Umibōzu

Umibōzu (海坊主 o うみぼうず, Umibōzu) es un espíritu que habita en el mar y hunde la embarcación de cualquier individuo que se atreva a hablarle. Quizá ningún otro yokai acuático sea tan enigmático como el gigante umi bōzu. Se desconoce su verdadera forma, ya que sólo suele verse desde los hombros hacia arriba, pero se dice que tiene una forma humanoide, piel negra y un enorme par de ojos redondos.

Umibōzu (1)

Los testigos oculares han informado toda una variedad de tamaños, desde algo tan grande como una embarcación, hasta dimensiones tan inimaginables que sólo se puede ver el rostro bulboso de la criatura sobre la superficie del agua. Su cabeza es redonda y completamente lisa, y su cuerpo desnudo es tan negro como la noche. Algunos testimonios los describen como seres serpenteantes, mientras que otros los hacen más fantasmales.

Umi bōzu suele aparecer en noches tranquilas, cuando no hay indicios de nada fuera de lo común. De repente, y sin la más mínima advertencia, las olas y el clima se agitan con furia, y entre todo ese tumulto emerge una criatura titánica. Hace movimientos específicos para destruir el barco, ya sea de un solo golpe rompiendo el casco o poco a poco dependiendo del tamaño de la embarcación y el umi bōzu.

Umibōzu (3)

Ocasionalmente, en lugar de destruir el barco, el umi bōzu exigirá un barril a la tripulación. Utilizará este recurso para recoger grandes cantidades de agua que arrojará sobre la cubierta, hundiendo rápidamente la embarcación y ahogando a la tripulación. Si se le entrega un barril con el fondo hueco, el umi bōzu intentará recoger agua sin éxito, permitiendo a los marineros un escape afortunado.

Umibōzu (2)

Algunos dicen que los umi bōzu son espíritus de sacerdotes ahogados, arrojados al océano por aldeanos furiosos. Estos sacerdotes se habrían transformado en fantasmas gracias a la horrible naturaleza de su muerte. Sin embargo, otros dicen que los umi bōzu son monstruos marinos que viven en las profundidades del mar interior de Seto, y que son progenitores de una gran variedad de otros yokai acuáticos. Debido a que los avistamientos son raros y casi siempre mortales, resulta probable que la verdadera naturaleza y origen de este espíritu continúe siendo un enigma durante mucho tiempo.

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