran de pulir. El desgaste a la obra se volvió tan preocupante para las autoridades que en 2004 levantaron una cerca para protegerla. Además, pusieron un cartel advirtiendo: “cualquier daño causado por roces indecentes o grafiti será castigado”.
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De nada sirvió, pues la agitación de las féminas era tal, que la cerca término derribada en pocos meses. En la actualidad, en la tumba de Victor Noir es común encontrar fotografías de pequeños y otro tipo de ofrendas. Son una muestra de agradecimiento de todas aquellas mujeres que quedaron embarazadas tras visitar y frotar la peculiar estatua.
El bulto, si es que representaron tal cual su muerte, es por el rigor mortis