El mes pasado un residente de Alingsås, una ciudad al sur de Suecia, descubrió accidentalmente un conjunto de joyería y otros artefactos. Jamás imaginó que se trataba de un tesoro de la Edad del Bronce con 2,500 años de antigüedad. Tomas Karlsson recorría una zona montañosa de la localidad, cuando se topó con una inusual pila de rocas.
Al principio creyó que alguien intentó ocultar un montón de basura. Sin embargo, al acercarse descubrió un conjunto de joyas antiguas fabricadas en bronce. En una publicación de Live Science, advierten que probablemente un animal desenterró parcialmente las piezas. Y sólo por eso Karlsson, que avisó inmediatamente a las autoridades, logró detectarlas. Eventualmente, la policía local solicitó ayuda a un equipo de arqueólogos.
Entre anillos, collares, tobilleras, pulseras y hasta la cabeza de un hacha se contabilizaron 50 piezas. Aparentemente, la joyería perteneció a una mujer de la alta sociedad que vivió en la Edad del Bronce, entre 2,700 y 2,500 años en el pasado. “Es uno de los más grandes tesoros excavados desde el final de la Edad del Bronce en Suecia”, señaló Johan Ling, arqueólogo de la Universidad de Gotemburgo.
“Además, nos encontramos ante piezas de bronce espectaculares y en excelente estado de preservación”, continuó. “Lo interesante es que (los objetos localizados) no son comunes en Escandinavia, aunque ya se localizaron en el norte de Polonia y Alemania”.
Elementos de un ritual antiguo.
Según lo divulgado por el experto, las piezas se enterraron a propósito y quizá como parte de un ritual. Es posible que las poblaciones que habitaron esta zona en el pasado practicaran ceremonias semejantes al potlatch. Un ritual común entre algunos grupos indígenas de la costa del Pacífico en el noroeste de Norteamérica.
Generalmente, la costumbre implica una ceremonia con danzas y un fastuoso banquete. En medio del ritual, los individuos destruyen o donan una parte de sus bienes para demostrar generosidad y mejorar su posición social. Así, este hallazgo sería tanto “una inversión como una manifestación de poder de las élites. Como si dijeran ‘podemos pagar esto, tenemos la capacidad, y tú no’“, explicó Ling.
De alguna forma, consideraban que ofrendar aquello que les sobraba era una manifestación de poderío social. Sin embargo, se maneja otra teoría donde el tesoro se enterró simultáneamente a un individuo en otro punto próximo. Pero, hasta ahora los investigadores no han detectado ninguna tumba en la zona.
En aquella lejana Edad del Bronce, los pueblos que habitaron la región sueca eran principalmente agropastoriles. Y todo el excedente de sus producciones, lo destinaban al comercio. Según Ling, todos los metales que circulaban en la época eran de importación. “Las piezas de bronce están hechas con el 90% de cobre y 10% de estaño”, especificó el arqueólogo.